Chibi Historia 017 – Destino •Compromiso•
Kesito: Bueno, como Ojou no uede escribir mucho, les traemos una chibi historia. Esta chibi historia es de cuando Julián y Agus vuelven de sus vacaciones en el epílogo de Te necesito.
A las diez de la mañana, Alejandro estaba sentado en su oficina, leyendo unos documentos importantes que Marisela le había entregado para firmarlos, cuando la puerta se abrió de golpe. Los ojos verdes observaron al recién llegado por encima del marco de los lentes y sonrió al ver a su amigo.
—Creí que te tomarías este día también, para reponerte de tus ‘vacaciones’ — se burló.
—Necesito un favor.
Ante la voz seria e Julián, Alejandro levanto una ceja, se irguió en su asiento, se quitó los lentes y lo miró al rostro — debe ser algo muy importante para que lo pidas de esa manera — hizo un ademán y señaló el asiento frente a su escritorio —, siéntate y dime lo que necesitas.
Julián tomó asiento y se inclinó hacia adelante, colocando los codos en sus rodillas.
—Le pedí matrimonio a Guti.
—¿Guti? — el rubio puso un gesto de confusión — ¿te refieres a Agustín?
—Sí, a Guti — repitió el otro —, pero, tengo un pequeño problema.
—¿Te dijo que no?
—Al contrario, me dijo que sí, ese es el problema.
Alejandro puso un gesto confuso — normalmente, los problemas son cuando la persona a la que le pides formalizar se niega, no entiendo por qué para ti es un problema el que te dijera que sí.
—Es un problema, porque no tengo un anillo para darle — la voz de Julián era grave —, ni siquiera sé qué tipo de anillo comprar, qué le puede quedar o gustar…
Alejandro ahogó una risa, pasó la mano por su boca y respiró profundamente — novato — musitó.
—¡No te burles! — reclamó el otro.
—Te ahogas en un vaso con agua — el rubio entornó los ojos —, solo debes comprar uno que tu pienses que le quedará bien, ya que si no confías en tus gustos, llévalo a que lo elija él — le restó importancia a la situación.
—No quiero llevarlo a que elija, quiero que sea una sorpresa — objetó el castaño.
—¿Entonces?
—Ese es el favor que quiero pedirte — Julián señaló al rubio.
—No entiendo.
—Quiero que me ayudes a elegir un buen anillo.
—Mala idea — Alejandro negó —, yo normalmente compro lo que quiero y Erick acepta mis decisiones, pero dudo que sea igual entre Agustín y tú.
—Lo aceptará.
—Si es así, ve a una joyería y cómpralo tú mismo — el ojiverde habló con sarcasmo y señaló a la puerta.
—Sabes que no soy la clase de hombres que compra esas cosas — Julián pasó la mano por su cabello, sintiéndose frustrado —, no uso más accesorios que los del trabajo y no quiero llevar a Miguel, quien también tiene experiencia en comprar un anillo de compromiso, porque los gustos de Marisela son más…
—¿Femeninos? — preguntó el ojiverde, al ver que el otro callaba.
—Sí.
Alejandro empezó a reír, pero comprendía que su amigo se encontraba desesperado, así que accedió a ayudarle — de acuerdo, te acompañaré a comprar lo que quieres, pero con una condición…
—¿Cuál?
—Pagarás mi comida, porque seguramente duraremos todo el día en esto — sonrió —, le diré a Miguel que nos acompañe, como amigo, para que nos dé un punto de vista diferente, mientras otros hacen el trabajo de seguirnos — especificó — y que Marisela se encargue de todos los asuntos de este día.
—Gracias — Julián pareció respirar aliviado.
—No des las gracias, realmente no sabes en lo que te estás metiendo.
—¿Por qué?
—El comprar un anillo de compromiso es solo el principio — el rubio lo miró de reojo.
—¿Principio de qué? ¿Qué quieres decir?
—Ya lo sabrás — Alejandro habló con burla al ponerse de pie y agarró el saco de su traje que colgaba en una percha cercana —, vamos, es mejor apresurarnos, para aprovechar todo el tiempo.
—¿A dónde iremos?
—A dónde sea necesario para encontrar lo que necesitamos — sonrió el ojiverde —, cómo siempre.
—Creí que te tomarías este día también, para reponerte de tus ‘vacaciones’ — se burló.
—Necesito un favor.
Ante la voz seria e Julián, Alejandro levanto una ceja, se irguió en su asiento, se quitó los lentes y lo miró al rostro — debe ser algo muy importante para que lo pidas de esa manera — hizo un ademán y señaló el asiento frente a su escritorio —, siéntate y dime lo que necesitas.
Julián tomó asiento y se inclinó hacia adelante, colocando los codos en sus rodillas.
—Le pedí matrimonio a Guti.
—¿Guti? — el rubio puso un gesto de confusión — ¿te refieres a Agustín?
—Sí, a Guti — repitió el otro —, pero, tengo un pequeño problema.
—¿Te dijo que no?
—Al contrario, me dijo que sí, ese es el problema.
Alejandro puso un gesto confuso — normalmente, los problemas son cuando la persona a la que le pides formalizar se niega, no entiendo por qué para ti es un problema el que te dijera que sí.
—Es un problema, porque no tengo un anillo para darle — la voz de Julián era grave —, ni siquiera sé qué tipo de anillo comprar, qué le puede quedar o gustar…
Alejandro ahogó una risa, pasó la mano por su boca y respiró profundamente — novato — musitó.
—¡No te burles! — reclamó el otro.
—Te ahogas en un vaso con agua — el rubio entornó los ojos —, solo debes comprar uno que tu pienses que le quedará bien, ya que si no confías en tus gustos, llévalo a que lo elija él — le restó importancia a la situación.
—No quiero llevarlo a que elija, quiero que sea una sorpresa — objetó el castaño.
—¿Entonces?
—Ese es el favor que quiero pedirte — Julián señaló al rubio.
—No entiendo.
—Quiero que me ayudes a elegir un buen anillo.
—Mala idea — Alejandro negó —, yo normalmente compro lo que quiero y Erick acepta mis decisiones, pero dudo que sea igual entre Agustín y tú.
—Lo aceptará.
—Si es así, ve a una joyería y cómpralo tú mismo — el ojiverde habló con sarcasmo y señaló a la puerta.
—Sabes que no soy la clase de hombres que compra esas cosas — Julián pasó la mano por su cabello, sintiéndose frustrado —, no uso más accesorios que los del trabajo y no quiero llevar a Miguel, quien también tiene experiencia en comprar un anillo de compromiso, porque los gustos de Marisela son más…
—¿Femeninos? — preguntó el ojiverde, al ver que el otro callaba.
—Sí.
Alejandro empezó a reír, pero comprendía que su amigo se encontraba desesperado, así que accedió a ayudarle — de acuerdo, te acompañaré a comprar lo que quieres, pero con una condición…
—¿Cuál?
—Pagarás mi comida, porque seguramente duraremos todo el día en esto — sonrió —, le diré a Miguel que nos acompañe, como amigo, para que nos dé un punto de vista diferente, mientras otros hacen el trabajo de seguirnos — especificó — y que Marisela se encargue de todos los asuntos de este día.
—Gracias — Julián pareció respirar aliviado.
—No des las gracias, realmente no sabes en lo que te estás metiendo.
—¿Por qué?
—El comprar un anillo de compromiso es solo el principio — el rubio lo miró de reojo.
—¿Principio de qué? ¿Qué quieres decir?
—Ya lo sabrás — Alejandro habló con burla al ponerse de pie y agarró el saco de su traje que colgaba en una percha cercana —, vamos, es mejor apresurarnos, para aprovechar todo el tiempo.
—¿A dónde iremos?
—A dónde sea necesario para encontrar lo que necesitamos — sonrió el ojiverde —, cómo siempre.
Kesito: Esto salió, porque Ojou estaba viendo anillos de compromiso (a ella le robaron su anillo hace años u..u y la pobre no quiere usar anillos de oro desde entonces, porque tiene miedo que la vuelvan a asaltar).
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