Chibi Historia 004 – Chocolate -¿Omegaverso?
Kesito: Algo que se me ocurrió XD ajajajajaja y no, no será especial ni nada por el estilo, solo tenía ganas de escribir eso de ellos. Aunque sería gracioso ponerlos en un omegaverso ¬..¬ muajajajaja
Ojou: No... ya, deja de pensar en tonterías y ¡ponte a trabajar en los pendientes!
Ojou: No... ya, deja de pensar en tonterías y ¡ponte a trabajar en los pendientes!
—Adrián, ¿has visto la pañalera?
El castaño entornó los ojos — en el sillón — dijo con cansancio.
—¡Oh, sí! Quiero acomodar unas cosas que faltan — comentó el de lentes —, ten, cuida a Gibran un momento — le entregó al pequeño niño de cabello castaño claro, casi rubio.
Adrián lo sujetó por debajo de los bracitos, pero manteniéndolo alejado de su cuerpo y el niño rió al verlo; aún no comprendía como ese pequeño se divertía a su lado, si él no lo toleraba.
—Odio cuidarte, ‘bodoque’ — dijo en un susurro y el bebé rió más fuerte, como si el otro hubiese hecho alguna gracia.
Marty corrió por el pasillo, llevó unas toallitas y varios pañales para acomodarlos en la maleta — ¡listo! — anunció — es todo, podemos irnos.
—¿Por qué tenemos que cuidarlo nosotros? — preguntó el ojiazul, devolviendo al pequeño a su prometido.
—Porque tus padres no están y Lilian no es muy responsable — suspiró el pelinegro, sujetando al bebé con cuidado —, además, su abuela Montse está enferma y no quiere contagiarlo — siguió con la explicación —, pero no te pongas así, Lizy y Fabi volverán el lunes, solo queda un fin de semana…
—Un largo fin de semana — gruñó el otro — bien, vamos a dejarlo con tus padres, porque debo abrir la pastelería.
—¿Puedes llevar la pañalera? — indagó el menor — tengo las manos ocupadas…
Adrián entrecerró los ojos y miró con molestia al bebé, que se arrebujaba contra el pecho de Marty — odio que otro pueda estar tan cerca de ti…
—Adrián, ¡es tu sobrino!
—“Yo estaba en primera fila, hasta que llegó esa bola de pelos” — agarró la pañalera sin cuidado.
—¿Te enojas porque Lizy y Lily ya no te ponen tanta atención desde que llegó Gibran? — sonrió el de lentes.
—No — negó —, me enoja que desde que llegó, tú tampoco me haces mucho caso.
—No seas infantil — Marty negó, se acercó a su pareja y lo obligó a inclinarse para besarle los labios.
El ojiazul no se contuvo y profundizó el beso con algo de desespero; su mano libre bajó por la espalda de su prometido y le acarició el trasero con ansiedad — ¿qué tal si, después de dejarlo con tus padres… tú y yo nos perdemos?
—No podemos — sonrió el de lentes y lo empujó ligeramente —, tú tienes trabajo y yo también, así que, eso no está a discusión…
—Pero en la noche tampoco quieres que te ‘coma’, ¡porque podemos despertar al bodoque! — se quejó — pastelito, ¡me tienes “a dieta” desde el lunes que nos lo dejaron!
—Solo será hasta que vuelvan sus padres, anda, vámonos.
Marty se encaminó a la puerta y Adrián pasó la mano por su cabello — por eso no quiero tener hijos — sentenció, imaginando lo que ocurriría si él y Marty llegasen a tener un bebé.
El castaño entornó los ojos — en el sillón — dijo con cansancio.
—¡Oh, sí! Quiero acomodar unas cosas que faltan — comentó el de lentes —, ten, cuida a Gibran un momento — le entregó al pequeño niño de cabello castaño claro, casi rubio.
Adrián lo sujetó por debajo de los bracitos, pero manteniéndolo alejado de su cuerpo y el niño rió al verlo; aún no comprendía como ese pequeño se divertía a su lado, si él no lo toleraba.
—Odio cuidarte, ‘bodoque’ — dijo en un susurro y el bebé rió más fuerte, como si el otro hubiese hecho alguna gracia.
Marty corrió por el pasillo, llevó unas toallitas y varios pañales para acomodarlos en la maleta — ¡listo! — anunció — es todo, podemos irnos.
—¿Por qué tenemos que cuidarlo nosotros? — preguntó el ojiazul, devolviendo al pequeño a su prometido.
—Porque tus padres no están y Lilian no es muy responsable — suspiró el pelinegro, sujetando al bebé con cuidado —, además, su abuela Montse está enferma y no quiere contagiarlo — siguió con la explicación —, pero no te pongas así, Lizy y Fabi volverán el lunes, solo queda un fin de semana…
—Un largo fin de semana — gruñó el otro — bien, vamos a dejarlo con tus padres, porque debo abrir la pastelería.
—¿Puedes llevar la pañalera? — indagó el menor — tengo las manos ocupadas…
Adrián entrecerró los ojos y miró con molestia al bebé, que se arrebujaba contra el pecho de Marty — odio que otro pueda estar tan cerca de ti…
—Adrián, ¡es tu sobrino!
—“Yo estaba en primera fila, hasta que llegó esa bola de pelos” — agarró la pañalera sin cuidado.
—¿Te enojas porque Lizy y Lily ya no te ponen tanta atención desde que llegó Gibran? — sonrió el de lentes.
—No — negó —, me enoja que desde que llegó, tú tampoco me haces mucho caso.
—No seas infantil — Marty negó, se acercó a su pareja y lo obligó a inclinarse para besarle los labios.
El ojiazul no se contuvo y profundizó el beso con algo de desespero; su mano libre bajó por la espalda de su prometido y le acarició el trasero con ansiedad — ¿qué tal si, después de dejarlo con tus padres… tú y yo nos perdemos?
—No podemos — sonrió el de lentes y lo empujó ligeramente —, tú tienes trabajo y yo también, así que, eso no está a discusión…
—Pero en la noche tampoco quieres que te ‘coma’, ¡porque podemos despertar al bodoque! — se quejó — pastelito, ¡me tienes “a dieta” desde el lunes que nos lo dejaron!
—Solo será hasta que vuelvan sus padres, anda, vámonos.
Marty se encaminó a la puerta y Adrián pasó la mano por su cabello — por eso no quiero tener hijos — sentenció, imaginando lo que ocurriría si él y Marty llegasen a tener un bebé.
Kesito: Esta es otra chibi historia, que está planeada ampliarse.
Aunque no lo crean, en su momento, si se avanzó un poquitín, pero como no está tan bien desarrollada ni pensada, se dekó de lado XD en el saco de las historias olvidadas de Ojou...
Aunque no lo crean, en su momento, si se avanzó un poquitín, pero como no está tan bien desarrollada ni pensada, se dekó de lado XD en el saco de las historias olvidadas de Ojou...
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