Epílogo
El lunes, a las seis y media de la mañana, Dunkel estacionó su vehículo en el aparcadero del instituto.
—Anda, chaparro, debes ir a clases — dijo con voz seria.
Aidan estaba en el asiento del copiloto, tenía un gesto enfurruñado y estaba cruzado de brazos. Los días que había pasado en el departamento de Dunkel habían sido un infierno y no solo por la situación, sino por cómo se sentía y por ello, sabía que debía alejarse del otro, aunque estaba consciente que era imposible.
Al principio, el hurón tuvo que adecuar su nueva habitación con todas sus cosas y sentía que estaba en una pequeña cajita, además de que el mismo departamento pasó por una revisión militar y cambiaron su seguridad; por eso, aunque le pidió ayuda a Niky, quien era el único estaba a su lado casi todo el día, enseñándole a Dunkel sobre teoría de elementales, le fue imposible escapar. El ojiazul era sumamente estricto, aplicando los métodos de su propia madre y Aidan estaba volviéndose loco de que el otro lo controlara tanto, aunque en el fondo incluso se sentía apreciado, porque nadie se había preocupado tanto por él, pero eso le inquietaba; esa fue la razón de intentar doblegar al moreno en los primeros entrenamientos que le dio, que eran solo para medir su resistencia física, deseando que renunciara, pero no pudo e incluso, el mayor se había comportado más severo en casa.
Las pláticas con sus subordinados estaban restringidas en tiempo a menos que fuera urgente, especialmente porque se suponía que ninguno estaba en operativo, pues se encontraban suspendidos por lo del centro comercial. Esa fue la principal razón de que no tuvo excusa y no pudo salir a despejar su mente con ellos y por órdenes del moreno, tuvo que usar su tiempo para ponerse al corriente con sus tareas atrasadas y por ende, tampoco pudo jugar o practicar violín.
Pero lo peor llegó ese mismo día; el ojiazul lo despertó a las cinco y media de la mañana, para que se preparara para ir a la escuela. Jamás había despertado tan temprano e intentó volver a dormir, pero el moreno fue por él, lo sacó de la cama, cargándolo sin problemas y lo metió a la regadera; Aidan gritó, ya que el agua no estaba lo suficientemente caliente para él, pero tuvo que terminar su baño, porque el moreno se quedó cuidando el cancel de la regadera, para que no escapara.
—No me digas chaparro — gruñó el niño.
—Te diré como quiera, ahora, muévete.
—Te odio — dijo el rubio entre dientes.
—Lo sé — sonrió el moreno —, me lo has dicho tantas veces estos últimos días que ya lo tomo hasta como un cumplido.
El rubio gruñó por lo bajo y sujetó la mochila que llevaba cerca de sus pies, pero antes de abrir la puerta, su reloj sonó; sin dudar, recibió el mensaje.
—“Buenos días, jefe…” — saludó el pelirrosa.
—No tienen nada de buenos, Niky — se quejó el menor, llamando la atención del moreno.
—“¿De nuevo se peleó con Dunkel?”
—No hablemos de eso, ¿qué quieres?
El de lentes rió — “…tenemos una nueva misión, quería decirle los detalles y…”
La mano de Dunkel sujetó el brazo de Aidan.
—¡Ey! ¿Qué haces? — pregunto el ojirrojo, cuando el mayor puso el holograma frente a él.
—Buenos días, Nikolai — dijo el nombre con seriedad —, dime, ¿es una misión urgente?
—“Buenas, Dun…” — saludó el otro — “…ah, no, es una misión para el viernes, pero el jefe siempre quiere saber todo en cuanto me llega la información y…”
—Si no es urgente, comunícate con él después de las tres — interrumpió el joven pantera con una sonrisa divertida —, ahora tiene clases y no puede atenderte, cambio y fuera — presionó un botón del reloj del niño y el holograma desapareció.
—¡¿Pero quién demonios te crees?! — preguntó el rubio, notoriamente molesto.
—Tu tutor — respondió Dunkel con rapidez — y no puedes pensar en misiones si no cumples con tus tareas, ahora, baja — ordenó.
Aidan apretó los puños y dijo unas palabras que el otro no entendió, pero no le dio importancia, seguramente lo estaba maldiciendo en algún idioma raro; se había enterado que Aidan conocía muchos idiomas y aunque no sabía cómo un niño tan pequeño podía hablarlos, seguramente eran cosas de la milicia que él apenas estaba aprendiendo, puesto que todos los del escuadrón del hurón, también hablaban varios idiomas de manera fluida, incluyendo a su hermano, aunque apenas se enteraba de ello.
Ambos bajaron del automóvil y caminaron por las instalaciones. Los alumnos los miraban con curiosidad; todos sabían que Dunkel no era un simple profesor de deportes, sino que era de la milicia y eso ocasionaba que todos los alumnos le tuvieran miedo y respeto, mientras que las alumnas ahora estaban más interesadas en él.
Mientras se dirigían hacia los edificios administrativos, en uno de los pasillos se encontraron a Vivi.
—Buenos días — saludó la pelinaranja con amabilidad.
—Buenos días — respondieron ambos.
—Hola, Aidan, ¿cómo te encuentras? — preguntó preocupada, puesto que estaba enterada que había estado en el atentado del centro comercial.
—Bien, gracias — suspiró el menor.
—¿Y a mí no me pregunta, profesora Zoubaa? — sonrió el moreno.
La chica lo miró con altivez — realmente no me gusta tener amistades con gente que miente en su vida — dijo con un tono ofendido —, señor Blauenacht, si es que ese es su verdadero apellido.
Dunkel suspiró — lamento haber mentido en eso, no tenía opción porque era mi trabajo — se disculpó —, pero no mentí en que me gusta la música y sé cocinar un poco — ladeó el rostro, sonriéndole con debilidad y bajando ligeramente sus orejas.
La ojiverde se mordió el labio, dudó — supongo que tiene razón — dijo con voz baja —, me imagino que ser militar y trabajar de incognito, debe ser complicado, por lo que tampoco puedo culparlo.
—Gracias — el pelinegro sonrió ampliamente —, entonces, ¿sigue en pie la salida?
—Tengo que sopesar la situación, debido a que puede ser peligroso que salga con usted — Vivi acomodó su cabello con una mano —, pero lo más probable es que sí — le guiñó un ojo y dio media vuelta —, nos vemos en la práctica de hoy, Aidan…
La chica se alejó, contoneándose por el pasillo y Dunkel mantuvo la mirada fija en el movimiento de la larga cola, que parecía querer seducirlo.
—¡Ey!
La voz del hurón lo sacó de su ensimismamiento al moreno — ¡¿qué?! — preguntó de inmediato.
—Te gusta mi profesora de música — se cruzó de brazos y puso un gesto molesto —, ¿no es así?
—Bueno, es una felina muy atractiva — sonrió de lado —, tiene todo lo que me gusta de las féminas y supongo que ya es hora de que empiece a buscar una pareja estable…
Esas palabras consiguieron que el rubio sintiera una molestia en la boca de su estómago; no supo por qué, pero la idea de verlo con su profesora le disgustó mucho.
—¡No puedes! — dijo de inmediato.
—¿Por qué no? — preguntó el mayor con seriedad —, es soltera, yo también, ¿por qué no intentarlo?
Aidan apretó los puños — porque ahora eres militar y tu vida es muy complicada, además, no me gustaría que mi profesora se enterara de algunas cosas — se excusó de inmediato —, al menos espérate a que yo salga de esta escuela.
—Falta mucho para eso — Dunkel suspiró —, pero, hagamos algo, tú no te metes en mi vida social y yo te doy un poco más de libertad para hacer lo que quieras, ¿qué dices?
Lo ojos rojos se abrieron con sorpresa — ¿estás negociando conmigo?
—Sí, porque así no tendría problema de llevar a Vivi a casa y dormir con ella, porque si tú sales con tu equipo, no podrías decir nada — el ojiazul rió.
—¡Idiota!
El niño le dio un puntapié y salió corriendo, yendo al edificio de su salón, mientras el moreno se sobaba la pierna.
—¿Ahora qué le pasa? — se preguntó entre dientes y posó la mano en una pared para mantener el equilibrio —, si no lo conociera, podría pensar que se puso celoso — suspiró y luego dudó —, aunque podría ser eso, quizá le gusta su profesora — levantó una ceja —, pero no creo que ella le haga caso jamás, es un niño — la imagen de Aidan llegó a su mente —, testarudo, grosero, irreverente, pero un niño al fin — sonrió de lado — y a su manera encantador…
Cuando se dio cuenta de lo que había dicho en voz baja, el joven pantera se asustó «¿encantador?» pensó con nervios, «¿por qué use esa palabra? Realmente no es agradable…» resopló — estoy pensando demasiado en él, debo dejar de lado mi trabajo por un momento y darme un tiempo de relajación… — «lo que necesito es sexo…» terminó en su mente y fue hacia el área deportiva.
~ • ~ • ~
Aidan llegó a su salón; el lugar estaba completamente solo, era muy temprano aún y por eso pudo ir directo a su pupitre; lanzó su mochila contra la pared, se sentó y puso la cabeza sobre la superficie, a la par que pasaba las manos por su cabello, estrujando los mechones con desespero y colocando la colita sobre su cabeza.
“…tiene todo lo que me gusta de las féminas y supongo que ya es hora de que empiece a buscar una pareja estable… es soltera, yo también, ¿por qué no intentarlo?... así no tendría problema de llevar a Vivi a casa y dormir con ella…”
Las palabras de Dunkel le molestaban y no comprendía la razón; desde lo que había ocurrido cuando se quedó en el departamento, cuando el otro lo acorraló contra la puerta, se sentía extraño y su razón le decía el por qué, aunque no quería aceptarlo.
—No puede gustarme — dijo con desespero —, es un idiota — un débil gemido se escuchó apagado, por el pelaje de su cola —, lo malo es que se parece a él… ¡¿por qué tiene que parecerse a Ilmsun?! — se quejó.
“…tiene todo lo que me gusta de las féminas y supongo que ya es hora de que empiece a buscar una pareja estable… es soltera, yo también, ¿por qué no intentarlo?... así no tendría problema de llevar a Vivi a casa y dormir con ella…”
Las palabras de Dunkel le molestaban y no comprendía la razón; desde lo que había ocurrido cuando se quedó en el departamento, cuando el otro lo acorraló contra la puerta, se sentía extraño y su razón le decía el por qué, aunque no quería aceptarlo.
—No puede gustarme — dijo con desespero —, es un idiota — un débil gemido se escuchó apagado, por el pelaje de su cola —, lo malo es que se parece a él… ¡¿por qué tiene que parecerse a Ilmsun?! — se quejó.
* * *
El mismo día que su habitación quedó lista, colocó sobre la cama y almohadas, todos los peluches que su madre tuvo el acierto de empacar; estaba observando su trabajo, cuando Dunkel entró y observó la cama llena de peluches.
—¿Qué diablos es eso? — preguntó confundido.
—¡Mi colección! — respondió el rubio con orgullo.
El mayor caminó y sujetó uno de esos muñecos con poco cuidado, de la cola.
—¡Ey! No seas tan brusco, ¡son ediciones limitadas! — gritó el menor, intentando quitárselo, pero el otro lo levantó y no pudo alcanzarlo.
—¿Una pantera? — los ojos azules lo miraron con algo de desconcierto.
—¡No es cualquier pantera! — reprochó el ojirrojo — ¡es Ilmsun, señor del fuego azul! Soberano de Dakhar, el plano solar, rey de las salamandras y el futuro emperador de todo Empires, ¡el mundo de Streitkraft! — gritó emocionado, pero luego bajó el rostro — En cuanto su facción gane la guerra en la nueva expansión, por supuesto — especificó.
Dunkel puso un gesto de confusión y negó — es solo un chico pantera en un videojuego — dijo con voz cansada, ya que todos los peluches eran de un varón, pantera, vestido de distintas maneras, incluyendo trajes conmemorativos a distintas épocas del año.
—¡No! — el menor infló las mejillas — lo parece, pero no, mira…
Sin dudar, corrió a una caja que estaba cerca de su nuevo escritorio y de la misma, sacó otra caja envuelta en plástico, luego la desenvolvió y mostró con cuidado el interior. Era una figura coleccionable de su personaje, pero tenía unas alas de fuego azul.
—No lo saco porque si no, ya no es coleccionable — sonrió con emoción —, pero no es solo una pantera, ¿ves? — señaló el juguete —, es un Dios guerrero, porque tiene el poder del Dios elemental de fuego, aunque como hizo un pacto con un ser oscuro, su fuego se volvió azul, pero sigue siendo bueno — lo disculpó —, además su habilidad es tal, que si quisiera, ¡destruiría el mundo en un parpadeo! — suspiró —, pero no lo hace, porque piensa que las personas inocentes no merecen pagar por los errores de otros — miró la figura con ensoñación —, no es solo una pantera, es alguien especial, único y perfecto, ¿entiendes?
Dunkel entrecerró los ojos, miró el muñeco y luego posó su mirada en Aidan — ojos azules, moreno, cabello negro y además, pantera, una pantera onca negra — señaló —, sí, se parece a mí — sonrió divertido.
Los ojos rojos se abrieron con susto.
—Ahora entiendo lo que me dijiste el otro día, que me parecía a tu ‘adorado’ Ilmsun.
—¡No es cierto! — negó con efusividad — ¡Tú no te pareces en nada a él!
—Ni tú te la crees — se burló el mayor —, pero no te preocupes, no me interesa que me confundas con un personaje ficticio — lanzó a la cama el muñeco que traía en mano —, ahora apresúrate, que es hora de comer…
Dunkel salió de la habitación y Aidan observó el muñeco que el otro había dejado sin cuidado en su cama; se acercó, lo sujetó con extremo cuidado y lo abrazó con cariño.
“sí, se parece a mí…”
El rubio frunció el ceño — no se parecen en nada — dijo con ira —, ¡tú no te pareces a Ilmsun! — gritó con fuerza, esperando que el otro lo escuchara.
—¿Qué diablos es eso? — preguntó confundido.
—¡Mi colección! — respondió el rubio con orgullo.
El mayor caminó y sujetó uno de esos muñecos con poco cuidado, de la cola.
—¡Ey! No seas tan brusco, ¡son ediciones limitadas! — gritó el menor, intentando quitárselo, pero el otro lo levantó y no pudo alcanzarlo.
—¿Una pantera? — los ojos azules lo miraron con algo de desconcierto.
—¡No es cualquier pantera! — reprochó el ojirrojo — ¡es Ilmsun, señor del fuego azul! Soberano de Dakhar, el plano solar, rey de las salamandras y el futuro emperador de todo Empires, ¡el mundo de Streitkraft! — gritó emocionado, pero luego bajó el rostro — En cuanto su facción gane la guerra en la nueva expansión, por supuesto — especificó.
Dunkel puso un gesto de confusión y negó — es solo un chico pantera en un videojuego — dijo con voz cansada, ya que todos los peluches eran de un varón, pantera, vestido de distintas maneras, incluyendo trajes conmemorativos a distintas épocas del año.
—¡No! — el menor infló las mejillas — lo parece, pero no, mira…
Sin dudar, corrió a una caja que estaba cerca de su nuevo escritorio y de la misma, sacó otra caja envuelta en plástico, luego la desenvolvió y mostró con cuidado el interior. Era una figura coleccionable de su personaje, pero tenía unas alas de fuego azul.
—No lo saco porque si no, ya no es coleccionable — sonrió con emoción —, pero no es solo una pantera, ¿ves? — señaló el juguete —, es un Dios guerrero, porque tiene el poder del Dios elemental de fuego, aunque como hizo un pacto con un ser oscuro, su fuego se volvió azul, pero sigue siendo bueno — lo disculpó —, además su habilidad es tal, que si quisiera, ¡destruiría el mundo en un parpadeo! — suspiró —, pero no lo hace, porque piensa que las personas inocentes no merecen pagar por los errores de otros — miró la figura con ensoñación —, no es solo una pantera, es alguien especial, único y perfecto, ¿entiendes?
Dunkel entrecerró los ojos, miró el muñeco y luego posó su mirada en Aidan — ojos azules, moreno, cabello negro y además, pantera, una pantera onca negra — señaló —, sí, se parece a mí — sonrió divertido.
Los ojos rojos se abrieron con susto.
—Ahora entiendo lo que me dijiste el otro día, que me parecía a tu ‘adorado’ Ilmsun.
—¡No es cierto! — negó con efusividad — ¡Tú no te pareces en nada a él!
—Ni tú te la crees — se burló el mayor —, pero no te preocupes, no me interesa que me confundas con un personaje ficticio — lanzó a la cama el muñeco que traía en mano —, ahora apresúrate, que es hora de comer…
Dunkel salió de la habitación y Aidan observó el muñeco que el otro había dejado sin cuidado en su cama; se acercó, lo sujetó con extremo cuidado y lo abrazó con cariño.
“sí, se parece a mí…”
El rubio frunció el ceño — no se parecen en nada — dijo con ira —, ¡tú no te pareces a Ilmsun! — gritó con fuerza, esperando que el otro lo escuchara.
* * *
—Pero sí se parece — musitó el ojirrojo después de recordar eso —, en todo — un débil sollozo escapó de sus labios —, sus ojos, su cabello, su tipo — mordió su labio, ya que Ilmsun, efectivamente era una pantera onca negra, igual que Dunkel —, hasta su voz se parece al de los videos y cinemáticas — soltó el aire —, esto es una tortura para mí y no sé cómo voy a poder sobrellevar esto, hasta que recupere mis poderes…
Con su frente, dio varios golpecitos a la superficie de la mesa y finalmente se incorporó.
—No importa — dijo más seguro —, él realmente no es un elemental, así que, en cuanto deje de serlo, me alejaré — sentenció confiado —, todo volverá a la normalidad y todo estará bien — sonrió, pasando las manos por sus mejillas, justo dónde estaban sus marcas amarillas — ahora, lo único que debo pensar es en la manera de saltarme las clases.
No pensaba ceder tan fácilmente y aunque tuviera que ir a la escuela, eso no significaba que iban a domar su espíritu o que realmente estaría en todas las clases.
Con su frente, dio varios golpecitos a la superficie de la mesa y finalmente se incorporó.
—No importa — dijo más seguro —, él realmente no es un elemental, así que, en cuanto deje de serlo, me alejaré — sentenció confiado —, todo volverá a la normalidad y todo estará bien — sonrió, pasando las manos por sus mejillas, justo dónde estaban sus marcas amarillas — ahora, lo único que debo pensar es en la manera de saltarme las clases.
No pensaba ceder tan fácilmente y aunque tuviera que ir a la escuela, eso no significaba que iban a domar su espíritu o que realmente estaría en todas las clases.
~ • ~ • ~
Nota Final
Bien, este es el final de la introducción a la historia de Aidan, alias Kesito; espero que hayan disfrutado las doce partes que conforman esta historia y sé que quedaron algunas cosas en el aire, pero eso es porque se develarán en la próxima historia, donde ya entraremos de lleno a las actividades del escuadrón elemental Firesoul, lo que hará Dunkel ahora como militar y las desventuras de Kesito acatando ordenes en una vida "mundana", aunque para eso, falta mucho todavía.
En fin, lamento que esto no era lo que la gran mayoría esperaba; creo que por eso no fue interesante leerlo, a pesar de que en un principio, parecían emocionados por la historia de Kesito. Sé que muchos esperaban una historia colegial, romantica, quizá medio cómica, pero honestamente, eso no pega del todo con Aidan; Kesito es complicado, no solo como mi inspiración, sino como personaje en sí, por lo que no iba a ser tan simple, a pesar de que todo indicaba que así sería.
Me hubiera gustado crear una historia más interesante, pero no pude, así que son contadas las personas que realmente quedaron satisfechos con esta pequeña historia (el numero 1, el sr Osito, que cómo enfada para que la siga XD), pero ya vere cuando sale lo demás, por ahora, debo preocuparme por mi estado de salud (no solo físico, sino mental).
Gracias a quienes leyeron hasta aquí, cuídense y nos leemos.
Bien, este es el final de la introducción a la historia de Aidan, alias Kesito; espero que hayan disfrutado las doce partes que conforman esta historia y sé que quedaron algunas cosas en el aire, pero eso es porque se develarán en la próxima historia, donde ya entraremos de lleno a las actividades del escuadrón elemental Firesoul, lo que hará Dunkel ahora como militar y las desventuras de Kesito acatando ordenes en una vida "mundana", aunque para eso, falta mucho todavía.
En fin, lamento que esto no era lo que la gran mayoría esperaba; creo que por eso no fue interesante leerlo, a pesar de que en un principio, parecían emocionados por la historia de Kesito. Sé que muchos esperaban una historia colegial, romantica, quizá medio cómica, pero honestamente, eso no pega del todo con Aidan; Kesito es complicado, no solo como mi inspiración, sino como personaje en sí, por lo que no iba a ser tan simple, a pesar de que todo indicaba que así sería.
Me hubiera gustado crear una historia más interesante, pero no pude, así que son contadas las personas que realmente quedaron satisfechos con esta pequeña historia (el numero 1, el sr Osito, que cómo enfada para que la siga XD), pero ya vere cuando sale lo demás, por ahora, debo preocuparme por mi estado de salud (no solo físico, sino mental).
Gracias a quienes leyeron hasta aquí, cuídense y nos leemos.
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