Chibi Historia 035 – San Valentin 2024 •César y Osvaldo•
Esta chibihistoria, pertenece a un grupo que fue publicada para conmemorar San Valentín 2024.
Osvaldo estaba nervioso; César y él tenían casi dos meses de novios y era el primer día de San Valentín que festejarían cómo pareja, ya que el castaño lo había invitado a cenar. Había pasado toda la noche anterior pensando en lo que podía ocurrir ese día, pero no fue hasta la mañana que se dio cuenta que él no había preparado nada para César y eso lo tenía muy preocupado.
El sol se ocultaba cuando César llegó a la casa por su pareja, pero se dio cuenta que el pianista se miraba muy inquieto.
—¿Ocurre algo, Osvaldo? —preguntó el castaño con preocupación, al verlo tan pálido.
—No… No —negó—. Estoy bien.
—¿Seguro? —lo sujetó de la mano y se dio cuenta que estaba fría—. Si lo deseas, no vamos a ningún lado.
Osvaldo ejerció algo de presión en la mano del otro y su labio inferior tembló— es solo que… Yo… —titubeó y desvió la mirada.
César se preocupó; si Osvaldo no se sentía bien, él debía anteponer su salud para evitar cualquier problema, por lo que se acercó y lo abrazó con suavidad— tranquilo, dime, ¿qué ocurre?
—Yo… Olvidé comprarte un regalo para hoy —admitió el pelinegro con vergüenza.
César se sorprendió por esa declaración y luego sonrió, besando la frente de su pareja con devoción— tranquilo, no necesitas comprarme nada —sentenció con suavidad.
—Pero… Es día del amor —Osvaldo suspiró—. Debí comprarte algo, solo que… En realidad, no lo pensé porque jamás le he comprado nada a nadie para este día —confesó avergonzado.
César lo sujetó con delicadeza del mentón y levantó el rostro para verlo a los ojos.
—Yo tampoco había festejado antes —admitió—, por eso, tampoco supe que comprarte y preferí invitarte a cenar —ladeó el rostro—. No te sientas mal, ambos estamos aprendiendo sobre el noviazgo y el amor —sonrió condescendiente.
Osvaldo respiró más aliviado y le sonrió cómplice a César— aun así, me gustaría darte un regalo, ¿te gustaría algo en especial?
César pensó un momento y negó— no lo sé y ¿tú? ¿Qué te gustaría a ti?
—Tampoco lo sé —el pelinegro apretó los labios, sintiéndose avergonzado, porque realmente no pensaba en nada.
—Bueno, ya que ninguno tiene algo en mente, ¿qué tal si salimos mañana y recorremos el centro comercial? —ofreció el castaño, besando el dorso de la mano de su pareja—. Así, podemos buscar juntos algo para regalarnos mutuamente y nos conoceremos mucho más, ¿te gustaría?
—Es una buena idea —el pianista asintió.
—De acuerdo, por esta noche, vamos a cenar.
Osvaldo asintió y después, Cesar lo guio al automóvil.
Ambos estaban aprendiendo lo que trataba una relación seria y, aunque ya estaban comprometidos, aun se estaban conociendo, así que, siendo el primer San Valentín que pasaban como pareja, posiblemente no sería perfecto, pero los siguientes años, ambos se esmerarían por hacer algo inolvidable para esas fechas.
El sol se ocultaba cuando César llegó a la casa por su pareja, pero se dio cuenta que el pianista se miraba muy inquieto.
—¿Ocurre algo, Osvaldo? —preguntó el castaño con preocupación, al verlo tan pálido.
—No… No —negó—. Estoy bien.
—¿Seguro? —lo sujetó de la mano y se dio cuenta que estaba fría—. Si lo deseas, no vamos a ningún lado.
Osvaldo ejerció algo de presión en la mano del otro y su labio inferior tembló— es solo que… Yo… —titubeó y desvió la mirada.
César se preocupó; si Osvaldo no se sentía bien, él debía anteponer su salud para evitar cualquier problema, por lo que se acercó y lo abrazó con suavidad— tranquilo, dime, ¿qué ocurre?
—Yo… Olvidé comprarte un regalo para hoy —admitió el pelinegro con vergüenza.
César se sorprendió por esa declaración y luego sonrió, besando la frente de su pareja con devoción— tranquilo, no necesitas comprarme nada —sentenció con suavidad.
—Pero… Es día del amor —Osvaldo suspiró—. Debí comprarte algo, solo que… En realidad, no lo pensé porque jamás le he comprado nada a nadie para este día —confesó avergonzado.
César lo sujetó con delicadeza del mentón y levantó el rostro para verlo a los ojos.
—Yo tampoco había festejado antes —admitió—, por eso, tampoco supe que comprarte y preferí invitarte a cenar —ladeó el rostro—. No te sientas mal, ambos estamos aprendiendo sobre el noviazgo y el amor —sonrió condescendiente.
Osvaldo respiró más aliviado y le sonrió cómplice a César— aun así, me gustaría darte un regalo, ¿te gustaría algo en especial?
César pensó un momento y negó— no lo sé y ¿tú? ¿Qué te gustaría a ti?
—Tampoco lo sé —el pelinegro apretó los labios, sintiéndose avergonzado, porque realmente no pensaba en nada.
—Bueno, ya que ninguno tiene algo en mente, ¿qué tal si salimos mañana y recorremos el centro comercial? —ofreció el castaño, besando el dorso de la mano de su pareja—. Así, podemos buscar juntos algo para regalarnos mutuamente y nos conoceremos mucho más, ¿te gustaría?
—Es una buena idea —el pianista asintió.
—De acuerdo, por esta noche, vamos a cenar.
Osvaldo asintió y después, Cesar lo guio al automóvil.
Ambos estaban aprendiendo lo que trataba una relación seria y, aunque ya estaban comprometidos, aun se estaban conociendo, así que, siendo el primer San Valentín que pasaban como pareja, posiblemente no sería perfecto, pero los siguientes años, ambos se esmerarían por hacer algo inolvidable para esas fechas.
Ya sabemos que entre estos no hubo nada de nada hasta el matrimonio u..u
Comment Form is loading comments...