Epílogo
Como se dispuso, el príncipe contrajo nupcias con su pareja, el día de su cumpleaños.
Todo el reino estuvo de fiesta y aunque Erick no los esperaba, su familia se presentó a la recepción, algo que hizo feliz al ojiazul, aunque no supo que su esposo los había obligado a ir, amenazándolos con que si le hacían un desaire al pelinegro, les quitaría todos sus privilegios.
La fiesta fue suntuosa y apenas la cena se terminó, la pareja se retiró a la alcoba; tenían solo unos días para festejar su matrimonio, antes de que Erick hiciera el ritual para poder ser “mamá”, pues su suegro estaba ansioso de tener nietos y no podían posponerlo más.
Durante una semana, los trabajadores del príncipe se hicieron cargo de conseguir los ingredientes que el ojiazul ocupaba y al final, todo estuvo listo para el hechizo; Erick sabía que era complicado, pero se sentía confiado de lograrlo. Aun así, después de hacerlo, estuvo inconsciente por varios días, preocupando a su esposo, a sus suegros y a todos los habitantes del castillo; al despertar, se comportaba de una manera diferente, pero no por ello, desagradable para su pareja, ya que insistía en intimar con él durante casi todo el día, a pesar de que desde el inicio, le había advertido que posiblemente tardarían un poco en ver resultados.
Mientras que la familia del Erick se mantenía al margen, los reyes se encontraban ansiosos de que les dieran la noticia de que serían abuelos, especialmente el rey, quien diariamente preguntaba sobre la situación, pues en cuanto naciera el futuro heredero, abdicaría de su puesto, para que su hijo tomara el trono.
Casi seis meses después, la pareja confirmó estar esperando su primer hijo y que el ojiazul tenía un mes de gestación, pero debido a que su condición no era normal, debía tener cuidado para que no hubiera problemas; esa fue la razón de que extremaron precauciones y mientras Alejandro no podía quedarse a su lado, Agustín le hacía compañía en todo momento, pues desde que habían vuelto al castillo, era su guardia personal.
Agustín era muy amale y entregado en su trabajo, además de ser sumamente profesional y se había vuelto el confidente del ojiazul; por su parte, Julián seguía siendo uno de los más cercanos al príncipe heredero, aunque esperaba que el príncipe Erick le hiciera el mismo ritual a su pareja, aunque aún lo no convencía.
Finalmente, a mediados del siguiente año, casi tres meses después de su primer aniversario, el príncipe consorte llegó al final del periodo de gestación, sorprendiendo a todos, ya que no fue un solo hijo el que tuvo…
Pero como siempre digo, esa, es otra historia.
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