Capítulo VIII
De inmediato, los padres de Aidan hicieron pruebas con Dunkel, encontrando en menos de dos días, que el joven tenía un poco de reacción positiva, ante dos metales puros, el oro y el platino; con ello, hicieron una aleación entre ambos y crearon un brazalete para cubrir las marcas completamente, pero difícil de retirar, a diferencia del guante que el hurón usaba en la suya.
—¿Esto no se quitará nunca? — preguntó el moreno, al ver que después de que se lo colocaron en la muñeca, el cerrojo desapareció.
—Sí, se quita — sonrió Kharine —, pero antes de enseñarte cómo hacerlo, tienes que aprender lo básico de ser un militar, específicamente de ser un elemental.
—No podemos dejarte libre por el mundo sin un entrenamiento adecuado — especificó Zoltan —, especialmente si eso que ahora está dentro de ti, es el poder de él — señaló a su hijo que se encontraba sentado a varios pasos de ahí, comiendo una granada.
—Suerte con eso — sonrió el ojirrojo aun con la boca llena —, si es por aprender eso, seguro no te lo quitas jamás, mejor espera a que encuentre la manera de recuperar mi poder — sonrió con suficiencia —, será más rápido.
Dunkel resopló; durante ese par de días que había conocido a ese niño, encontró que no le agradaba en lo más mínimo, especialmente porque a veces era sumamente arrogante, aunque no sabía si detestaba más esa manera de ser o cuando se portaba infantil.
—¿Cuándo empezará mi entrenamiento? — preguntó con interés el moreno — ¿a qué guarnición me enviarán o con quien debo presentarme?
—Oh, cielos… sobre eso — Kharine rió divertida, alertando al moreno.
—¿Qué? — preguntó con precaución el ojiazul.
—Debido a que eres un neófito en esto, deberías empezar como todos los elementales de tu nivel, como cadete — especificó Zoltan —, solo que hay varios inconvenientes.
—¿Cuáles?
—Los cadetes elementales innatos, tienes menos de cinco años — especificó Kharine.
—¡¿Quieren que esté con unos niños?! — preguntó con susto.
—Oh, no, tu nivel elemental no es comparable con el de ellos — el pelirrojo negó —, aunque tengas el poder de Aidan, debido a que te tenemos controlado, no puedes liberarlo, así que esos niños te destruirían sin dudar.
El hurón empezó a reír desde su lugar; ya se lo había dicho a Dunkel, pero le era agradable que su padre lo confirmara.
Dunkel masajeó sus sienes — ¿eso significa que me pondrán con los otros? Los… ¿cómo se llaman? — preguntó en voz baja, trayendo a su mente la palabra correcta — ¿asimilados?
—No — la rubia negó —, los asimilados son adolescentes y a pesar de que tú estás sellado y puedes tener las mismas habilidades elementales básicas, ellos están por debajo de tus habilidades físicas.
El león se movió y sujetó la carpeta con la información de Dunkel —, técnicamente, como híbrido normal, los superas por mucho, así que tampoco sería justo para ellos.
El pelinegro entornó los ojos, mientras el hurón seguía riendo divertido.
—¿Entonces? — preguntó entre dientes el mayor.
—Te pondremos un tutor primigenio — Kharine se cruzó de brazos —, uno que sea específicamente de fuego.
Con esas palabras Aidan guardó silencio de inmediato y se puso en alerta.
—El mejor entrenador, guía y líder de escuadrón — especificó Zoltan con una sonrisa divertida —, uno que te sobre exija, que te lleve al límite, que potencie las habilidades que ya tienes para que alcances las necesarias y controles tu fuego — dijo con voz segura —, uno que no te deje descansar, hasta que aprendas lo que es ser un verdadero elemental.
—Aunque muchos dicen que su manera de educar es la de un ‘espartano’ — se burló la rubia —, no hay elemental que haya entrenado con él, que no esté agradecido.
—Los elementales de fuego, son escasos — prosiguió el pelirrojo —, pero aunque todos han exigido un entrenamiento especial con él, solo unos pocos han tenido ese privilegio, así como uno que otro de diferente elemento y créeme, por eso, son los mejores.
—¡Vaya! Suena divertido… ¿y quién es ese prodigio? — indagó el moreno con interés, ya que saber eso, le emocionaba.
Los leones movieron el rostro y fijaron su vista en el hurón, quien había dejado de comer y mantenía su mirada en la granada; Dunkel lo miró, frunció el ceño y luego volvió la vista a los leones, con gesto incrédulo.
—¡¿Él?! — señaló al rubio con sorpresa.
—Están bromeando, ¿verdad? — preguntó el ojirrojo con debilidad.
—No — negaron sus padres a la vez.
—Eres el único que puede hacer esto en poco tiempo — dijo la rubia con seriedad.
—No podemos esperar años, hasta que él pueda volver a una relativa normalidad — especificó el ojiverde —, tú también tienes que volver a estar activo y si él no vuelve a su vida normal, tú tampoco, recuerda que están unidos y si quieres encontrar la manera de liberarte y liberarlo, no hay opción.
El hurón rechinó los dientes, intentando encontrar otra solución, pero nada llegó a su mente, por lo que soltó el aire con frustración — de acuerdo, si no hay opción, lo haré.
Dunkel seguía estupefacto, pero pudo salir de su ensimismamiento cuando escuchó que el otro aceptaba — ¡¿ese niño va a ser mi entrenador?! — preguntó con incredulidad — ¿Qué me va a enseñar? ¿A hacer pucheros y hablar con voz infantil?
El moreno no supo cómo, pero quedó contra el piso después de que algo lo golpeara con fuerza en la sien.
—¿Qué… diablos? — preguntó con voz dolida y pasando la mano por su cabeza, donde sentía humedad, dándose cuenta que había restos de granada en su piel y cabello.
—Escucha bien, novato — Aidan dijo la palabra con desprecio, caminó con paso firme y se colocó frente a él —, mi reputación está en juego, así que éstas son las reglas — se cruzó de brazos, mirando hacia abajo —, estás en mi territorio, no me agradas y obviamente no te agrado, pero vas obedecerme, para bien y para mal, de lo contrario no me haré responsable, de lo que te ocurra a ti o a los que te rodean — especificó —, por lo tanto si yo digo salta, tú saltas, si yo digo, corre, tú corres, sin objetar, sin preguntar, sin titubear — sentenció entre dientes —, la regla más importante es que mientras estés en el entrenamiento, tú no tienes voz, ni voto, solo seguirás mis órdenes, ¿entendido?
Dunkel sonrió y luego empezó a reír — esto es una broma, ¿no es así? — preguntó mirando a los leones — no me pueden decir que realmente tengo que estar bajo sus órdenes — señaló al rubio pero al ver la mirada impasible de los otros, titubeó —, ¿o sí?
Aidan se movió, dejando sus pies a los lados del cuerpo del mayor; se inclinó y lo sujetó de la camisa que portaba, levantándolo con una sola mano hasta dejarlo sentado sin problemas.
—Ahora eres mío, Dunkel Blauenacht — fijó su mirada roja en los orbes azules del mayor —, te guste o no, no hay más, así es y así será, a menos que demuestres que eres mejor que yo, que alguien más te reclame como miembro de su escuadrón o que lo que yo te llegue a enseñar, ya no sea suficiente, — especificó con voz seria —, mientras tanto, se acabaron los juegos, se acabaron las bromas, se acabó la canción del “lindo gatito” para dormir — sonrió con burla, ya que tuvo que cantarle esa canción para dormirlo, incluso, más de tres veces en un solo día —, y que te quede claro, no podrás evitar esto, por lo tanto o te conviertes en un digno elemental de fuego o mueres en el intento.
El hurón le dio un empujón y Dunkel volvió a quedar contra el piso, atónito por lo que había escuchado.
—Necesito a mi escuadrón para presentárselos antes de empezar — señaló el hurón, dando media vuelta — y los quiero a mi lado en todo el entrenamiento, especialmente para que ellos le den las primeras lecciones — especificó —, porque si lo hago directamente, tal vez no controle mi fuerza.
—Ya los llamamos — dijo su padre con seriedad.
Kharine le dio unas palmaditas a su hijo en el cabello —, pero trata de no ser muy rudo, ¿de acuerdo?
—Sólo voy a hacer mi trabajo, si no quieren que tenga un guía rudo, se lo hubieran dado a alguien más.
~ • ~ • ~
Más tarde, Dunkel iba caminando al lado de Aidan, recorriendo los pasillos de la mansión; eran guiados por los leones, quienes estarían al pendiente en esa primera reunión, que solo era para presentarlo con los miembros del equipo del menor.
Siendo la primera vez que el joven pantera salía de la habitación donde habían estado los últimos dos días, todo lo que se encontraba, le sorprendía; era obvio que la casa era de personas adineradas y tenía tantas habitaciones, salones, estudios y estancias que no pudo darse cuenta de todas.
Finalmente salieron al exterior y se encaminaron a un edificio anexo, que parecía un gimnasio.
—Escucha bien, novato — dijo el hurón, sin siquiera darle una mirada al otro —, no hables si no te doy permiso, es una regla simple, espero sepas seguirla, ¿entendido?
Dunkel lo miró con sarcasmo «soy policía, sé cómo comportarme ante un superior, aunque éste sea un niño…» pensó — entendido — respondió con voz seria.
Al llegar al interior del lugar, recorrieron otro pasillo y finalmente llegaron a dónde había varias zonas de entrenamiento; seis personas los esperaban, pero al verlos ingresar, se formaron y mantuvieron una posición firme, mirando al frente.
Dunkel reconoció de inmediato a su hermano, pero no fue al único.
—Descansen — dijo el ojirrojo con seriedad y el movimiento sincronizado de los seis, ocasionó un único sonido al chocar la planta de su pie contra el suelo —, mis padres están aquí como oyentes — prosiguió el hurón —, no como generales, así que pongan su atención en mi — hizo una seña hacia él.
Todos fijaron la vista en el niño, quien levantó el rostro y respiró profundamente.
—Como saben, debido a lo ocurrido en el centro comercial, el joven pantera, Dunkel Blauenacht — dijo entre dientes el apellido y fijó su mirada en Vollmond —, ahora estará en mi escuadrón, de manera provisional y como aprendiz — su voz sonó cansada —, no acudirá a las misiones, porque no tiene el nivel para hacerlo — especificó —, pero asistirá a nuestros entrenamientos físicos desde mañana para evaluar sus capacidades y necesito que ustedes, me ayuden con él, ¿entendido?
—¡Sí, señor! — dijeron al unísono.
—Bien, antes de presentarte, debo advertirte — dijo el rubio para Dunkel —, todos ellos son elementales innatos, por lo tanto, son elementales de segunda clase y su categoría es ‘S’ — sonrió con un dejo de pedantería —, como aún no sabes de las habilidades, solo te diré, que esa es la categoría para grupos de élite, que han mostrado capacidades muy superior en el rango de elementales de su mismo tipo, edad o habilidad — lo miró con altivez —, aunado a ello, mi equipo, aunque especializados en un tipo en específico, son capaces de controlar casi todos los diferentes manejos de nuestro propio elemento — puso la mano en su pecho —, algo que los demás elementales envidian.
Dunkel puso un gesto de confusión y Aidan borró su sonrisa.
—Estoy hablando con una pared — dijo el ojirrojo pasando las manos por su rostro y masajeando los parpados —, en fin, todo sobre clases, tipos y habilidades elementales, es teoría y Niky te ayudará con eso — le restó importancia —, yo soy más practico que teórico.
El hurón dio una palmada y se giró hacia su equipo.
—Empecemos — respiró profundamente —, a él ya lo conoces —, señaló al lince —, es el Teniente Vollmond Blauenacht — el aludido dio un paso al frente —, híbrido lince boreal, segundo líder de este escuadrón, debido a que es licenciado en conducción y gestión operativa militar, con una maestría en armamento y balística, además de distintos diplomados en la escuela superior de guerra, orientado a operaciones especiales — habló con orgullo, ya que pocos obtenían esos título si no eran al menos capitanes —, es combatiente de largo alcance, enfocado en creación y manejo de todo tipo de armas con municiones de fuego, su habilidad le permite mantener control desde puntos altos y es la razón del por qué es mi francotirador — le dedicó una mirada amable al otro rubio, pero luego volvió a poner un gesto serio —, por lo tanto, cuando yo no esté presente o no pueda dar órdenes, es a él a quien debes seguir.
—Obedecerlo en casa y obedecerlo en el trabajo, estoy maldito — musitó el moreno.
Aidan se movió y con su cola tumbó a Dunkel, que cayó sentado en la duela.
—Te dije que no debes hablar si yo no te lo permito, ¿no eres capaz de seguir una orden simple?
El moreno lo miró con molestia — lo siento, ‘señor’.
El hurón sonrió divertido — levántate, novato — le hizo una seña —, apenas estamos empezando.
Dunkel se incorporó de un salto y se mantuvo serio; estaba molesto porque ese niño parecía querer humillarlo ante los demás, especialmente frente a su hermano. Aunque la realidad era que Vollmond, así como los otros que lo acompañaban, ni siquiera le dirigieron una mirada; como el pequeño hurón les había dicho al llegar, ellos solo lo miraban a él.
—El siguiente es el Teniente Riúrik Ryder…
Vollmond dio un paso atrás, a la par que el lobo de cabello gris, daba un paso al frente.
—Riúrik es un híbrido lobo siberiano — especificó —, Licenciado en administración militar, Teniente especializado en operaciones encubierto y no convencionales, combatiente cuerpo a cuerpo con o sin armas, con entrenamiento en rastreo, supervivencia, evasión, resistencia y escape de entornos hostiles, maestro en diferentes técnicas de combate y disciplinas de artes marciales, aunque tiene especial gusto por las armas de filo — cada que presentaba a su equipo, el pequeño rubio sentía que el orgullo lo inundaba —, literalmente, Riúrik es mi espada y mi escudo — miro de soslayo al pelinegro —, cualquier orden que doy, Rik la cumple sin titubear.
Dunkel levantó una ceja «¿eso debería amedrentarme? Es solo un perro pulgoso…» pensó con desprecio, ya que normalmente no le agradaban mucho los híbridos canidos, pero con los lobos varones, su relación era generalmente imposible, aunque le gustaba retozar de cuando en cuando con alguna hembra.
—El tercer miembro de mi equipo es el Teniente Kajika Nakai.
Riúrik volvió a su lugar y el de cabello rojo oscuro, casi tinto, dio el paso.
—Él es un híbrido mapache — dijo el ojirrojo con obviedad, debido a la cola anillada —, es ingeniero militar, zapador especializado, con una maestría en manejo de explosivos y materiales altamente peligrosos, así como experto en… otras cosas menos ortodoxas — sonrió con picardía, ya que Kaji era el que se encargaba de recuperar cualquier objeto, algunas veces, de manera no legal —, excelente combatiente cuerpo a cuerpo y de largo alcance, además, es uno de los mejores en cuanto a moverse por el terreno con sigilo.
«Ya me imagino por qué…» pensó el moreno con seriedad.
—Teniente Eerin Darel…
Kajika regresó a su posición y la koala dio el paso al frente.
—Híbrido koala, licenciado químico farmacéutico biólogo, especializado en química toxicológica y criminalista forense — ladeó el rostro —, a pesar de ser tan letal en batalla como Vollmond, Riúrik e incluso Kajika, prefiere no asesinar a menos que sea estrictamente necesario, ya que se obtiene mejor información de un vivo que de un muerto — se burló el rubio —, aunque sea por las malas — especificó —, además, en cualquier escena donde estuvieron los renegados, encuentra cualquier cosa útil para una investigación, también se encarga de borrar rastros y hacer lobotomías con sus químicos — se burló el menor.
Dunkel levantó una ceja y repasó de pies a cabeza a la koala, «linda, aunque no tiene mucho de lo que me gusta»
—Teniente Nikolai Sidorov…
Eerin dio un paso hacia atrás y dejó que su compañero de cabello rosa estuviera enfrente.
—Híbrido ardilla roja — el hurón pasó las manos por detrás de su espalda —, ingeniero en sistemas computacionales, mecatrónica y telecomunicaciones, especializado en seguridad, desarrollo, computo forense y automatización, en pocas palabras, nuestro cerebro — dijo con altivez —, él es quien se encarga de recabar información, programar nuestras actividades, entregarnos todo el equipo y objetos necesarios para realizar las misiones, además de ser nuestro único enlace con el departamento de inteligencia militar — volteó a ver a Dunkel —, aunque generalmente él no entre en combate durante nuestras misiones, sabe pelear y puede ser letal si se lo propone, así que, no lo subestimes.
Dunkel frunció el ceño, el chico que tenía enfrente era delgado y pequeño, aunque no tanto como el hurón que tenía al lado, pero se miraba enclenque, además, usaba lentes, eso lo hacía ver más que inofensivo, «es un cerebrito, ¿qué puede hacer un cerebrito?»
—Y él será tu guía en cuestión de información teórica — con eso, el rubio se quitaba un peso de encima —, por lo tanto, Teniente Sidorov — se dirigió al de lentes —, todo lo que el novato necesite saber de elementales, que no sea clasificado, se lo explicará claramente, ya que debe tener todo el conocimiento de un cadete de preescolar, en una semana, ¿entendido?
—¡Sí, señor! — asintió el de cabello rosa.
—Bien… — Aidan asintió y enfocó su vista en otro miembro su equipo — a su lado, tenemos a la Teniente Ángel Darigavay…
Nikolai regresó a su posición original y la chica rubia dio el paso al frente, ante la mirada sorprendida de Dunkel, quien no podía apartar sus ojos de los atributos frontales de ella.
—Híbrido vaca — el niño ladeó el rostro —, ingeniero mecánico automotriz, con estudios avanzados de ingeniería mecánica eléctrica e industrial, aunque sea difícil de imaginar por su déficit de atención — especificó el menor —, tiene varios cursos de mecatronica y es especialista en vehículos de combate terrestre, además de que es excelente combatiendo cuerpo a cuerpo…
«¿Quién no quisiera combatir cuerpo a cuerpo con ella?» la sonrisa de Dunkel no pasó desapercibida para Aidan, pero prefirió no prestarle atención.
—Ella nos saca sin contratiempos de todos los lugares dónde hacemos las misiones — prosiguió con voz seria el ojirrojo —, nos aleja de la zona problemática y nos quita de encima tanto a enemigos, como a estorbos — respiró profundamente —, nunca ha fallado y eso la hace un miembro vital de nuestro equipo — aseguró, para que no quedara duda de ello —, ya que un escape infructuoso, a pesar de que la misión haya tenido relativo éxito, puede provocar problemas…
«En eso supongo que tiene toda la razón…» la mirada azul repasó varias veces el cuerpo que se dibujaba bajo el uniforme, «pero si tengo que trabajar con ella, tendré que estrechar relaciones…»
—Y debes tener cuidado con ella — Aidan sonrió —, Angy es la única chica en nuestro equipo y tiene novio, elemental, activo en otro escuadrón, que podría darte una ‘arrastrada’ por intentar algo con ella.
—¿Qué? — Dunkel lo miró sorprendido y luego posó su mirada en Eerin «pero, ella es chica…», pensó intrigado.
El rubio rió — sé lo que piensas — ladeó el rostro —, pero a pesar de la apariencia, Ery no es una chica, es un varón…
Los ojos azules del joven pantera se abrieron desmesuradamente.
—Aunque Eerin se siente más cómodo siendo tratado como chica, se viste como chica y se siente como chica, así que trátalo como tal, pero no te confundas, eso te puede traer problemas.
Dunkel abrió sus labios, tenía dudas, más no debía hablar si el hurón no se lo permitía, así que su voz quedó como un sonido ininteligible; el ojirrojo suspiró, sabía que el otro quería saber algo, por lo que debía responderle.
—Habla, novato, sé que tienes algo que decir o preguntar.
El moreno respiró profundamente — señor, realmente, parece chica — dijo con voz apenas audible.
Aidan soltó el aire y miró hacia arriba — esa es otra cuestión que tienes que aprender — lo miró de soslayo —, algunos elementales, tienen características andróginas y no solo eso, entre innatos, e incluso asimilados, puedes encontrar híbridos hermafroditas, es decir, algunas mujeres pueden fecundar y algunos hombres, pueden ser fecundados, así que no te vayas por las apariencias si tú tienes una preferencia definida.
—¡¿Qué?! ¡Eso es imposible!
El hurón masajeó sus sienes — me gustaría que esto te lo explicara Niky — comentó con seriedad —, pero lo que sí te puedo decir ahora es que olvides lo que sabes de anatomía híbrida, no siempre aplica para elementales, somos muy diferentes, especialmente los primigenios, creí que te había quedado claro cuando hablamos de necesidades fisiológicas — señaló de manera molesta, porque aún no se acostumbraba a ello.
—Pero… entonces… ¿cómo…? Es decir… — Dunkel miraba sorprendido a “la” koala, estaba estupefacto.
—Te lo dije, cualquier cosa, Niky te lo explicará más a detalle en de transcurso de la semana, no te preocupes — sonrió divertido —, sé que aún hay cosas que tienes que asimilar, pero volvamos a nuestro asunto principal — se irguió — debo presentarte al último miembro del equipo…
Ángel por fin regresó a su lugar ya que mientras el ojirrojo hablaba, ella no se movió; Dunkel por su parte, seguía confundido, pero se sorprendió por lo que el menor dijo, ya que no había nadie más ahí.
—Soy yo — el hurón se giró mirando a Dunkel y el moreno lo miró con incredulidad —, Capitán Aidan Firesoul, pero eso ya lo sabes — le restó importancia —, mi grado de estudios y conocimientos, en este punto es completamente irrelevante…
«Eres estudiante de preparatoria…» el ojiazul levantó una ceja «supongo que no quieres decirlo para no sentirte menos que tus subordinados…»
—Pero lo que debes tener en cuenta es… — dio unas piruetas hacia atrás sin problemas, como cualquier gimnasta lo haría, sorprendiendo al moreno — yo, soy un elemental primigenio y a diferencia de ellos, puedo hacer muchas otras cosas, como esto.
Con un solo movimiento de la mano, el fuego empezó a cubrirlo, su cuerpo tomó forma de lava y roca fundida, mientras su cola, orejas y cabello se convertían en fuego puro. Dunkel se quedó con la boca abierta y eso hizo sonreír al hurón, que de inmediato volvió a su forma común, empezando por su brazo izquierdo, ya que un resplandor salido de su reloj, le permitió tener nueva ropa al mismo tiempo.
—¿Alguna pregunta?
—Ya puedes dejar de alardear — dijo Zoltan con seriedad.
—Solo quería demostrarle que sí puedo hacer cosas impresionantes, aunque no pueda decir un currículo tan extenso — se quejó el menor haciendo un mohín.
—¡Oh, cielos! — Kharine suspiró — Kesito, no necesitas hacer eso, él se dará cuenta a su tiempo.
—No si regresa a ser un híbrido común en poco tiempo — sonrió el hurón —, algo que espero sea muy pronto — sentenció con toda seguridad, mirando a Dunkel de manera retadora.
Sus padres negaron.
Zoltan respiró profundamente — bien, tenemos algo que hablar con el joven Blauenacht…
—¿Hablar? — el hurón se puso en alerta — ¿de qué? — preguntó curioso.
—Sobre las actividades que estará realizando de ahora en adelante — especificó su madre.
—Pues no va a hacer muchas, ya que aunque nosotros volvamos a estar en activo, él no puede acompañarnos a misiones, ¿o sí?
—Eso es algo que tenemos que hablar con él — repitió su padre —, por ahora, pon al corriente a tu equipo sobre lo que se ha ordenado y después, alguien te llevará a casa — sentenció —, ya perdiste muchas clases y ambos deben intentar retomar su vida normal.
Aidan entornó los ojos y chasqueó la lengua — está bien…
—Dunkel — la voz amable de la leona se escuchó —, por aquí, por favor — le hizo un ademán y el moreno la siguió en silencio, aún estaba aturdido por lo que había visto.
Los leones y el chico pantera salieron del gimnasio; cuando la puerta se cerró, se escuchó el grito.
—¡Vollmond, voy a matarte! — el rubio corrió hacia el mayor, quien se encogió de hombros esperando el golpe, mientas los demás daban el salto, alejándose de su compañero — ¡tu hermano tiene mi poder! — reprochó el niño sujetando al otro de su uniforme y sacudiéndolo, aunque el lince era mucho más alto que él — y además, ¡por qué no me dijiste que tu hermano era una pantera negra!
—Lo siento, jefe… de verdad — el de ojos aqua no intentó detenerlo, solo lo miró hacia abajo —, no imaginé que algo así podría ocurrir — señaló — y no le dije lo de mi hermano, porque usted dice que no quiere saber nada de nuestras familias — explicó con rapidez.
Aidan prefería no tener nada que ver con las familias de sus subordinados, por lo que les pedía que no hablaran de ellos en su presencia, a menos que fuera estrictamente necesario; esa había sido la razón por la que Vollmond, a pesar de saber que el personaje favorito del rubio, era un híbrido pantera onca negra, jamás le dijo que su hermano lo era.
—¡Es tu culpa! — el hurón infló las mejillas y le dio golpecitos en el pecho con sus puños, aunque solo era el ademán, ya que no estaba imprimiendo nada de fuerza — ¡eres responsable y tienes que compensarme!
—Tranquilo, jefe — Ángel llegó y lo abrazó, alejándolo de su compañero —, no se altere, le puede dar una úlcera…
—Angy… ¡mis orejas! — dijo el menor, ya que su cabeza estaba entre los grandes atributos de la chica.
—¡Ay!, “pobecito” — dijo la rubia y se alejó, masajeando las pequeñas orejitas con cariño —, ¡son tan suavecitas! — sonrió emocionada.
—Jefe, su café — Nikolai había ido a una pequeña hielera que estaba escondida y le acercó un vaso con la bebida que el otro más disfrutaba.
Aidan sujetó el vaso y bebió casi todo el líquido de golpe, hasta que al final, solo se escuchaba el sonido del aire, mientras sorbía sin obtener nada más; se comió la cereza, la galleta y luego suspiró.
—Ya, descansen, no estoy en activo — dijo con voz triste — y no lo estaré en un rato.
Con esa indicación, el que le dijeran jefe, quedaba de lado, ya que eso solo era cuando estaba en misiones o estaba ostentando su título miliar.
—Sí, nos lo dijeron — Riúrik asintió.
Vollmond se cruzó de brazos — nosotros también estamos suspendidos unos días más, por lo ocurrido en el centro comercial.
—Estos días, solo hicimos los encargos de los generales — comentó Nikolai con algo de tristeza.
—Yo me divertí — Ángel sonrió y abrazó más fuerte al pequeño hurón —, recorrimos la ciudad y encontramos nuevos lugares que podemos ir a visitar para comer y de compras, ¿no es así Ery?
El pelimorado asintió mientras masticaba un chicle.
—¿Estabas masticando chicle mientras los presentaba? — preguntó el rubio con rapidez.
El aludido negó, hizo una bomba y la reventó, volviendo a meter los residuos en su boca, masticando la goma de nuevo, después sacó un paquete de chicles y se lo entregó — lo acabo de abrir — dijo con poco interés.
—¿Eucalipto? — el niño hizo una mueca de desagrado —, prefiero el de limón con fresa, ¿no traes?
El koala hizo otra burbuja y la reventó — nop…
—Bien, ¿cuál es plan, Kesito? — Kajika se cruzó de brazos.
—Ahora, nuestra prioridad es encontrar la manera de librarnos de él — el hurón buscó la mirada de Vollmond —, lo siento, pero tu hermano no se puede quedar.
—Lo sé, no te preocupes — asintió el otro —, yo tampoco quiero que se quede, esto muy peligroso para él.
—Más que peligroso, ¡esto es un contratiempo para mí! — el rubio hizo un puchero —, realmente no tengo todo mi poder y eso me puede afectar, vean… — dejó el vaso de lado y levanto el guante negro que portaba, dejando libre su mano derecha — mis marcas pasaron a él y si no las recupero, mi habilidad es menor y no sabemos qué pueda hacer él — dijo con nervios —, si algún otro elemental se entera o si un renegado lo sabe… ¿qué creen que pueda pasar?
Los otros se vieron entre sí, estaban entendiendo la gravedad del asunto; no era solo porque Aidan era algo vulnerable, sino porque si otros sabían que alguien más poseía lo que él, Dunkel estaría en serios problemas.
—No debe ser tan difícil que lo recuperes, ¿o sí? — Riúrik levantó una ceja — solo tienes que hacer lo que hiciste para ayudarle, pero a la inversa, ¿no?
El ojirrojo suspiró, no les podía decir que había sido un trato con un Dios — no es tan sencillo, no es como jugar a los “encantados”.
—Nunca ha pasado nada como esto antes, así que el problema es, ¿dónde empezamos a buscar información? — preguntó Nikolai, acomodando sus gafas
—Este es un trabajo a prueba y error — Aidan volvió a sorber el fondo del vaso con café, empezando a calentarlo un poco, para que se derritieran los hielos, pero no completamente, solo lo suficiente para seguir bebiendo — y completamente confidencial.
—Eso significa que lo haremos justo como hicimos en el trabajo de los materiales, ¿cierto? — preguntó Vollmond con seriedad.
—Así es — afirmó el menor —, Nicky, tú y yo, nos pondremos a buscar información en archivos…
—De acuerdo — asintió el pelirosa.
—Vollmy y Rik, tendrán que encargarse de vigilar a ese gato — entrecerró los ojos.
Vollmond sonrió divertido, ya que no le resultaría problema seguir a su hermano menor; por el contrario Riúrik entornó los ojos, ese trabajo no le agradaba.
—Ery, Angy y Kaji — el menor respiró profundamente, no quería ordenarles eso, pero era necesario —, busquen cualquier cosa que nos pueda servir en el “bajo mundo” — sentenció —, pero mantengan un perfil bajo, ya saben que las “sombras”, no gustan de meterse en problemas.
—Prefiero ir con Ery — la voz de lobo sonó fría.
—¡Oh, vamos, Rik! — el mapache puso un gesto molesto — soy capaz de cuidar a mis compañeros.
—Creo que no es por eso — comentó la vaca con obviedad.
—Esos lugares son muy peligrosos — especificó el peligris.
—Me sé defender — anunció el koala, sin dejar de mascar el chicle.
—¡Ya basta! — el hurón levantó la mirada — Ery, Angy y Kaji son los más indicados para ir ahí — dijo con seriedad —, aparte de mí, son los únicos a los que las “sombras” aceptan y no es algo para estar orgullosos, pero ahora es necesario, ¿de acuerdo, Rik?
El ojigris gruñó — de acuerdo.
Aidan levantó el rostro, ya que la vaca seguía abrazándolo — Angy, por favor, enfócate cuando estés ahí, ¿sí? No quiero que haya problemas de ninguna índole.
—Sí, Kesito — asintió —, me pondré las gafas, no te preocupes.
—Bien — el ojirrojo asintió —, pero aparte de acompañar a Ery y Kaji, necesito que hagas otra cosa…
~ • ~ • ~
Nota: Espero que con esto, se vayan familiarizando con el equipo de Kesito; aun tengo que hacer sus dibujos, pero espero hacerlos pronto, para que los vean y reconozcan mejor.
Nota 2: Es posible que se retrase la actualización de Elemental, lamento las molestias para aquellos que siguen la historia, pero en este momento, tengo pendientes unas cosas y aunque ya tengo los capítulos, de todas maneras hago una ultima edición antes de publicar y no tengo tiempo para eso.
Nota 2: Es posible que se retrase la actualización de Elemental, lamento las molestias para aquellos que siguen la historia, pero en este momento, tengo pendientes unas cosas y aunque ya tengo los capítulos, de todas maneras hago una ultima edición antes de publicar y no tengo tiempo para eso.
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