Capítulo VII
Alejandro estaba en el pasillo, limpiando su camisa con un pañuelo, cuando vio que un médico y una enfermera, llevaban a Julián en la silla de ruedas; el castaño trataba de no quejarse, aunque tenía su rostro rojo y con un gesto de dolor notorio, mientras lo llevaban a otra habitación.
—¿Qué te pasó? — preguntó el rubio al acercarse.
—Guti no… lo tomó muy… bien… — respondió entre dientes el castaño, con su mano en la entrepierna.
El ojiverde hizo una mueca de dolor, al imaginar dónde había recibido el golpe su amigo — supongo que necesita descansar, ¿cierto? — miró al médico que iba con él.
—Sí — asintió el hombre —, lo llevaremos a otra habitación para que repose, le daremos un analgésico y le pondremos un poco de hielo para la inflamación, al parecer, el señor Ruiz sabe cómo conectar bien esos golpes.
—Está bien entrenado — Alejandro habló con orgullo y burla —, bueno, te acompaño, Erick tampoco quiere verme, así que le daré unos minutos, hasta que se le pase el enojo…
—¿El café fue… su culpa? — preguntó Julián, aún con un gesto de dolor.
—Sí — Alejandro suspiró —, tiene un serio problema con lanzar el café a otros cuando está molesto, pero al menos no me fue tan mal como a ti… vamos, necesitas recuperarte, para que vuelvas con tu fierecilla…
Erick seguía sentado en la cama, se sentía completamente perdido, confundido, molesto; tenía ganas de gritar y en el fondo, quería golpear a Alejandro, pero sabía que no iba a poder hacerlo y realmente no iba a poder hacer nada con su problema.
—No me dejará — dijo con miedo —, me obligará a hacer lo que él quiere, como siempre…
Ahogó un sollozo y trató de respirar profundamente, porque sentía que desfallecería a causa de la falta de aire.
—Tengo que hacer algo…
El ojiazul se movió y sujetó su celular, que había dejado en la mesita, al lado de la cama; revisó la lista de los contactos y titubeó. No sabía a quién hablarle; ninguno de sus amigos era una opción, seguramente se molestarían, pero no le permitirían hacer nada y le hablarían de inmediato a Alejandro.
—Nadie me ayudará — mordió su labio y apretó el teléfono en la mano.
Sabía que no podía contar con su familia en lo más mínimo, así que se sentía completamente a la deriva y sin opciones, más las palabras de Alejandro llegaron a su mente.
“…el hombre que los atendió aquella vez a ti y a Agustín, ni siquiera es médico, yo le pagué para que les mostrara a ambos un medicamento falso…”
—¡Agus! — dijo con ansiedad.
Quizá, si Agustín estaba pasando por lo mismo que él, podría ayudarle a solucionar su problema.
—¿Y si no? Si él está bien, no me entenderá… ¿Y si le avisa a Alex? — titubeó, sabía que Agustín trabajaba para Alejandro, así que tenía miedo que no le ayudara.
“Agustín está para ayudarte y apoyarte en todo… te protegerá y en caso de una situación adversa, él sabrá cómo mantenerte seguro y a salvo, aunque yo no pueda estar cerca…”
Esas habían sido las palabras de Alejandro, así que sabía que Agustín estaba bien entrenado para cualquier emergencia.
—Agus es mi amigo también — dijo con un poco de seguridad — y así como él está solo, yo no tengo a nadie más tampoco…
—No me dejará — dijo con miedo —, me obligará a hacer lo que él quiere, como siempre…
Ahogó un sollozo y trató de respirar profundamente, porque sentía que desfallecería a causa de la falta de aire.
—Tengo que hacer algo…
El ojiazul se movió y sujetó su celular, que había dejado en la mesita, al lado de la cama; revisó la lista de los contactos y titubeó. No sabía a quién hablarle; ninguno de sus amigos era una opción, seguramente se molestarían, pero no le permitirían hacer nada y le hablarían de inmediato a Alejandro.
—Nadie me ayudará — mordió su labio y apretó el teléfono en la mano.
Sabía que no podía contar con su familia en lo más mínimo, así que se sentía completamente a la deriva y sin opciones, más las palabras de Alejandro llegaron a su mente.
“…el hombre que los atendió aquella vez a ti y a Agustín, ni siquiera es médico, yo le pagué para que les mostrara a ambos un medicamento falso…”
—¡Agus! — dijo con ansiedad.
Quizá, si Agustín estaba pasando por lo mismo que él, podría ayudarle a solucionar su problema.
—¿Y si no? Si él está bien, no me entenderá… ¿Y si le avisa a Alex? — titubeó, sabía que Agustín trabajaba para Alejandro, así que tenía miedo que no le ayudara.
“Agustín está para ayudarte y apoyarte en todo… te protegerá y en caso de una situación adversa, él sabrá cómo mantenerte seguro y a salvo, aunque yo no pueda estar cerca…”
Esas habían sido las palabras de Alejandro, así que sabía que Agustín estaba bien entrenado para cualquier emergencia.
—Agus es mi amigo también — dijo con un poco de seguridad — y así como él está solo, yo no tengo a nadie más tampoco…
Agustín estaba en su habitación, caminando alrededor de la cama, respirando con agitación, sintiéndose traicionado, molesto e incluso, odiando a lo que sea que tuviese dentro.
—No — dijo con molestia —, ¡esta cosa ni siquiera tiene por qué estar aquí! — señaló su vientre con el índice, sintiendo un deseo por arrancar con sus propias manos lo que sentía como intruso.
El sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos, era el tono de la llamada entrante de Erick, así que respondió de inmediato.
—Señor…
—“…Agus…” — el sollozo se hizo presente y Agustín se imaginó la razón, después de todo, Julián le dijo que él y Alejandro habían tomado la decisión que lo llevó a ese estado.
—Dígame — dijo con voz triste.
—“¿Cómo…? ¿Cómo estás?...”
Agustín suspiró — no tan bien como quisiera — aseguró con molestia —, usted, ¿cómo está?
Del otro lado de la línea, Erick rompió en llanto y tardó en responder — “…Agus… quiero irme de este hospital… necesito… necesito hacer algo con esto y aquí, Alex no me dejará hacer nada…”
—¿Hacer algo? ¿Se refiere a…?
—“…Sí… por favor, solo ayúdame a salir de aquí… yo solo… quiero ser quien tome las decisiones en mi cuerpo y esto es algo que no quiero…”
—Señor… es que… — Agustín titubeó, pero finalmente, se armó de valor — yo tampoco quiero esto — su mirada se posó en su vientre, con algo de reproche.
—“…Vámonos, Agus…”
La súplica en el tono de voz de Erick, consiguió que Agustín tomara una decisión; no sabía si era la adecuada, pero en ese momento, no quería pensar más.
Suspiró — de acuerdo, solo debo evitar que mis compañeros nos detengan…
—“No hay nadie más… Alex dijo que vino solo con Julián…”
Esa frase sorprendió a Agustín, pero si era de esa manera, sería mucho más sencillo salir de ahí sin tener que preocupase por los demás guardaespaldas de Alejandro de León.
—Siendo así, solo es cuestión de burlar la vigilancia del hospital y podremos salir de aquí, pero tiene que hacer todo lo que le diga, ¿de acuerdo?
—“…Sí, te espero…”
—No — dijo con molestia —, ¡esta cosa ni siquiera tiene por qué estar aquí! — señaló su vientre con el índice, sintiendo un deseo por arrancar con sus propias manos lo que sentía como intruso.
El sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos, era el tono de la llamada entrante de Erick, así que respondió de inmediato.
—Señor…
—“…Agus…” — el sollozo se hizo presente y Agustín se imaginó la razón, después de todo, Julián le dijo que él y Alejandro habían tomado la decisión que lo llevó a ese estado.
—Dígame — dijo con voz triste.
—“¿Cómo…? ¿Cómo estás?...”
Agustín suspiró — no tan bien como quisiera — aseguró con molestia —, usted, ¿cómo está?
Del otro lado de la línea, Erick rompió en llanto y tardó en responder — “…Agus… quiero irme de este hospital… necesito… necesito hacer algo con esto y aquí, Alex no me dejará hacer nada…”
—¿Hacer algo? ¿Se refiere a…?
—“…Sí… por favor, solo ayúdame a salir de aquí… yo solo… quiero ser quien tome las decisiones en mi cuerpo y esto es algo que no quiero…”
—Señor… es que… — Agustín titubeó, pero finalmente, se armó de valor — yo tampoco quiero esto — su mirada se posó en su vientre, con algo de reproche.
—“…Vámonos, Agus…”
La súplica en el tono de voz de Erick, consiguió que Agustín tomara una decisión; no sabía si era la adecuada, pero en ese momento, no quería pensar más.
Suspiró — de acuerdo, solo debo evitar que mis compañeros nos detengan…
—“No hay nadie más… Alex dijo que vino solo con Julián…”
Esa frase sorprendió a Agustín, pero si era de esa manera, sería mucho más sencillo salir de ahí sin tener que preocupase por los demás guardaespaldas de Alejandro de León.
—Siendo así, solo es cuestión de burlar la vigilancia del hospital y podremos salir de aquí, pero tiene que hacer todo lo que le diga, ¿de acuerdo?
—“…Sí, te espero…”
Cómo dije en Patreon, aun cuando dije que Erick y Agus iban a tener bebés, no especifiqué que fuera a ser en su primer embarazo, ¿verdad? XD
¿Qué ocurrirá? Por lo pronto, en el próximo capítulo, veremos que hacen Alejandro y Julián, cuando se enteren que sus respectivas parejas, ya no están en el hospital.
¿Qué ocurrirá? Por lo pronto, en el próximo capítulo, veremos que hacen Alejandro y Julián, cuando se enteren que sus respectivas parejas, ya no están en el hospital.
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