El dia de ayer debía ser un dia perfecto, pero lamentablemente no lo fue…
No, no me enojé con el sr Osito o algo por el estilo, realmente creo que el sr Osito fue muy lindo, a pesar de que anda enfermo (el sr Osito anda mal de su columna); él intentó que fuera feliz, pero lamentablemente, no pude serlo, la mayor parte del día.
¿Por qué? Se preguntarán.
Pues, a pesar de las rosas, el pastel, los chocolates, la comida, la salida y la búsqueda incansable por mi agenda, (que terminó en que no encontré ninguna que me convenciera XD), así como del cariño de los que me leen al felicitarme (algo que agradezco mucho desde el fondo de mi corazón) y todos los detalles que me dieron (que realmente me hicieron sonreír), mi estado de ánimo no era el más adecuado para ser completamente feliz.
El sr Osito sabe que mi felicidad no depende de los demás, sino de mi misma, porque sabe que a pesar de lo que él se esfuerce u otros, si yo no permito que la felicidad me embargue, es casi un caso perdido; pero mi esposo me tiene mucha paciencia, así que al final, pude abrir mi corazón y mi mente a él y me desahogué.
Siendo sincera, desde que el día cambió, tenía una sensación extraña y me sentía inquieta; no, no es por sentirme vieja al cumplir años (sé que lo digo, pero en el fondo estoy agradecida de seguir viva a pesar de todos mis achaques XD).
Podría echarle la culpa al hecho de que me tocó andar en mis días durante mi cumpleaños XD (no se lo deseo a nadie), por lo que las hormonas se me alteraron y me tenían algo sensible.
Además de eso, este es el primer año, en el que mi familia no me habla para felicitarme, cosa que normalmente son estas fechas donde hay algo más de “comunicación” y pues sí, me afectó.
Pero no de la forma en la que debería; es decir, me debería sentir triste por ello, pero no, lo que me pasó es que me sentí culpable. La ‘CULPA’, es uno de esos sentimientos que normalmente me atacan, a causa de que así me educaron, pero mi racionalidad (Ojou Lamb) me dijo:
“No es tu culpa, además, es mejor así, si no hablas con ellos, podrás sentirte mal un rato, pero al menos, ellos no te echaran en cara cosas, que te harpan sentir mal, frustrada, enojada y arruinaran más tu día, como todos los años ocurría”
Y es cierto…
En años pasados, cada que hablaba con mi familia, terminaba llorando de coraje, porque en ve de sentirme bien, me hacían sentir peor con sus constantes recriminaciones; mi madre contándome tonterías, mi hermana fingiendo estar feliz por mí, aunque en el fondo solo buscando la manera de joderme con mi pasado y mi padre dándose golpes de pecho y victimizándose, para hacerme sentir mal…
No, gracias!
Si pongo eso, en la balanza con mi culpa, ceo que prefiero mil veces la culpa por alejarme de ellos y dejar de hablarles…
Pero, ¿por qué digo todo esto? Bueno, porque esto es Ojou Sama, Ojou Cow, la vaquita o como le quieran decir…
Estos son sus problemas y la manera en que los intenta sobrellevar y por ello, saco lo que siento aquí, en mi pequeño espacio personal, mi pedacito de granja XD ajajaja
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¿Saben quién es Ojou? No, y supongo que no muchos han leído cuando empecé el blog y hablaba mucho de mí, de cómo me sentía, de cómo liberaba lo que no podía decirle a las personas de frente.
Hace años, cuando era más pequeña, más joven y más… ‘sumisa’, en mi familia me enseñaron una sola verdad y esta era “el que manda, manda, y si se equivoca, vuelve a mandar…”
Desde pequeña, me enseñaron a que no debía levantar la voz a mis padres, que no debía poner en duda a mis hermanas mayores, que jamás debía hablar mal de los demás y que todo lo que otros dijeran de mí, era cierto para mis padres, aun si no era así, porque pocas veces podía o tenía el derecho de hablar de lo que me pasaba.
Cuando mi madre me preguntaba “como te fue en la escuela…” y yo decía algo ‘malo’, se enojaba conmigo y agarraba parejo, tanto con los demás, como conmigo.
Cuando era pequeña, me enseñaron que no debía permitir que me hicieran algo y que si no me defendía, en mi casa me iría mal por no haberme defendido; por eso me pelee en la escuela y si tenía problemas en clases o con compañeros, prefería callar mi ira, dolor y coraje, a expresarlo, porque si en mi casa se enteraban, podían regañarme de una fea manera, antes de intentar solucionarlo.
Cuando entré a la secundaria, mi madre me dijo “ya basta de peleas y pleitos, ya no eres una niña, ya no debes pelearte con nadie, así que aprende a aguantar…”
Y eso hice.
Por dentro, me carcomían las ganas de llorar por el coraje, la frustración e impotencia, pero aprendí a mantener mi cabeza en alto y a no pelear o discutir, a ser paciente y ver como aquellos que me hacían algo, tarde o temprano recibían lo que merecían.
De una u otra manera, eso me ayudaba, porque mientras otros gritaban y hablaban, yo esperaba paciente a que las verdades cayeran por su propio peso y era satisfactorio cuando el mundo se daba cuenta de la verdad, aunque yo no recibía una disculpa.
Ocurría en todo mi entorno, no solo en la escuela, sino en mi familia.
Mi madre quería enterarse de todo y muchas veces se enojó conmigo por no decirle las cosas, pero cuando era mayor y se quiso meter en un problema con un novio que tuve, le dije: “es mi problema, yo lo arreglaré y no quiero que te entrometas, porque solo lo complicarás, igual que se lo complicas a mis hermanas…”
Ella me reprocha que no le tengo confianza, pero es que no se la merece. Mi madre se pelea, discute, grita y hace los pleitos más grandes; pleitos en los que no tiene que meterse, pero en donde ella tendría que hacer algo, prefiere hacerse de la vista gorda. Una vez, un pariente político de mi segunda hermana lo dijo: “tu madre, se mete y solo hecha pleito con sus hijas, porque se siente con autoridad sobre ustedes, pero cuando de verdad debe ponerse firme frente a otras personas, prefiere dar media vuelta y huir…”
Y no hablemos de mi padre, que él y yo, no podíamos tener pláticas; pocas veces intercambiamos palabras y de esas, son contadas las palabras de apoyo para mí o consejos que me servirían en mi vida.
Cuando se trataba de problemas, el me dejó en claro desde pequeña, cual era mi lugar, me dijo: “este es un régimen militar, tú, eres un soldado raso, porque eres la más pequeña; en el escalafón, están tus hermanas, tu mamá y al final yo; si tienes un problema, se lo dices a tu hermana, si ella no lo puede solucionar, se lo dirá a tu hermana mayor, si ella no puede solucionarlo, se lo dirá a tu mamá y si ella, al final, tampoco puede, entonces, ya me enteraré yo, de lo contrario, no es algo que deba preocuparme…”
Cuando tuve mi primer novio (del que él se enteró, obvio, porque antes tuve otros), se negó a que lo besara, porque dijo: “no quiero que me beses, me das asco ahora que sé que has besado a alguien más…”
Cuando le dije que había estudiado arquitectura, solo para tener un poco de aceptación suya, me dijo “yo no lo pedí, ni siquiera me interesa lo que estudies o hagas.”
Pero, ¿a qué viene todo esto?
Realmente no lo sé…
Solo que estoy sensible y me duele la situación en la que me encuentro en este momento y solo necesitaba sacar esos fantasmas de mi pasado que se pronuncian cuando me siento hundida.
Pero soy fuerte y no voy a dar marcha atrás con lo que hice, quizá, es lo único bueno que tengo, mi orgullo, porque es lo que no me ha dejado derrumbarme por tantas y tantas cosas que me han pasado (que, ¿creían que Marty sufrió antes de quedarse con Adrian, solo porque me encapriché? Ja! Claro que no! Marty muestra algunos de mis propios sufrimientos y no es el único.)
Pero cuando me pongo a ver en retrospectiva, pienso… ¿Por qué mi madre se quiere cegar a si misma? O quizá, ¿yo estoy mal?
Admito que muchas veces digo las cosas de una manera muy cruda y sin tapujos, muestro como soy, incluso esas partes feas que muchos ocultan, tanto que mucha gente se ha asustado cuando digo que soy muy destructiva cuando llego al punto más crítico de mis depresiones o estrés. Aun así, no oculto mis problemas, mis pensamientos desagradables, mi actitud pesimista y hasta derrotista; porque no me gusta fingir que estoy bien, cuando la realidad es que me esta llevando la chingada y eso es lo que mi madre no quiere ver.
Ella prefiere ver lo falso, las mentiras y una falsa felicidad, como le muestra mi hermana, a la verdad cruda que yo le revelo, pero ¿por qué?
Le molesta que le responda cuando no estoy de acuerdo con sus ideas; le molesta que le diga lo que está mal para mi ahora que soy independiente de ella; le molesta que le señale los errores y malos hábitos, no solo a ella misma, sino los de mi padre, los de mi hermana, pero esto es porque nunca lo hice antes y las pocas veces que lo intenté, simplemente me silenciaba diciendo “¡Ay, cállate!” y ahora, yo con más de 30 años y libre de muchas ataduras impuestas por mi propia familia desde antes, no puedo callarme con su frase “¡Ay, cállate!”
¿Por qué he de callar? ¿Por qué quiere que oculte la verdad? Le duele, lo sé, le duele que le digan cosas malas de su hija, pero a mí también me duele que su hija, mi propia hermana, haga cosas para lastimarme o dañar lo que yo tengo acá, lejos de esa familia tan conflictiva, de la cual, ella no salió, no porque no pudiera, sino porque no quiso.
El sr Osito me preguntó ayer si estaba bien; todos los días, siempre me ve y me pregunta si estoy bien, porque sabe que en el fondo, hay muchas cosas que me duelen, aunque trato de ocultarlas, (no, no soy una bruja sin corazón, aunque lo parezco), pero quiero creer que estoy bien, quiero sentirme bien, aunque en ocasiones como esta, no me es completamente posible de sentirme de esa manera.
Duele lo que ocurrió con mi familia, no lo niego, duele más en estos días que me siento tan sensible, porque como dije al principio, me entra la culpa; uno no puede escapar de sentir que es una mala persona, a pesar de hacer lo correcto; pero es eso precisamente, lo que me hace recuperarme.
Pienso, porque eso hago normalmente y no solo me pierdo en mis historias, (que admito que son un excelente placebo); pienso en lo ocurrido hace meses… hace un año. Cuando la primera vez la bomba estalló y mi madre se puso del lado de mi hermana mayor y solo quiso hacerse de la vista gorda; luego pienso que pasa algo similar, esta ultima vez, cuando el ataque de mi hermana fue directamente hacia mí, trayendo cosas de mi pasado para tratar de dañarme y tuve que defenderme…
Mi madre creyó en sus mentiras de “no sé cómo pasó”, a pesar de tener las pruebas en sus manos de que mi hermana había hecho las cosas por sí misma.
Las mentiras duelen, las mentiras hacen daño, pero las personas no se dan cuenta, hasta mucho tiempo después, cuando ya no se puede poner un remedio de inmediato; es por eso que digo la verdad, o al menos lo intento, porque sé que aunque duela, será al momento y se pueden buscar soluciones, pero mi madre no quiere eso, prefiere las mentiras de mi hermana.
Entonces, ¿Quién soy yo para sacarla de su zona de confort y sus errores? Si ella prefiere, eso, está bien.
Cuando me colgó el teléfono la última vez, cuando no volvió a marcar, cuando me deprimí por esa pelea, mi esposo me dijo “ella quiere que te disculpes…” y le respondí:
—¿Disculparme? ¿Yo? Yo no he hecho nada malo, solo le dije la verdad.
Él me miro y me dijo — pero la vez pasada te disculpaste, a pesar de que ella también estaba equivocada.
—Solo le mandé un arreglo de flores, por el día de las madres, porque no le iba a marcar.
—Para ella, fue una disculpa — sonrió.
—No, no fue una disculpa — sentencié —, solo hice lo que ella hace, miré a otro lado, fingí que no pasó para darle gusto, pero aún estaba eso ahí, esperando a salir a la luz de nuevo y lo hizo ahora, que no espere que vuelva a ocurrir.
—¿Y si te dice que quiere que te disculpes?
—De acuerdo, me disculparé y le volveré a hablar, pero primero, que mi hermana se disculpe conmigo por lo que hizo y que acepte su maldita culpa de una vez, no es mucho lo que pido, solo es justo.
No pido nada del otro mundo, ¿o sí? Solo que se quite esa mascara que se ha puesto, para cubrir su envidia y coraje, por algo que me cree culpable, así como a mi otra hermana, cuando la única culpable de todo lo que ocurre en su vida, es ella.
Su matrimonio fracasó, no por mi culpa o la de mi otra hermana, sino por ella, porque no se casó enamorada, sino que lo hizo para no ser una ‘quedada’ y “ganarle” a mi otra hermana en ser la primera en casarse.
Tuvo un hijo con un hombre al que no quería, solo para tener un hijo antes que mi otra hermana.
Se dio cuenta que no podía mantener a su hijo y se deslindó de todo, volviendo a la casa de mis padres, dónde ellos le mantuvieron al escuincle, pagándole la leche, los pañales, la educación desde el maternal y finalmente, les dio la custodia para que el engendro tuviera seguro por mis padres y ella no trabajar.
Por dentro, ella moría de envidia por el matrimonio de casi 15 años de mi otra hermana y metió cizaña para meterla en más problemas de los que ya tenía. Ahora, lo hace conmigo, pero yo no soy tan tonta y prefiero, mil veces romper lazos completamente a caer en su estúpido jueguito, cosa que mi madre no acepta.
Sé que las cosas caen por su propio peso, pero esta vez, no estaré ahí para verlo.
Cuando llegue el momento, mi madre entenderá que hizo mal en solaparle sus idioteces y quizá se arrepienta, pero ella también es orgullosa y dudo que acepte su error. Pero no le pienso pedir a mi madre que se disculpe conmigo, en ningún momento he dicho que ella lo haga, sino mi hermana; mi madre, pese a todo, hace su trabajo y defiende a su hija, que, aunque yo también lo soy, al menos, yo no estoy sola como ella.
Y ella me dirá, como alguna vez me dijo; “yo tengo un hijo, tu no…”
Pero, ¿de qué sirve tener un hijo, si no eres realmente feliz? Prefiero estar feliz, tranquila, con la persona que amo, a traer un hijo al mundo de una persona a quien no quiero, solo por obligación, por demostrar que pude hacerlo antes que otra, por compromiso, por cumplir lo que impone la sociedad o porque es un requisito para poder mentir con facilidad y decir “soy feliz con un niño al que no puedo mantener, ni educar, aunque la vida sea una mierda”.
No voy a ser una hipócrita, no pienso mentir para quedar bien.
Esto es lo que soy y lamentablemente para ellos, este es el resultado de abrir los ojos y darme cuenta que la educación que ellos me dieron, era la equivocada. No soy un soldado que solo recibe órdenes, no estoy al fondo de un escalafón militar, porque no estaba en un empleo, sino en lo que se suponía que debía ser mi familia; por eso, aprendí que soy una persona, un individuo que piensa y que no puedo estar atada a imposiciones solo porque es mi obligación.
Mis padres, lo serán, hasta el fin de sus días; si mi madre me necesita y está en mí, hacer algo por ella, lo haría sin dudar, porque pese a todo es mi madre, pero con mi hermana, prefiero no volver a cruzar palabra y con mi padre, menos.
Sé que mi actitud también tendrá un castigo y que en el futuro, tal vez antes de lo que pienso, tenga que pagar por esto, porque todo en esta vida se paga, lo sé mejor que nadie; pero si he de sufrir, al menos lo haré, sabiendo que no fue por mentir, traicionar o engañar a mi propia familia, solo por envidia, celos, coraje y frustración.
Y esa fue la razón del porqué ayer, en mi cumpleaños, no pude ser completamente feliz; no hasta que me desahogué con mi esposo, hasta que le dije lo que en el fondo me dolía y lloré…
Lloré sacando esa sensación de culpa que no debo tener, porque no es mi responsabilidad, porque cada quien es responsable de sus actos y mi madre, mi hermana y mi padre, tienen parte de responsabilidad también, pero prefieren achacármela a mí.
Alguna vez me dijo mi familia que yo era fuerte y podía soportar cualquier cosa…
Sí, soy fuerte, pero no por eso voy a cargar con sus pecados.
La única que me felicito fue mi segunda hermana, a quien quiero mucho y ella sabe que me tiene aquí, para lo que necesite… que no puedo hacer mucho, porque no soy rica, ni tampoco tengo maneras de ayudarla, más que dándole mi apoyo incondicional… ella es la única de mi anterior familia a quien aún puedo llamar así.
Bueno, ya me desahogué y me siento mucho mejor… creo que debi haberlo hecho antes de mi cumple para que el sr Osito no sintiera que sus esfuerzos fueron en vano… Lo siento sr Osito, pero ud sabe que lo amo y que si no fuera por mis propios demonios, sería completamente feliz a mi lado, porque es la única persona con la que quiero estar, para sentirme en paz, tranquila y realmente disfrutar de la vida.
Ahora sí, es mejor que me despida, porque tengo compromisos que cumplir por estos lados XD ajajajaja
Por cierto, el dibujo! Si Kesito tiene peluches de Dunkel, yo tambien quiero tener peluches del Osito XD ajajajajaja