Epílogo
Un mes después, Tariq estaba frente al agua de la ciénaga, sentado a la orilla del islote, acariciando la cabeza de Jer, la tortuga quien se había convertido en su compañero en la ciénaga, por indicación de Keroh; esperaba a Skoll, pues había querido hablar con él durante días, pero, a diferencia suya, que solo tardó quince días en salir del árbol de Keroh, el albino necesitó más tiempo de recuperación, así que, apenas iba a poder verlo.
-“Hola…” – saludó el ojirrojo al acercarse al lago de Nyrn, desde donde entablaría conversación con el otro niño.
-Hola – dijo el pelinegro – ¿cómo te sientes? – preguntó inquieto.
-“Bien, no te preocupes…” – sonrió – “y ¿tú?”
-Muy bien – sonrió emocionado – solo que, quería saber… es que, Keroh me dice que no, pero… realmente me preocupa…
-“¿Qué?”
-Ah, esto – señaló su pecho – es… ¿es mi semilla? – preguntó con tristeza.
-“No…” – Skoll negó – “es solo una pequeña parte de ella…” – aseguró – “solo lo necesario para unirte al árbol de Keroh, nada más…”
Tariq respiró aliviado – ¡gracias! – dijo con emoción – Keroh me dijo que es gracias a ti que ahora podré quedarme a su lado…
-“De nada…” – Skoll suspiró – “realmente, fue un alivio saber que no era necesario que se sacrificara su retoño, así que lo hice con gusto…” – sonrió.
-¡Tariq! – la voz de Keroh se escuchó y llegó con él, abrazándolo por la cintura – ‘panecito’ ya es tiempo de ir a ver nuestro retoño – apremió – ¡hola Skoll! – saludó para su cuñado – ¿cómo está Neyr?
-“Hola Keroh…” – hizo un ademán con su mano – “Neyr está bien, ahora mismo debe andar con su padre, seguramente tras alguna manada…” – dijo con cansancio – “Nyrn le prometió llevarlo a una parte diferente del bosque y aún es temprano aquí…”
-Lo sé – asintió el rubio – dile que cuando venga de visita, podrá jugar con su primo – sonrió emocionado.
-“Ya lo sabe…” – anunció el peliblanco – “aunque obviamente, le tuvimos que decir que no podrá llevar a sus hermanos, aún…” – rió.
-Ya habrá tiempo, bueno, es mejor que nos vayamos, ya empieza a oscurecer aquí…
-Nos vemos después – Tariq se despidió.
-“Que les vaya bien…”
El agua dejó de brillar y la imagen desapareció.
-Vamos – dijo el pelinegro – así podemos pasar toda la noche con nuestro hijo…
-¿Ahora si me crees que es nuestro retoño el que está sembrado? – Keroh entrecerró los ojos, pues por más que se lo decía, Tariq estaba renuente a creerlo completamente.
-Sí – dijo el menor más tranquilo.
-¡Qué bien! – rió el rubio – ahora si podemos pasar a otra cosa…
-¿Qué cosa? – preguntó Tariq confundido.
-¿Crees que me he olvidado de lo que te pedí hace meses?
-Ah… pues si me dices, tal vez lo recuerde – dijo el niño con toda sinceridad.
Keroh puso su frente contra la de Tariq y le sonrió – casarnos, ‘panecito’.
Las mejillas del pelinegro se tiñeron de rojo y se mordió el labio – y… ¿cuándo quieres casarte? – pregunto ilusionado.
-Tal vez, la próxima luna de otoño – le guiñó un ojo – así tendremos tiempo de preparar todo, ¿qué te gustaría que te regalara como muestra de nuestro compromiso? ¿Quieres una tortuga? ¿Qué tal un coco…? – se mordió el labio – no, eso no – dijo seriamente – mi padre me dijo que nunca te regalara un cocodrilo, aunque no sé por qué…
El pelinegro respiró aliviado, por lo menos ya no tendría que rechazar a los cocodrilos y, no es que no le agradaran del todo, pero prefería ciertamente a las tortugas.
-Tu padre es un hombre sabio – rió – ¿sabes…? los humanos regalan anillos.
-¿Anillo? – Keroh lo miró con sorpresa – ¿qué es eso?
-Ah… – Tariq pasó las manos por el cuello de su pareja y lo hizo inclinarse para besarlo – tengo muchas cosas que enseñarte aún – susurró – pero primero, vamos a regar a nuestro hijo y en el camino, te explico lo que es un anillo.
-Está bien – Keroh entrelazó los dedos de su mano con los de Tariq – también quiero traer el castillo para acá – anunció mientras guiaba a su pareja por la ciénaga.
-Creo que si lo traes cerca de tu árbol de vida, todo el mundo podría ubicarlo con facilidad, ¿no lo crees? – preguntó serio.
El rubio frunció el ceño por esas palabras – no lo había pensado… entonces, ¿lo dejo dónde está? – preguntó confundido.
-Por ahora – asintió el menor – por lo menos, hasta que los árboles se pongan frondosos y puedas ocultarlo mejor…
-Bueno, pero pondré más vigilancia, mas cocodrilos y serpientes… ranas también…
-Hablemos de eso luego… – suspiró el pelinegro, aún era difícil que Keroh entendiera que esos animales no eran una buena opción de guardias.
-¿Qué tal…? ¡hiedra venenosa! Podría cubrirlo todo de hiedra y ¡nadie se acercaría!
-Keroh… – Tariq arrugó la nariz, pero empezó a reír – podríamos usar hiedra venenosa, sí, ¿por qué no? – se alzó de hombros, cediendo ante los caprichos de la deidad, después de todo, ese era su carácter y no podía ir contra la corriente.
Sus voces se empezaron a perder en la ciénaga, pues iban a su lugar especial, ese dónde habían sembrado su primer retoño; tras ellos, Wilk y Welk los alcanzaron para seguirlos con sigilo, mientras Jer se quedaba en el árbol de Keroh.
La pareja debía volver al palacio al amanecer, pues allí esperaban aquellos que cuidaban de Tariq el resto del día, mientras el ‘Dios de la ciénaga’, decidía qué haría más adelante con su pareja, pues todos sabían que quería llevarlo a un lugar distinto, para protegerlo él mismo.
* * *
Despedida:
Y, ¿qué esperaban? ¿Más? ¡Pues no! Ajajaja, no puedo decir más, porque no sé qué tanto influya en los futuros spin off, pero, así como en este vieron más de Nyrn y Skoll, en los próximos, seguramente sabrán de Keroh y Tariq.
No diré de los demás personajes (Hark especialmente), porque obvio que no son principales, pero quizá pueda contarles un poco más de ellos, pero poquito.
En fin, espero que hayan disfrutado de este spin off, un tanto accidentado; supongo que se dieron cuenta en los distintos ritmos de mi escritura, pero bueno, aquellos que me han seguido, deben saber que he pasado por momentos difíciles… Así que, por lo menos, creo que esto quedó bien, así como está.
Fue un reto para mi escribir sobre un seme como Keroh, pero no lo iba a hacer uke, aunque todas las que me leían decían ‘es uke’, no señor, Keroh es seme, aunque les cueste (y me cueste) aceptarlo. Y miren que yo fui la que más sufrió, porque no estoy acostumbrada a un seme tan inocente.
Espero que a Gabriela Ktura, su madrina, le haya gustado este escrito, que está dedicado a ella. Muchísimas gracias por haber adoptado a mi hijo en su momento ^..^
Muchas gracias a todos los que leyeron este spin off. ¡Nos leemos con los próximos! (Espero) ajajajajajaja ^..~
Y, ¿qué esperaban? ¿Más? ¡Pues no! Ajajaja, no puedo decir más, porque no sé qué tanto influya en los futuros spin off, pero, así como en este vieron más de Nyrn y Skoll, en los próximos, seguramente sabrán de Keroh y Tariq.
No diré de los demás personajes (Hark especialmente), porque obvio que no son principales, pero quizá pueda contarles un poco más de ellos, pero poquito.
En fin, espero que hayan disfrutado de este spin off, un tanto accidentado; supongo que se dieron cuenta en los distintos ritmos de mi escritura, pero bueno, aquellos que me han seguido, deben saber que he pasado por momentos difíciles… Así que, por lo menos, creo que esto quedó bien, así como está.
Fue un reto para mi escribir sobre un seme como Keroh, pero no lo iba a hacer uke, aunque todas las que me leían decían ‘es uke’, no señor, Keroh es seme, aunque les cueste (y me cueste) aceptarlo. Y miren que yo fui la que más sufrió, porque no estoy acostumbrada a un seme tan inocente.
Espero que a Gabriela Ktura, su madrina, le haya gustado este escrito, que está dedicado a ella. Muchísimas gracias por haber adoptado a mi hijo en su momento ^..^
Muchas gracias a todos los que leyeron este spin off. ¡Nos leemos con los próximos! (Espero) ajajajajajaja ^..~
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