Capítulo IX
Mientras en el palacio y el templo, las cosas volvían a la normalidad y se preparaban para la próxima luna llena que sería cuatro noches después, Derok solicitó una reunión con sus hermanos. Siendo aún un Dios joven, pues aun no llegaba a la mayoría de edad, como algunos de los dríades mayores, necesitaba conocer la opinión de los demás, para decidir su manera de actuar, por lo que la pidió para una noche antes de la luna llena, así todos se prepararían para ello y no habría excusas de que estaban ocupados o les quitaba su tiempo.
Mientras tanto, Miley seguía cuidando del niño y a pesar de que Derok sabía que éste estaba en buenas manos, no había querido ir a hacer sus recorridos, así que había enviado espíritus etéreos a hacerlo, mientras él se quedaba en el islote, aunque para realizar su trabajo, subía a la copa de su árbol.
* * *
El día de la reunión, a media tarde, un ligero gemido alertó a Miley, quien de inmediato se colocó al lado del castaño; los parpados del niño se movieron con pesadez y lentamente se abrieron un poco, apenas para dejar ver sus ojos grises. Naü quiso mover su mano pero no coordinaba lo suficiente, así que Miley la sostuvo con delicadeza, para darle seguridad.
-¿Donde…? – la voz se perdió en un suave murmullo.
-Tranquilo – musitó la joven – no debe precipitarse, aún está débil…
De inmediato, el espíritu de la chica se incorporó y levantó la voz – ¡mi señor, el joven despertó!
Derok ni siquiera terminó de dar indicaciones, bajó de inmediato de la copa de su árbol y se acercó al niño, lleno de ansiedad y curiosidad.
-¡Hola! – saludó con media sonrisa, al estar al lado del niño.
Naü intentó enfocar la mirada, pero no podía, pues sin sus gafas, todo era borroso para él – ¿quién…? – con pesadez, pasó la mano por su cabeza, se sentía medio adormilado.
-No parece estar del todo bien – anunció Derok, buscando a Miley con la mirada.
-Es normal – asintió ella – no ha comido bien en días y por ello no ha recobrado del todo las fuerzas – explicó – pero ahora que ya ha recuperado el conocimiento, puede comer mejor – anunció – prepararé algo especial, una sopa será buena para él, ¿cree que podamos usar algo de carne?
-Por supuesto, traje mucha la última vez – asintió el aludido – si necesitas otra cosa, solo pídela…
La joven fue hacia unos cuencos que Derok había llevado un día antes, que contenían algo de carne de una aldea de las orillas más alejadas del enorme lago, con eso empezaría a preparar algo más sustancioso de lo que le había estado dando al niño.
Derok aprovechó para acercarse más al castaño y quitó unos mechones de cabello que cubrían el delicado rostro – Miley te preparará algo de comer – anunció con suavidad.
-¿Mi… ley? – Naü suspiró – ¿dónde…?
-Estás en el gran lago – sonrió el mayor.
-Lago… – musitó – ¿qué lago…?
-¿Aún te sientes mal? ¿Qué ocurre? – preguntó el Dios, al darse cuenta que el niño no parecía comprender del todo lo que le decía.
-Estoy… mareado…
Después de eso, volvió a dormir, casi de inmediato.
-¡Miley! – el de ojos naranjas se sobresaltó – ya no responde.
La chica se acercó y sonrió al ver lo ocurrido – no se preocupe, solo volvió a dormir – anunció – está bien, no pasa nada – respondió condescendiente – debe permitir que se recupere…
-¿Tardará mucho?
-No, esperemos que al comer, gane un poco más de fuerza…
* * *
Derok estaba impaciente, pues Miley se tomó su tiempo para hacer la sopa; la joven quería darle algo que ayudara al niño, aunque solo comiera poco, pues su cuerpo seguramente no recibiría bien una gran cantidad de alimentos, pero era necesario para recuperarse, por eso desmenuzó la carne y cortó los vegetales hervidos en trozos pequeñitos, para que el menor no se esforzara al masticarlos.
Al final, cuando Miley sirvió en un pequeño cuenco la sopa, caminó hacia el Dios – listo – anunció – hay que despertarlo para que coma un poco y también, hay que incorporarlo, no es bueno que coma esto, acostado.
-Está bien.
Con sumo cuidado, Derok levantó a Naü; aun con sus brazos ocupados, el lecho donde el niño había estado durmiendo, se movió a voluntad del mayor, levantándose de una parte, para que al dejarlo nuevamente en su lugar, quedara ligeramente sentado.
-¿Así está bien?
-Sí, así es perfecto – Miley asintió.
Derok volvió a recostar al niño y esperó, pues Miley se sentó a su lado y pasó un paño húmedo en la frente, antes de darle ligeros golpecitos en las mejillas.
-Joven… despierte – pidió con voz suave, para no asustarlo.
Los parpados volvieron a abrirse con pesadez y el menor suspiró al ver la silueta a su lado – mamá… – dijo con debilidad.
-No… – ella negó – lo siento – se disculpó – soy Miley, mi joven señor – se presentó con rapidez – estoy cuidando de usted, desde hace unos días.
-Miley… – musitó el niño y luego una lágrima rodó por su mejilla, realmente había pensado que su madre lo estaría cuidando, aunque sabía que era imposible.
-¿Por qué lloras? – una caricia fría en su mejilla, consiguió llamar la atención del castaño – ¿te duele algo más?
Naü buscó al dueño de esa voz varonil, que le hablaba con tanta consideración, intentó enfocar, pero la silueta borrosa apenas se distinguía.
-¿Quién… es? – preguntó a media voz.
-Soy Derok – dijo con rapidez el joven de cabello aqua.
-Derok… – suspiró el ojigris – se llama igual… que mi Dios – musitó.
-Ah… es que yo soy Derok – especificó el mayor – el Dios de la meseta.
-No… – el niño negó con lentitud – aunque no vea bien… no puede engañarme… nadie ha visto a mi señor… ni siquiera… su Sumo Sacerdote…
-Creo que necesita las gafas – anunció Miley para Derok – a ver, joven señor, necesito que coma un poco – acercó una cuchara a la boca del niño, mientras el Dios iba a buscar ese artefacto que había recogido de la balsa.
Cuando el mayor volvió a su árbol días antes, tanto con la bolsa como con ese objeto extraño, Miley le explicó lo que eran y para que servían, pues el joven de ojos naranjas, no tenía conocimiento de que algunos humanos no podía ver bien y necesitaban esos extraños cristales para poder hacerlo; de hecho, ese mismo día él se los puso para probar la teoría de la pelirrosa, sobre que podían ver mejor, pero sintió que era todo lo contrario y por unos segundos sus ojos le molestaron, así que aún tenía sus dudas.
Derok volvió con las gafas – aquí están…
Esperó a que el niño pasara el bocado y después, con sumo cuidado, colocó las gafas en el rostro del menor; sonrió divertido, le parecía sumamente tierno como se miraban los ojos del castaño, pues con los lentes, parecían mucho más grandes de lo que eran, debido al aumento de los cristales.
Naü enfocó la mirada y cuando se dio cuenta que el joven que estaba frete a él tenía la piel verde, abrió los parpados completamente, sus labios se movieron, pero no dijo nada, pues empezó a toser, ya que se había ahogado con el bocado que masticaba.
-Calma – Miley lo miró preocupada – no se altere, por favor, aún no está del todo bien…
El castaño miró a la joven que le hablaba y sintió que el alma se escapaba de su cuerpo; era transparente, con un halo fantasmal alrededor y era obvio que era completamente incorpórea, aun así, sostenía el cuenco con comida, una cuchara en la otra mano y le sonreía con dulzura.
-Esto… yo…
-Tranquilo – Derok le acarició una mejilla – todo está bien…
Naü estaba sumamente agitado y alterado, pasó una mano por su cabello y respiró profundamente – estoy soñando… – musitó después de cerrar los parpados – es solo un sueño… – repitió – en cualquier momento despertaré en mi cama…
Derok miró de soslayo a Miley y la chica sonrió.
-No, mi joven señor – negó la pelirrosa, hablándole con suavidad, para no alterarlo más – esto no es un sueño…
-No – la deidad de ojos naranjas la secundó – estás en mi árbol de vida – especificó – quizá no sea tan cómodo como una cama humana, pero hice lo mejor que pude – dijo divertido.
-No… no puede ser – Naü aún no podía creer lo que estaba escuchando y sus ojos miraban a los dos que estaban frente a él, sintiéndose sumamente confundido y casi echándose a llorar – es que tú… – señaló a Miley – estás… es decir…
La pelirrosa sonrió al darse cuenta lo que el menor quería decir – comprendo que sea difícil entender, especialmente por mí – explicó – pero aunque soy un espíritu, también soy una sierva de mi señor Skoll Eroim y estoy aquí para cuidarlo, hasta que se recupere…
-¡¿Eroim?! – Naü la miró con sorpresa, pues conocía la historia y leyenda del Sumo Sacerdote albino, ya que su abuelo se la contaba desde que tenía uso de razón – ¿el gran sacerdote Eroim?
-¿Cómo es que te sorprendes más con eso que saber que soy Derok y que además estás en mi árbol de vida? – el de ojos naranjas se cruzó de brazos, ofendido.
Ante esas palabras, el niño se alteró – no mi señor, perdóneme, no quise insultarlo…
Una vez más, el castaño empezó a ponerse nervioso.
-Mi señor… – Miley miró de reojo a la deidad – no lo presione tanto – pidió con seriedad – el niño apenas está reaccionado, tiene días sin sentido, es lógico que no pueda asimilar algunas cosas con facilidad…
-Lo siento… – Naü bajó el rostro, mortificado por la situación, si Derok consideraba un insulto lo que dijo, seguramente lo castigaría.
El joven de cabello aqua suspiró – bueno, supongo que ahora es más difícil creer en espíritus que en un Dios, después de todo, el mundo sabe que somos reales…
-Mi señor… – la voz de Naü se escuchó con debilidad, pues temía hacerlo enojar más – realmente, no quería insultarlo con mis dudas – levantó el rostro pero no se atrevió a mirar al otro al rostro – discúlpeme… por favor… no era mi intención ponerlo en duda, es solo que… no pensé que alguien como yo, pudiera tener la dicha de conocerlo – una extraña emoción se hizo presente en su pecho, pero evitó sonreír – en persona…
Derok se sorprendió por esas palabras, pero entendía que el niño había pasado una situacion difícil y debía darle tiempo para comprender lo que sucedía.
-No te preocupes – negó – realmente no estoy…
Dejó de hablar, en ese momento, su nariz percibía el olor que le había gustado días atrás. Sin dudar se inclinó acercándose a Naü y empezó a olerlo con interés; el cabello, el rostro, los labios, bajó al cuello y aspiró el aroma profundamente, consiguiendo que el niño se estremeciera.
-Es igual… – musitó con anhelo, aún contra el cuello del ojigris.
Debido a la caricia de su aliento, la piel del castaño se erizó, logrando que el menor dejara salir un gemido débil.
-¿Ocurre algo, mi señor? – Miley lo miró con sorpresa – ¿desea que los deje un momento a solas? – preguntó confundida, pues normalmente cuando Nyrn hacía eso con Skoll, deseaba privacidad para estar con su desposado, pero el niño no era pareja de Derok, así que no sabía si debía hacerlo, especialmente si aún necesitaba cuidados y no había terminado la comida.
El de ojos naranjas se alejó con lentitud, observando intrigado al castaño – no lo comprendo – dijo confundido – ese es el olor, pero… ¿por qué no siempre es igual? – sus manos acariciaron ambas mejillas de Naü y su mirada escudriño al niño – todavía antes de despertarte no olías así, aunque si era parecido, no era igual – especificó con desespero – no lo entiendo…
-¿Oler? – Naü parpadeó confundido – no… no sé de qué habla…
-¿Cuál es tu nombre? – preguntó el mayor con rapidez.
-Naü – la vocecita del de lentes apenas se escuchó, así que lo repitió – Naü Kalzan, mi señor…
Derok se alejó un poco más y con sus dedos, extrajo de entre sus ropajes la pluma que había guardado como un tesoro, mostrándosela al castaño.
-Naü, ¿sabes qué es esto?
-Es… ¿una pluma? – dijo el niño con precaución.
-¿Es tuya? – presionó el Dios, sintiéndose sumamente inquieto.
-Ah… no sé… ¿puedo verla de cerca, por favor?
Derok le entregó el delicado objeto y esperó la reacción del castaño.
Naü sujetó la pluma y la revisó, observando la punta, dándose cuenta de la preparación para escribir, además de una pequeña mancha delatora de tinta, por lo que supo que ya había sido usada con anterioridad, a pesar de que estaba cuidada para evitar su deterioro y finalmente la delicada marca que denotaba su propiedad – sí – sonrió y acomodó sus gafas – es mi pluma de garza real.
La deidad aguantó la respiración un momento y después lo miró con altivez – hace varios días, recibí una plegaria con este objeto – explicó con seriedad – venía con algo más que también guardé, si de verdad es tuya, sabrás qué era lo otro…
-Una plegaria… – Naü cerró los ojos, tratando de recordar, aunque sintió una ligera punzada en la sien, tenía dificultades para recordar con rapidez las cosas – era… un pergamino con… un dibujo…
Derok chasqueó los dedos y las lianas de su árbol de vida se movieron con rapidez, llevándole el pergamino y colocándolo frente al castaño. Naü intentó sujetarlo pero las lianas lo alejaron de inmediato, así que se confundió, miró a Miley de soslayo, esperando que ella le dijera que deseaba el otro, pero la pelirrosa se alzó de hombros, pues tampoco sabía qué era lo que quería el Dios.
-Dime, Naü… – los ojos naranjas observaron fijamente al niño – ¿qué es lo que está dibujado?
El menor pasó la mano por su cabello, hizo un mohín y trató de recordar; una imagen algo vaga llegó a su mente – es… un dibujo de una garza, comiendo pescado – anunció lentamente – ni siquiera pude terminarlo, pero lo envié como ofrenda, porque era todo lo que tenía en ese momento… lo siento – se disculpó de nuevo, bajando la mirada.
Derok abrió el pergamino; había visto el dibujo todos los días desde que lo recibió, pero para él era perfecto, aunque el menor decía que no estaba terminado. Aún estaba revisándolo, cuando percibió el olor una vez más y se dio cuenta que el dulce perfume del niño parecía opacarse de nuevo.
-Algo no está bien – dijo aún más confundido, la mano del Dios se acercó a la barbilla de Naü y lo obligó a levantar el rostro – mírame – pidió con autoridad, al darse cuenta que el castaño desviaba la mirada.
El ojigris se mordió el labio nervioso, la caricia en su rostro le daba escalofríos, pero no se atrevía a ver al otro a los ojos, porque no se sentía digno de ello – es que… no es… no es correcto…
-¿Por qué? – el joven de cabello aqua se estaba desesperando, el olor de ese niño era tan variable que no podía identificar cuál era el real, pero a pesar de sus cambios, mantenía un matiz ligeramente parecido al que le gustaba, aunque no podía estar seguro.
-Porque no es correcto – musitó el menor – usted es el Dios de la meseta, Dios de los pastizales y de las praderas, nuestro señor, protector de la vida y la naturaleza…yo, un simple humano, que ni siquiera tiene un estatus digno en su propia familia, no debería tener tal distinción… no la merezco… el simple hecho de haberlo visto en persona, es un privilegio que ni en mis más locos sueños podría haber imaginado – sonrió con ilusión.
«Ahí está de nuevo…» Derok estaba más confundido, pero si quería saber cuál era el verdadero perfume de ese niño, necesitaba tiempo.
-Está bien, Naü – suspiró y lo liberó – no te presionaré, pero tarde o temprano, tengo que entender algunas cosas – sujetó la pluma y la colocó de nuevo entre su ropaje, después, ordenó a las lianas devolver el pergamino a su lugar, con un simple ademán – por el momento, termina tu comida, debes recuperarte… Miley, que termine sus alimentos.
Miley no se había movido de su lugar, solo había bajado la mirada, para no “ver” lo que ocurría, tratando de darle privacidad a ambos, aunque se mantenía atenta, por si debía retirarse, pero al escuchar su nombre, comprendió que debía seguir con su tarea.
-Sí – asintió – a ver, mi joven señor, por favor, abra la boca…
-Ah… no es necesario que me des de comer – Naü se acomodó las gafas – puedo hacerlo solo…
-¿Solo? – la pelirrosa levantó una ceja – ¿qué clase de servidora sería si permitiera que usted se atendiera solo, en el estado en el que está? No, aún no está recuperado y pasar casi seis días inconsciente pudo haberle afectado más de lo que parece, así que no puedo permitir que coma solo…
-¿Seis días? – Naü se asustó – ¿tengo seis días aquí? ¡Por Derok! ¡Mi familia! Seguramente están preocupados, debo decirles que estoy bien…
La deidad de cabello aqua suspiró – tu familia se fue hace unos días de la meseta – anunció con seriedad.
-¿Se… fueron? – Naü sintió una opresión en su pecho – pero… – buscó la mirada de Miley – ¿por qué?
La chica no sabía qué responder, pues ella no estaba enterada de eso, por lo que su rostro se giró hacia la deidad y fue este quien le respondió al niño.
-Porque piensan que estás muerto, hicieron una ceremonia funeraria en tu nombre y después, partieron…
-Se fueron… – las lágrimas de Naü se agolparon en sus ojos, intentó sonreír, pero era un gesto lleno de dolor – supongo que… mis padres se sintieron aliviados, ¿cierto? – se mordió el labio con fuerza y empezó a llorar – de todas maneras, solo soy su segundo hijo – sus manos cubrieron su rostro, pasando por debajo de sus gafas y empezó a sollozar.
Derok se sintió culpable por eso, pues pudo haberle dicho a los padres del niño que estaba vivo, pero por no querer presentarse ante humanos que no consideraba que valieran la pena, prefirió esperar, solo que ahora esas lágrimas que el menor derramaba, le causaban una sensación extraña.
-Si lo deseas, puedo buscar la manera de comunicarme con ellos, para decirles que estás bien y que vengan a buscarte…
-No… – el ojigris negó y se limpió el llanto, sonriendo amargamente – de todas maneras… papá pensaba enviarme lejos – intentó sonar seguro – quizá, es mejor así… no le daré más problemas.
-¿Por qué te enviaría lejos? – Derok frunció el ceño, confundido.
-Porque… porque solo lo decepciono – respondió con debilidad – porque no soy un buen hijo…porque soy… el segundo gemelo – dijo con tristeza.
-¿Segundo gemelo? ¿Qué es eso?
-Los gemelos, son dos bebés que nacen al mismo tiempo – respondió Miley – es muy difícil que ambos sobrevivan…
-¿Los humanos pueden tener dos hijos a la vez? – la sorpresa no se hizo esperar en la deidad – ¡eso es increíble!
-No, no lo es – Naü suspiró – cuando una mujer tiene gemelos se dice que el segundo es una maldición – respiró profundamente – representa todo lo malo y así, como el mayor recibe todas las bendiciones de nuestro Dios, el segundo… el segundo es…todo lo contrario… es por eso que… en antaño y aun en la actualidad… si llegan a nacer gemelos, al segundo… – un nudo en su garganta se hizo presente, impidiéndole hablar por unos segundos – al segundo… lo sacrifican apenas nace… para alejar todo mal que aceche a la familia…
Tanto Derok, como Miley se sorprendieron, pues ninguno sabia de esa manera de pensar. El joven de ojos naranjas no podía creer lo que el niño había dicho; él, igual que sus hermanos, ansiaba tener retoños y entre más hubiera, era mejor, por eso no podía comprender que los humanos sacrificaran a sus hijos. Miley por su parte, al ser de otro continente, tenía costumbres distintas, por eso no sabía lo que ocurría en ese lugar, dónde ahora se encontraba.
-Pero, acabas de decir que tú eres el segundo, ¿no es así? – Derok buscó el rostro del niño – tú estás vivo.
-Sí – suspiró – mis padres decidieron dejarme vivir… pero eso no quita que yo no sea… alguien a quien mi familia quiera de verdad… papá y mamá prefieren a mi hermano – sonrió tristemente – él es el primogénito y es… especial… por eso lo quieren más…
Esas palabras le recordaron a Derok la plegaria de ese niño, “quisiera que mis padres… algún día me amaran tanto, como aman a mi hermano…” pero también le recordaba lo que había escuchado en el templo, días atrás y realmente, no le agradaba esa situación.
-No creo que él sea especial – el mayor estiró la mano y le acarició la mejilla con ternura – así que, no pienses así…
-Gracias… – musitó el ojigris, aunque lentamente empezó a cerrar los parpados y volvió a dormir.
-¡¿Qué ocurrió?! – Miley se asustó
-Lo hice dormir, no es bueno que recuerde cosas desagradables, es mejor que descanse un poco más – la deidad suspiró y le quitó las gafas al niño – por el momento ya sé un poco más de él y me siento mejor de saber que por hora, no tengo que avisarle a sus padres que está vivo, lo que me deja tiempo de conocerlo mejor – sonrió de lado – aunque aún tengo que entender, qué ocurre con su olor…
-Bueno, si ya lo decidió – la chica observó la comida – supongo que guardaré sus alimentos para más tarde – anunció al incorporarse e ir a dejar el cuenco cerca de donde estaba la demás comida.
-Al atardecer, tengo una reunión importante con mis hermanos – Derok acarició el cabello del niño – pero la tendré en otro lugar, para no moverlo o importunarlo – dijo refiriéndose a Naü – aunque es muy probable que no tarde mucho.
-No se preocupe mi señor – la pelirrosa sonrió – yo atenderé al joven Kalzan.
-Gracias, Miley.
* * *
Antes de que el sol se ocultara completamente en el horizonte, Derok convocó nubes de tormenta, para poder acudir a la reunión que él mismo había solicitado, pues esta se llevaría a cabo en el bosque de Nyrn, quien era el líder de todos ellos.
Derok fue a la enorme cueva oculta en la cascada, entrando por el segundo acceso, que se encontraba por la parte superior del río, casi como un agujero en uno de los islotes que permitía que hubiera una cascada interna, con un lago interior y un pequeño río que recorría la enorme caverna, que tenía varias cámaras más, dónde guardaba todas las cosas y terminaba justo en la cascada, cayendo el agua a la par y ocultando esa cueva también. Se sentó en el islote que estaba en el centro del pequeño lago y se concentró para poder hacer su representación líquida en el bosque de Nyrn.
Los doce Dioses llegaron, se saludaron y tomaron sus lugares, mientras Nyrn se sentaba en una gran silla que tenía preparada, frente al lago de su árbol de vida.
-De acuerdo, Derok, ¿cuál es la razón de solicitar esta reunión? – pregunto el rubio con seriedad, pues tampoco lo sabía.
-Yo… – el Dios de cabello aqua respiró profundamente – no me encuentro satisfecho con mi Sumo Sacerdote.
-¿Solo eso? – Meryl levantó una ceja, se cruzó de brazos, hundiéndose en su lugar, como si estuviera en un sillón.
-Derok, creo que para eso no necesitabas una reunión así – Raky pasó la mano por su cabello, cansado.
-Sí, con decirlo por un espejo de agua es suficiente, ¿o no, Nyrn? – Elfry recargó el rostro en una mano.
-Cierto – asintió el rubio.
-¿Para esto me hiciste posponer todos mis asuntos? – Gralk lo miró molesto.
-Sí, dejé a mí ‘panecito’ solo, por venir a esta reunión – reclamó Keroh.
-También creo que una reunión de este tipo, para eso, es exagerada, Derok – Drif no podía apoyarlo en ese momento.
-Estamos gastando energía, solo para saber algo que ya nos habías dicho con anterioridad.
-Lasden tiene razón – Serif secundo a su hermano – pudiste decirlo como siempre.
-Todos tenemos cosas que hacer, Derok, recuerda que para unos, la luna llena llega antes – Yuol trató de ser condescendiente.
-Y debemos prepararnos igual que lo haces tú – anunció Videk.
-¿No crees que esto es exagerar? – Elgrim entorno los ojos – es un esfuerzo innecesario.
-¡¿Pueden por lo menos escucharme?! – pidió el Dios de ojos naranjas – ya dejé que se desahogaran, ahora, déjenme hablar, ¿sí?
Su voz seria consiguió alertar a los otros; Nyrn se irguió en su lugar y les dedicó una mirada fría a sus hermanos, antes de permitirle al Dios de cabello aqua, hablar – de acuerdo, entonces explícate, Derok.
-Realmente, esta reunión es porque quiero destituir a mi Sumo Sacerdote – dijo con toda seriedad consiguiendo que sus hermanos se sorprenderán – quiero que deje de llevar mis rituales y de preferencia, alejarlo de la meseta.
-¡¿Estás loco?! – Elfry se puso de pie – necesitas un Sumo Sacerdote para llevar a cabo los rituales de luna llena.
-Elfry, cálmate – pidió Nyrn – ya hemos pasado por una situación similar, en la que se destituyó a una Suma Sacerdotisa – dijo con toda calma, refiriéndose a la sacerdotisa de Keroh.
-Pero si se hizo, fue porque Keroh encontró a su pareja – agregó Raky.
-Y con ello, un nuevo Sumo Sacerdote – terminó Meryl, haciendo hincapié en esas palabras.
-Lo sé – Derok respiró profundamente.
-¿Tienes un nuevo ‘Sumo Sacerdote’? – Drif lo miró intrigado desde su lugar, pues imaginaba que esa era la razón de su petición.
-No aún – respondió el de cabello aqua, bajando la mirada, pues no podía saber qué significaba Naü para él en ese momento o si sería especial en el futuro.
-Si es así, ¿por qué quieres destituirlo? – Lasden no comprendía.
-¿Cambiaste de opinión y quieres a su hermano? – Videk también estaba confundido.
-¡Por supuesto que no! – Derok negó, haciendo un gesto de desagrado.
-No creo que quieras a la niña – Elgrim rascó su cabeza.
-Sí, tú mismo dijiste que ella ni siquiera quería quedarse ahí – Serif se alzó de hombros.
-O, ¿viene otro descendiente en camino? – preguntó Keroh con curiosidad.
-No, tampoco – Derok negó.
-¿Entonces, quieres cambiar de familia guardiana? – Gralk pasó la mano por su barbilla.
-No te lo recomiendo – Yuol negó – de verdad, si es eso, no lo hagas.
-No por el momento – suspiró – realmente, me gustaría que mi anterior Sacerdotisa se hiciera cargo una vez más, un corto periodo de tiempo, mientras puedo verificar algo… con alguien… a ver qué decido hacer después…
“¡¿Estás loco?!” “¡Eres un inconsciente!” “No tomes decisiones precipitadas…” “Esto es sumamente irregular…” “¿Seguro que no bebiste mucho hoy?” “El vino de palma te está afectando…” “Pero, ¿qué tiene de malo?” “Aunque suene raro, si él lo desea…” “Es que no es común…” “No tiene nada de malo…” “Entonces, ¿para qué cambió de sacerdote en primer lugar?”
Las frases empezaron a escucharse y Derok pasó las manos por su rostro, frustrado.
Nyrn se dio cuenta que su hermano parecía inquieto, así que debía ayudarlo – ¡silencio! – levantó la voz y consiguió que los demás se callaran – todos ustedes deben aprender a mantenerse callados de cuando en cuando, no estamos para criticarlo, sino para entender sus razones – regañó y fijó su mirada en su hermano – Derok, dime, ¿esto es por el chico que ayudaste hace días?
“¡¿Chico?!” “¿Qué chico?” “Espera, ¿hay un chico?” “¿Entonces encontraste a alguien?” “¿Es especial?” “Pero quiere a su anterior sacerdotisa, no a ese chico…” “No entiendo…” “¿Quién es?” “¿Por qué no lo elige a él?” “Quizá no es el correcto…” “¿Y la sacerdotisa si?” “No lo creo…”
-¡Dije que se callaran! – Nyrn se levantó de su lugar y sus lianas golpearon las representaciones líquidas de sus hermanos, consiguiendo que se diluyeran y se quedó a solas con Derok – bien, tenemos un poco de tiempo antes de que vuelvan – sonrió y caminó hasta el otro – a ver, Derok, ¿qué ocurre?
-Gracias… – musito el de ojos naranjas, pero aunque intentó sonreír, no pudo – no lo sé Nyrn, es confuso – buscó la mirada de su hermano – por momentos, ese niño tiene un olor exquisito, que me hace desearlo, pero por otros, es como si este se viera opacado…
Mientras él hablaba, sus hermanos se materializaban de nuevo, pero se mantenían en silencio, escuchando sus palabras.
-Además, tiene problemas con su familia y no sé si sería bueno que se quedaran a su lado, ya no digo que sean buenos guardianes – se alzó de hombros – por eso, quiero que Moriza vuelva, para que me dé tiempo de conocer a Naü y saber qué ocurre con él, ¿me entiendes?
Nyrn asintió – entiendo – dijo con calma – bien… – se giró, observando que los demás ya habían vuelto y se habían sentado en sus lugares, manteniéndose en silencio – creo que Derok tiene una razón válida para tomar esa decisión – sonrió – así que, yo creo que puede hacerlo, ¿alguna objeción?
Los otros lo miraron con seriedad, era obvio que el mayor no iba a aceptar una réplica.
Raky se alzó de hombros – si él cree que es lo correcto, está bien…
-Es su territorio – sentenció Meryl, cruzándose de brazos – que haga lo que quiera…
-No es algo que se haya hecho antes, pero siempre hay una primera vez – aceptó Elfry.
-No le veo nada de malo, además, solo es mientras encuentra una respuesta – sentenció Serif.
-Sí, pero ahora que ya sabemos que no nos pondremos en contra de su decisión – Lasden levantó una ceja – ¿podemos pasar a lo más importante?
-¿Qué cosa? – preguntó Derok confundido.
-¿Quién es el chico? – indagó Drif con calma.
-¡Sí! ¿Quién es ese chico al que ayudaste? – Elgrim lo presionó.
-Porque seguramente, es más importante de lo que quieres admitir – Gralk lo señaló con su índice.
-Es que… aun no sé si sea importante – Derok pasó la mano por su nuca, mientras Nyrn volvía a tomar asiento en su lugar – solo he hablado con él hoy…
-Bueno, si no has hablado con él, solo necesitas tiempo, ¿no es así, Nyrn? – Videk buscó a su hermano mayor.
El rubio se cruzó de brazos y asintió – por supuesto – dijo con suficiencia – no puedes estar seguro de que será el correcto, si no lo conoces bien…
-Lo que significa que hay que esperar, para saber – suspiró Derok, él deseaba saberlo rápido, pero entendía que así no funcionaba el ‘amor’.
-Sabremos esperar las noticias – sonrió Yuol, tratando de animarlo.
-Y apartaré otro lugar en mi boda con Tariq, para tu novio – anunció Keroh con seriedad, consiguiendo que sus hermanos se sobresaltaran.
-¿Qué quieres decir? – Meryl entrecerró los ojos y se irguió en su asiento.
-Pues… que si Derok tendrá novio, debe venir con él a mi boda, ¿o no? – preguntó confundido.
-Sí, pero dijiste que solo para el novio de Derok – Lasden levantó una ceja, notoriamente molesto por esas palabras.
-Pues aparte de Nyrn y yo, es el único que tendrá pareja para acompañarlo, porque no creo que en tres meses, alguno de ustedes encuentre novio también, ¿o sí? – el rubio se alzó de hombros – si no los han conseguido en ochenta años, menos en unas cuantas semanas…
“¡Retráctate!” “¡Eso es muy descortés, Keroh!” “Te has vuelto muy maleducado” “Deberías respetarnos” “Aunque tu tengas pareja, no debes echárnoslo en cara” “Aún eres el menor”
Los regaños y quejas entre los Dioses empezaron, pero Derok se mantuvo en silencio, la palabra ‘novio’ había dejado una impresión muy fuerte en él.
«¿Y si no es el correcto?» pensó con tristeza «¿qué tal si solo me estoy haciendo ilusiones?»
* * *
A pesar de las dificultades y de que casi todos los dioses se enojaron con Keroh, la reunión acabó poco después, de una manera relativamente pacífica, aunque Nyrn le hizo una seña a Derok para que se quedara hasta el final.
Cuando todos sus hermanos se fueron, el rubio creo una silla más, cerca de él – ven, vamos a platicar – dijo con diversión.
-¿Sobre qué? – indagó el otro, pero le hizo caso, yendo a su lado.
-¿Cómo está el chico? – preguntó el ojiverde – Skoll me pidió que te preguntara por él, está preocupado…
-Reaccionó hoy – respondió el de ojos naranjas – pero Miley dijo que necesita recuperar fuerzas aún…
-Ya veo – Nyrn se acomodó en posición de loto sobre su lugar – ¿quieres contarme sobre tus dudas?
Las palabras del mayor consiguieron que su hermano se sobresaltara – ¿cómo sabes que tengo dudas?
-Por lo que me dijiste de su olor – el rubio sonrió.
-Ah… eso – Derok respiró profundamente – realmente, sí, me gustaría saber y supongo que eres el único que puede responderme – sonrió nervioso, luego buscó la mirada de su hermano – Nyrn, ¿el olor de los humanos, puede cambiar de un momento a otro?
La pregunta consiguió que el ojiverde frunciera el ceño – pues… la verdad, no estoy muy seguro – respondió seriamente – realmente, Skoll no cambia de olor, pero eso es porque por años se bañó en el manantial y aún lo hace, así que el olor de mis flores de sangre siempre está presente en él…
-Eso no me responde nada – Derok bajó el rostro.
-Bueno, pero eso es con Skoll, los demás humanos si tienen distintos olores…
-¿Cómo lo sabes? – preguntó con curiosidad el otro.
-Desde hace siglos, he puesto mucha atención a los humanos que me servían – Nyrn ladeó el rostro – ustedes eran más desapegados a sus actividades como guardianes, yo no…
-¿Eso es un reclamo? – el joven de cabello aqua lo miró con recelo.
-No, pero tienes que admitir que si no prestas atención a tu alrededor, puedes dejar pasar cosas importantes y más, si vives siglos, ¿no lo crees?
-Bueno, eso sí…
-Los humanos son muy volubles – prosiguió el rubio – sus emociones son tan variables que difícilmente puedes conocerlos del todo, pero hay algo que nos hace darnos cuenta cuando son buenas personas…
-Su olor dulce – interrumpió el de ojos naranjas.
-Sí – el ojiverde asintió – si el humano tiene un olor dulce, significa que es una buena persona, pero a pesar de ser buenas personas, pueden sufrir y cuando eso ocurre, se entristecen o lloran y su olor cambia, pero no es la única emoción que logra una modificación…
-Cuando percibí el olor de Naü un día, me pareció dulce – confesó – luego, me gustó mucho, porque era más intenso y con un matiz casi perfecto – suspiró al recordar cuando le llego su plegaria – pero luego, me parecía empañado por un olor a sal…
-Seguramente él estaba pasado por ciertas situaciones que lo hicieron sentirse diferente y por eso, su olor cambió, aunque no comprendo por qué será tan voluble.
-¿Crees que ocurra con todos? – Derok buscó la mirada de su hermano.
-No lo sé, podríamos preguntarle a Keroh, si quieres.
-Quizá es lo mejor – asintió el de ojos naranjas.
Nyrn movió su mano y empezó a hacer una invocación, para hablar con el más pequeño de sus hermanos, que aún estaba en su árbol de vida, dando indicaciones a Wilk y Welk.
-“¿Qué? ¿Ahora que quieren?...” – preguntó haciendo un mohín – “…es muy temprano para mí…” – se quejó – “…quiero ir con Tariq…” – infló sus mejillas y arrugó la nariz.
-Keroh, compórtate – pidió Nyrn con seriedad – si te estamos molestando es porque necesitamos que nos saques de unas dudas, para que Derok comprenda mejor del chico que ayudó…
-“¿Sobre su novio?” – la sonrisa del rubio se hizo presente con rapidez – “de acuerdo…” – se sentó en la orilla del lago fangoso, sin poder ocultar su emoción, pues ahora se sentía más grande y sabio que sus otros hermanos, al tener pareja y ellos no – “¿qué quieren saber?”
-Ah… Keroh – Derok titubeó, pensando la mejor manera de preguntar – dime… ¿el olor de Tariq cambia?
-“¿Cambiar?” – indagó confundido – “¿a qué te refieres?”
-Derok quiere saber si el olor de tu pareja, tiende a cambiar cuando se pone triste – explicó Nyrn.
-“Ah…” – Keroh sonrió – “no…” – negó y eso deprimió a Derok, pero lo que dijo después lo desconcertó aún más – “…su olor se mantiene casi igual, desde que lo ‘devoré’ por primera vez, solo disminuye de intensidad cuando se llega a enojar conmigo…” – se alzó de hombros – “pero ya no cambia, aunque tampoco es igual al olor que tenía cuando lo conocí…” – se cruzó de brazos – “…ahora tiene un olor más especial… como si oliera a mi…”
-¿Qué quieres decir con ‘devorar’? – Derok parecía asustado por esa palabra.
-“A estar con él y expulsar mi savia en su interior…” – explicó con toda naturalidad.
-Ah… – el dios de cabello aqua, respiró aliviado – realmente pensé que…
-“¿Qué cosa?” – Keroh levantó una ceja.
-Nada – dijo su hermano, intentando no pensar en las escenas que llegaron a su mente al relacionar la palabra ‘devorar’ con los lagartos del lago.
-Entonces… – Nyrn estaba interesado en lo que Keroh había dicho – ¿el olor de Tariq se mantiene igual, desde que intimaste con él la primera vez?
-“Sí, solo disminuye de intensidad cuando se enoja conmigo o cuando se pone triste por los peregrinos, pero si lo hago reír, vuelve a la normalidad…” – contó con orgullo – “antes de que lo ‘devorara’, su olor cambiaba, pero se volvía mucho más dulce cuando oraba para mi…” – suspiró ilusionado – “era muy rico ese olor también…”
“…se volvía mucho más dulce cuando oraba para mi…” Derok abrió los ojos con sorpresa, pues el olor de Naü, cuando hizo la plegaria, era el que más le había fascinado hasta ese momento.
-Es cierto… – Nyrn asintió – cuando Skoll se ponía a orar por mí, su olor también se intensificaba – pasó la mano por su barbilla – como si su verdadera devoción lo hiciera más especial.
El Dios de ojos naranjas parpadeó, recordando cuando el niño despertó, cuando habló refiriéndose a él con sumo respeto, lo había hecho con devoción y por eso le había gustado su olor – lo que significa que… si piensa en mí y me adora de verdad… su olor será… ¿más dulce? – preguntó a media voz.
-“Supongo que sí…” – Keroh asintió.
-Todo parece indicar que así es – secundó Nyrn.
Derok se quedó en silencio un momento y sus hermanos se miraron entre sí, pues no comprendían su reacción; al final, el Dios de cabello aqua empezó a reír y miró hacia arriba, respirando profundamente.
-Creo que… ¡ya encontré a mi pareja! – anunció con emoción.
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