Esto se preparó para el cumpleaños de Dunkel, el día 6 de agosto de 2019; quería hacerle dibujo, pero me estoy dando cuenta que soy mejor escribiendo que dibujando, así que por ahora, es solo esto, aunque no descarto hacer un dibujito, espero lo disfruten.
Feliz cumpleaños Dunkel
Dunkel está tocando su guitarra, cuando le llega el olor del hurón que vive con él.
—¿Qué quieres? — pregunta molesto, sin siquiera dignarse a girar el rostro — Ojou ni siquiera está escribiendo “tú” historia — su tono es sarcástico —, y dijiste que si no era por trabajo, ni siquiera debería salir de aquí, porque no querías verme, ¿no es así?
El silencio es la respuesta a esa provocación, tanto así, que Dunkel duda siquiera que haya olido al rubio, pues no logra captar ni un sonido con sus orejas, así que al final, se gira para verlo.
El ojiazul levanta una ceja, al ver al menor aferrado con fuerza al marco de la puerta.
Keso tiene la cara roja, los parpados apretados y rechina lo dientes — yo… yo…
—¿Tu? — Dunkel lo mira confuso, realmente no entiende nada.
El huron se siente presionado, quiere huir, pero se obliga a seguir, solo que, no puede más y termina estallando contra el otro, como siempre — ¡eres un idiota!
El mayor respira profundamente, pasa la mano por su cabello y niega — ¿solo querías insultarme de nuevo? ¿No tienes a nadie más a quien molestar?
Keso hace un mohín, infla las mejillas y camina con paso firme, entrando a la habitación — ¡eres un idiota! — repite con voz firme y pone la mano enfrente, dónde sujeta una pequeña cajita — pero… pero — su voz empieza a temblar, mientras sus mejillas se tiñen de rojo con más intensidad — Ojou me dijo que hoy cumplías años y… como tú me diste algo en mi cumple… creí que… que sería correcto… es decir… corresponder… ya sabes…
Dunkel parpadea sorprendido por la cajita, mira la cara de Aidan y tiene el impulso de reír por el gesto que el niño tiene, pero se mantiene impasible, es obvio que le está costando al otro, ser algo amable.
—Gracias, pero no tenías que traerme nada — recoge con cuidado la pequeña caja.
—La verdad, no sé si te guste… — el ojirrojo muerde su labio inferior.
El felino abre la caja y se da cuenta que es un pequeño cheescake; contiene la respiración y fuerza una sonrisa — gracias — dice fríamente y deja el pastel de lado.
Aidan lo estaba escudriñando con la mirada, asi que se dio cuenta de lo que el otro no quiso decir — ese gesto dice que no te agradó.
—No es eso, es que no soy mucho de comer cosas dulces…
—Ah… lo siento, es que… no sé mucho… de ti…
—Pero es un buen detalle, es decir, que me des algo por mi cumpleaños, gracias.
—De nada… aunque espero que el otro año pueda darte algo mejor.
—¿Piensas regalarme algo el otro año?
—Pues sí, se supone que en mi historia, tú y yo…
Dunkel sonríe divertido — ah, ¿ya lo aceptaste?
El rostro del menor se vuelve a poner rojo — ¡claro que ño! ¡Jamás lo aceptaré! Solo… solo… solo será en la historia, ¡¿entendido?! ¡No te hagas ilusiones!
El moreno hace un gesto malicioso — entendido… aunque supongo que la interacción intima será complicada, ¿no es así?
—¡¿Intima?! — la palabra le causa escalofríos al hurón — Espera, ¡¿cómo que íntima?!
—Sí, ya sabes, el primer beso y eso.
—El… primer… beso — musita el rubio con la mirada en el piso.
—Pero no te preocupes, solo será el primer beso entre ambos, no es como que no hayamos besado a nadie antes, ¿verdad? — Dunkel mira de soslayo al menor y se da cuenta que no se mueve, así que se inclina y busca su mirada — ¡ey! ¿qué pasa?
—Yo… nunca he… besado a nadie…
—Oh… eso si será un problema — el felino suspira —, tu primer beso debe ser con alguien que te agrada y si yo no te agrado, no te gustará — su voz suena burlona —, deberías besar a alguien antes.
—No tengo a nadie…
—¿Qué hay de ese tipo? ¿Cómo se llama? ¿Alejandro? — dice el nombre con molestia.
—Ojou no me dejaría acercarme, me lo tiene prohibido — Aidan suspira.
—Bueno, ¿no hay alguien más?
—Sí lo hay, pero no existe — el ojirrojo niega.
—Técnicamente, tú y yo tampoco existimos — Dunkel ríe débilmente.
—No, no entiendes — el hurón mueve su cola y la abraza —, me gusta Ilmsun, pero Ilmsun es una parodia de un personaje de un videojuego, así que, realmente no le pertenece a Ojou…
—Ah, creo que ya entendí… Ilmsun… el elemental pantera onca negra, como yo — Dunkel entorna sus ojos —, bueno, si no puedes besar a Alejandro, ni tampoco a Ilmsun, entonces, besa a alguien más.
—¿A quién? No hay nadie.
—¿No hay nadie más que te guste? — presiona el mayor.
—No, no por ahora.
Dunkel pasa la mano por su cabello — entonces, seré tu primer beso.
Un escalofrío recorrió el cuerpo del menor — ¡Ño! ¡Besaré a alguien antes de nuestro primer beso! — sentenció con seguridad — no sé a quién, pero lo haré — dice con nervios —, Ojou tiene muchos personajes, así que, encontraré a alguno.
La simple idea de ver al niño besando a algún otro personaje, le causa molestia a Dunkel, especialmente al imaginarlo con su propio hermano, y termina sintiéndose furioso, así que habla con rapidez — podrías besar a Ilmsun…
El hurón levanta el rostro y lo mira con sarcasmo — ya te dije que Ilmsun no existe.
Dunkel sonríe con suficiencia y se señala con el pulgar — dices que Ilmsun se parece a mí, ¿no? Puedo fingir ser Ilmsun, para que tengas tu primer beso.
Los ojos rojos de Aidan se abren con sorpresa y luego siente que su rostro arde — pero… tú… ¡tú no me gustas!
—Ni tu a mí, pero te gusta Ilmsun y yo puedo fingir serlo, ya que no sabemos cómo será nuestro primer beso en la historia y conociendo a Ojou, puede ser sumamente sorpresivo y no te agrade del todo — suspira —, por eso, es mejor que lo tengas a tus términos, ¿no lo crees?
El hurón muerde su labio inferior y duda. Él conoce mejor que nadie a Ojou Sama y sabe muy bien que la mayoría de las primeras veces de los personajes de Ojou, no son muy bonitas, no importa si es un beso o sexo, la mayoría son demasiado apresuradas y no le agradaría que su primer beso de verdad fuera así.
—Pero… pero quiero besar a Ilmsun, no a ti, ¿entendido? — hunde su rostro en su cola esponjosa, a la cual no ha dejado de abrazar — Pensaré que eres Ilmsun y nadie debe saberlo, ¿Oky?
—Sí, sie…
El silencio reina un momento, hasta que el hurón levanta el rostro, le llama la atención que Dunkel no haga nada — ¿Qué…? ¿Qué esperas? — pregunta con voz débil.
—Espero a qué estés listo y tú quieras hacerlo.
Una sensación extraña, pero placentera, se hace presente en la boca del estómago de Kesito, así aprieta su cola con fuerza y luego levanta la cara — estoy li… — pero la voz se va, antes de que termine la palabra.
El moreno lo mira con diversión, por alguna razón, le agrada verlo avergonzado, así que mejor se apresura, antes de que se eche para atrás — de acuerdo — finalmente deja la guitara de lado y se gira, sujetando el rostro del hurón entre sus manos —, cierra los ojos y piensa en Ilmsun, ¿de acuerdo?
—No tienes que decirlo — musita el menor, sintiendo que todo su cuerpo tiembla y aunque intenta ver los ojos de Dunkel, al final, no puede, así que de inmediato, cierra los parpados con fuerza.
El mayor se da cuenta que Kesito tiembla cual hoja al viento y la piel del rostro está extremadamente caliente — tranquilo, no te haré nada malo, lo prometo…
Dunkel se inclina y acerca los labios a la boca de Aidan; le agradan, se ven bonitos y sonrosados, de no saber que es un chico, pensaría que es una linda niña, pero tiene que pensar en la realidad. Podría simplemente darle un beso sencillo y fugaz, pero eso no contaría como un buen primer beso, además, en el fondo, quiere saber a qué sabe el menor.
Mientras el ojiazul está pensando cómo sería la mejor manera de actuar, Kesito trata de mantener una firme idea en su cabeza «Es Ilmsun, es Ilmsun, ¡es Ilmsun!»
El tacto inicia lento, casi un roce delicado, pero en cuanto el hurón siente la tibieza del otro, sus labios se abren ligeramente y el mayor se aprovecha un poco para profundizar ligeramente el beso.
La mano derecha de Aidan, termina por soltar su propia cola y se mueve hasta la camiseta del mayor, aferrándose a la tela con desespero; «es Ilm… es… es… es Dunkel…», con ese pensamiento, suelta un suspiro y todo su cuerpo se relaja.
El mayor se da cuenta de que el hurón se rindió al beso, especialmente porque ha empezado a corresponderlo con algo de torpeza, así que mueve sus manos, hasta sujetarlo por la cintura; finalmente la lengua áspera del felino, ingresa a la boca del niño y el rubio siente una descarga eléctrica recorrer su columna, así que rompe el beso de inmediato, soltando un ligero gemido.
El silencio reina.
Aidan respira agitado, asustado, realmente eso le gustó. Dunkel también se siente extraño, debido a que lo disfrutó más de lo que imaginó.
—¡Dunkel!
La voz de Ojou Sama se escucha y Aidan se levanta de inmediato, corriendo hacia la puerta, dónde se encuentra a la vaquita, llegando con una charola en las manos.
—Keso… ¿qué haces aquí?
—Na… nada, solo… felicitando a Dunkel por compromiso — responde con rapidez y se va corriendo.
—¿Felicitando? ¿Y por qué está tan rojo? — Ojou suspira — en fin, Dunkel — finalmente entra a la habitación —, como sé que no te gustan las cosas dulces, te traje carne para tu cumple.
—¡Gracias!
—Te ves feliz, ¿por qué?
El moreno titubea — ah… es que el Chaparro me regaló algo.
—¿Keso te regaló algo? ¿Qué cosa?
Dunkel mueve la mano y le muestra la cajita — un Cheescake.
—Pero a ti no te gustan las cosas dulces…
—Creo que ya les estoy empezando a coger el gusto.
—¿Qué quieres? — pregunta molesto, sin siquiera dignarse a girar el rostro — Ojou ni siquiera está escribiendo “tú” historia — su tono es sarcástico —, y dijiste que si no era por trabajo, ni siquiera debería salir de aquí, porque no querías verme, ¿no es así?
El silencio es la respuesta a esa provocación, tanto así, que Dunkel duda siquiera que haya olido al rubio, pues no logra captar ni un sonido con sus orejas, así que al final, se gira para verlo.
El ojiazul levanta una ceja, al ver al menor aferrado con fuerza al marco de la puerta.
Keso tiene la cara roja, los parpados apretados y rechina lo dientes — yo… yo…
—¿Tu? — Dunkel lo mira confuso, realmente no entiende nada.
El huron se siente presionado, quiere huir, pero se obliga a seguir, solo que, no puede más y termina estallando contra el otro, como siempre — ¡eres un idiota!
El mayor respira profundamente, pasa la mano por su cabello y niega — ¿solo querías insultarme de nuevo? ¿No tienes a nadie más a quien molestar?
Keso hace un mohín, infla las mejillas y camina con paso firme, entrando a la habitación — ¡eres un idiota! — repite con voz firme y pone la mano enfrente, dónde sujeta una pequeña cajita — pero… pero — su voz empieza a temblar, mientras sus mejillas se tiñen de rojo con más intensidad — Ojou me dijo que hoy cumplías años y… como tú me diste algo en mi cumple… creí que… que sería correcto… es decir… corresponder… ya sabes…
Dunkel parpadea sorprendido por la cajita, mira la cara de Aidan y tiene el impulso de reír por el gesto que el niño tiene, pero se mantiene impasible, es obvio que le está costando al otro, ser algo amable.
—Gracias, pero no tenías que traerme nada — recoge con cuidado la pequeña caja.
—La verdad, no sé si te guste… — el ojirrojo muerde su labio inferior.
El felino abre la caja y se da cuenta que es un pequeño cheescake; contiene la respiración y fuerza una sonrisa — gracias — dice fríamente y deja el pastel de lado.
Aidan lo estaba escudriñando con la mirada, asi que se dio cuenta de lo que el otro no quiso decir — ese gesto dice que no te agradó.
—No es eso, es que no soy mucho de comer cosas dulces…
—Ah… lo siento, es que… no sé mucho… de ti…
—Pero es un buen detalle, es decir, que me des algo por mi cumpleaños, gracias.
—De nada… aunque espero que el otro año pueda darte algo mejor.
—¿Piensas regalarme algo el otro año?
—Pues sí, se supone que en mi historia, tú y yo…
Dunkel sonríe divertido — ah, ¿ya lo aceptaste?
El rostro del menor se vuelve a poner rojo — ¡claro que ño! ¡Jamás lo aceptaré! Solo… solo… solo será en la historia, ¡¿entendido?! ¡No te hagas ilusiones!
El moreno hace un gesto malicioso — entendido… aunque supongo que la interacción intima será complicada, ¿no es así?
—¡¿Intima?! — la palabra le causa escalofríos al hurón — Espera, ¡¿cómo que íntima?!
—Sí, ya sabes, el primer beso y eso.
—El… primer… beso — musita el rubio con la mirada en el piso.
—Pero no te preocupes, solo será el primer beso entre ambos, no es como que no hayamos besado a nadie antes, ¿verdad? — Dunkel mira de soslayo al menor y se da cuenta que no se mueve, así que se inclina y busca su mirada — ¡ey! ¿qué pasa?
—Yo… nunca he… besado a nadie…
—Oh… eso si será un problema — el felino suspira —, tu primer beso debe ser con alguien que te agrada y si yo no te agrado, no te gustará — su voz suena burlona —, deberías besar a alguien antes.
—No tengo a nadie…
—¿Qué hay de ese tipo? ¿Cómo se llama? ¿Alejandro? — dice el nombre con molestia.
—Ojou no me dejaría acercarme, me lo tiene prohibido — Aidan suspira.
—Bueno, ¿no hay alguien más?
—Sí lo hay, pero no existe — el ojirrojo niega.
—Técnicamente, tú y yo tampoco existimos — Dunkel ríe débilmente.
—No, no entiendes — el hurón mueve su cola y la abraza —, me gusta Ilmsun, pero Ilmsun es una parodia de un personaje de un videojuego, así que, realmente no le pertenece a Ojou…
—Ah, creo que ya entendí… Ilmsun… el elemental pantera onca negra, como yo — Dunkel entorna sus ojos —, bueno, si no puedes besar a Alejandro, ni tampoco a Ilmsun, entonces, besa a alguien más.
—¿A quién? No hay nadie.
—¿No hay nadie más que te guste? — presiona el mayor.
—No, no por ahora.
Dunkel pasa la mano por su cabello — entonces, seré tu primer beso.
Un escalofrío recorrió el cuerpo del menor — ¡Ño! ¡Besaré a alguien antes de nuestro primer beso! — sentenció con seguridad — no sé a quién, pero lo haré — dice con nervios —, Ojou tiene muchos personajes, así que, encontraré a alguno.
La simple idea de ver al niño besando a algún otro personaje, le causa molestia a Dunkel, especialmente al imaginarlo con su propio hermano, y termina sintiéndose furioso, así que habla con rapidez — podrías besar a Ilmsun…
El hurón levanta el rostro y lo mira con sarcasmo — ya te dije que Ilmsun no existe.
Dunkel sonríe con suficiencia y se señala con el pulgar — dices que Ilmsun se parece a mí, ¿no? Puedo fingir ser Ilmsun, para que tengas tu primer beso.
Los ojos rojos de Aidan se abren con sorpresa y luego siente que su rostro arde — pero… tú… ¡tú no me gustas!
—Ni tu a mí, pero te gusta Ilmsun y yo puedo fingir serlo, ya que no sabemos cómo será nuestro primer beso en la historia y conociendo a Ojou, puede ser sumamente sorpresivo y no te agrade del todo — suspira —, por eso, es mejor que lo tengas a tus términos, ¿no lo crees?
El hurón muerde su labio inferior y duda. Él conoce mejor que nadie a Ojou Sama y sabe muy bien que la mayoría de las primeras veces de los personajes de Ojou, no son muy bonitas, no importa si es un beso o sexo, la mayoría son demasiado apresuradas y no le agradaría que su primer beso de verdad fuera así.
—Pero… pero quiero besar a Ilmsun, no a ti, ¿entendido? — hunde su rostro en su cola esponjosa, a la cual no ha dejado de abrazar — Pensaré que eres Ilmsun y nadie debe saberlo, ¿Oky?
—Sí, sie…
El silencio reina un momento, hasta que el hurón levanta el rostro, le llama la atención que Dunkel no haga nada — ¿Qué…? ¿Qué esperas? — pregunta con voz débil.
—Espero a qué estés listo y tú quieras hacerlo.
Una sensación extraña, pero placentera, se hace presente en la boca del estómago de Kesito, así aprieta su cola con fuerza y luego levanta la cara — estoy li… — pero la voz se va, antes de que termine la palabra.
El moreno lo mira con diversión, por alguna razón, le agrada verlo avergonzado, así que mejor se apresura, antes de que se eche para atrás — de acuerdo — finalmente deja la guitara de lado y se gira, sujetando el rostro del hurón entre sus manos —, cierra los ojos y piensa en Ilmsun, ¿de acuerdo?
—No tienes que decirlo — musita el menor, sintiendo que todo su cuerpo tiembla y aunque intenta ver los ojos de Dunkel, al final, no puede, así que de inmediato, cierra los parpados con fuerza.
El mayor se da cuenta que Kesito tiembla cual hoja al viento y la piel del rostro está extremadamente caliente — tranquilo, no te haré nada malo, lo prometo…
Dunkel se inclina y acerca los labios a la boca de Aidan; le agradan, se ven bonitos y sonrosados, de no saber que es un chico, pensaría que es una linda niña, pero tiene que pensar en la realidad. Podría simplemente darle un beso sencillo y fugaz, pero eso no contaría como un buen primer beso, además, en el fondo, quiere saber a qué sabe el menor.
Mientras el ojiazul está pensando cómo sería la mejor manera de actuar, Kesito trata de mantener una firme idea en su cabeza «Es Ilmsun, es Ilmsun, ¡es Ilmsun!»
El tacto inicia lento, casi un roce delicado, pero en cuanto el hurón siente la tibieza del otro, sus labios se abren ligeramente y el mayor se aprovecha un poco para profundizar ligeramente el beso.
La mano derecha de Aidan, termina por soltar su propia cola y se mueve hasta la camiseta del mayor, aferrándose a la tela con desespero; «es Ilm… es… es… es Dunkel…», con ese pensamiento, suelta un suspiro y todo su cuerpo se relaja.
El mayor se da cuenta de que el hurón se rindió al beso, especialmente porque ha empezado a corresponderlo con algo de torpeza, así que mueve sus manos, hasta sujetarlo por la cintura; finalmente la lengua áspera del felino, ingresa a la boca del niño y el rubio siente una descarga eléctrica recorrer su columna, así que rompe el beso de inmediato, soltando un ligero gemido.
El silencio reina.
Aidan respira agitado, asustado, realmente eso le gustó. Dunkel también se siente extraño, debido a que lo disfrutó más de lo que imaginó.
—¡Dunkel!
La voz de Ojou Sama se escucha y Aidan se levanta de inmediato, corriendo hacia la puerta, dónde se encuentra a la vaquita, llegando con una charola en las manos.
—Keso… ¿qué haces aquí?
—Na… nada, solo… felicitando a Dunkel por compromiso — responde con rapidez y se va corriendo.
—¿Felicitando? ¿Y por qué está tan rojo? — Ojou suspira — en fin, Dunkel — finalmente entra a la habitación —, como sé que no te gustan las cosas dulces, te traje carne para tu cumple.
—¡Gracias!
—Te ves feliz, ¿por qué?
El moreno titubea — ah… es que el Chaparro me regaló algo.
—¿Keso te regaló algo? ¿Qué cosa?
Dunkel mueve la mano y le muestra la cajita — un Cheescake.
—Pero a ti no te gustan las cosas dulces…
—Creo que ya les estoy empezando a coger el gusto.
Bien, ¿qué les parece? Realmente no sé cómo vaya a ser el primer beso en la historia de Elemental, pero este me gustó así.
Tal vez no fue el mejor, pero yo quería que se besaran!!!! XD
P.D.: Desde aquí y en adelante, Kesito fingirá que esto nunca pasó XD
Tal vez no fue el mejor, pero yo quería que se besaran!!!! XD
P.D.: Desde aquí y en adelante, Kesito fingirá que esto nunca pasó XD
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