Los gritos y sollozos se escuchaban con fuerza en el pequeño recinto. Un niño se encontraba siendo ultrajado por un hombre quien lo penetraba sin misericordia, mientras el pequeño cuerpo se estremecía de dolor, se sacudía con desespero e intentaba alejarse sin conseguirlo, debido a que se encontraba atado a la camilla cómplice de ese acto, que se había repetido durante más de una semana.
El pobre chiquillo no había podido ver quien le había causado tanto daño, pues este siempre portaba una máscara; un súper héroe que cambiaba día con día, desde que había sido alejado de su familia, cuando creyó que su personaje favorito lo devolvería con su mamá y al contrario, lo llevó a un lugar oculto y oscuro, del cual, no sabía cuándo podría salir.
Los golpes, las heridas, las penetraciones, todo se repitió una y otra vez; tanto, que por momentos el menor perdía el conocimiento, pero era despertado solo para obligarlo a gritar, a pesar de que ya casi no tenía fuerza, pues no había probado alimento, más que el semen que fue obligado a tragar durante todo ese tiempo, así como el agua para que no se deshidratara y pudiera aguantar más.
Sus mejillas ardieron cuando el sujeto que lo tomaba le dio varios golpes, solo para que llorara más de ser posible, justo en el momento en que estaba llenándolo de su semen.
El niño intentó gritar, pero se había quedado sin voz en el momento que el chorro caliente le quemaba las entrañas laceradas. Finalmente, el mayor se recostó sobre el pequeño cuerpo y trató de calmar su agitación.
—Pronto… — gruñó el hombre contra su cuello — todo acabará…
* * *
Las noticias tenían la primicia, pues una situación sumamente extraña se estaba presentando en los terrenos montañosos, cercanos a la ciudad. La policía, así como varias dependencias, recibieron una llamada anonima, de que habían encontrado al pequeño que había desaparecido una semana atrás, el cual, había sido raptado en un centro comercial, al haber acudido a uno de los eventos semanales, con motivo del mes del niño.
Los padres se apresuraron a llegar, pero no les permitieron el paso. Los policías tenían acordonada el área y había mucha gente; los reporteros no podían llegar, al contrario, no se les permitía acercarse, debido a lo delicado de la situación. Finalmente, uno de los investigadores en jefe se alejó de la escena, después de ordenar llevarse las pruebas para verificarlas, antes de dar cualquier declaración.
—¡¿Es mi pequeño Luca?! — preguntó la madre con desespero.
—Yo… no puedo decirlo — dijo el hombre — tiene que esperar…
—¡¿A qué?! — el padre también estaba desesperado — ¡¿Qué tenemos que esperar, Suarez?! — dijo el apellido del hombre con ira, pues sentía que no estaba haciendo su trabajo.
—A que el forense revise, si es un cuerpo de verdad o no…
* * *
Adam Suárez llegó a la oficina a medio día; aunque no quería, tuvo que dar declaraciones, explicando las fotos que se habían filtrado, de lo que parecía un cuerpo cubierto con cemento. Todos los agentes de ministerio, policías, especialistas y demás personal, esperaban impacientes a que el forense, encargado de las pruebas, diera una respuesta.
—Adam — la voz de Ismael, su compañero, lo sacó de sus pensamientos.
—¿Sí?
—Jean tiene los resultados…
—Vamos — de inmediato se puso de pie y el otro lo siguió.
Ambos subieron al siguiente piso, donde se encontraba la oficina del forense en jefe.
—Jean, dame algo — dijo Adam cuando estuvo frente a su amigo, compañero y subordinado.
—No es un cuerpo real — anunció el otro — se le hicieron pruebas, es una escultura perfecta en cemento, como si lo hubiesen vaciado en un molde, pero no hay nada dentro, es solo piedra — le entregó unos documentos, sobre los análisis que le habían hecho al “cuerpo” encontrado.
—Significa que el niño puede estar en otro lado — Ismael parecía más tranquilo por ello.
—Al menos no le diré a los padres que su hijo fue convertido en una escultura — sentenció Adam, sujetando los papeles y revisándolos.
—Yo no les diría algo así tampoco.
—¿Por qué? — frunció el ceño — ellos necesitan una esperanza.
—No es por eso, sino que, fíjate bien, ese niño no es el niño que desapareció la semana pasada.
—¿Qué quieres decir? — Ismael parecía sorprendido.
Adam y él observaron con detenimiento las fotografías de la escultura, comparándolas con las fotografías de la víctima desaparecida.
—Que esta es una escultura genérica o quizá es mejor que pregunten si hay otros niños desaparecidos, porque este no es el que la familia Carranza está buscando — anunció Jean — pero como no hay ni una marca, ni código, ni número de serie, seguramente no es una escultura comercial, además, por el detalle en la misma, no podemos dejar de suponer que se usó a un niño real para ella.
—No puede ser — Ismael apretó los puños — no puede ser que haya desaparecido otro sin que nos hayamos enterado.
—Puede ser de otro estado — Jean se alzó de hombros.
—La desaparición de un menor, es difundida con rapidez — señaló el mayor — lo sabes bien, si un niño es alejado de sus padres y no se encuentra, en poco tiempo se detona la alerta ‘AMBER’ y todas las dependencias son informadas de los rasgos del infante.
—Eso sucede, cuando las personas se interesan en los niños — Jean suspiró — sabes que hay muchos casos de niños extraviados y desaparecidos que ni siquiera son denunciados.
—Pediré que investiguen, ¿tienes más datos o algo?
—Sí — asintió el forense — como dije, el nivel de detalle es increíble y pudimos sacar huellas de las manos de la escultura — tecleó unas cosas en su computadora — se las enviaré de inmediato.
—Pediré que las revisen y cotejen — Ismael se apresuró sacar su celular, marcando a sus compañeros, pero se mantuvo en la habitación.
—También que se comuniquen con otras dependencias — pidió Adam mientras su compañero llamaba por teléfono.
—Bien, debemos…
—¿No te parece muy extraño? — interrumpió Jean.
—¿Qué cosa? — indagó Adam de inmediato.
—Este caso… un niño desaparecido, la escultura — señaló — esto ocurrió hace tiempo, ¿lo recuerdas?
—¿Te refieres a los casos del asesino ‘basilisco’? — preguntó Ismael, quien había terminado de hablar por teléfono.
—Ese idiota murió hace dos años — indicó su jefe — cuando intentó huir de nosotros y no pudimos evitar el tiroteo — respiró profundamente — ¿recuerdas que un policía murió y otros quedaron heridos?
Ismael se quedó en silencio, pues él aun no era transferido a esa ciudad y aunque supo del caso, no trabajó directamente en él. El ‘asesino basilisco’ se le denominó a un hombre que se encontró culpable de los casos de secuestro y asesinato de diez niños, aunque solo encontraron el cadáver de una víctima.
—Sí — Jean asintió — pero recuerda que no pudimos encontrar a todas sus víctimas, solo las esculturas que realizaba de ellas a modo de trofeos, que dejaba como pistas para la policía, para burlarse de nosotros — sentenció — solo que este podría ser un imitador…
—¿Un imitador? — Adam pasó a la siguiente hoja.
—Uno o muy bueno o muy moderno — Jean se cruzó de brazos — como dije, parece algo hecho con un molde, así que pudo usar algo para hacerlo.
—¿Pero… con este detalle? — Ismael tampoco lo podía creer.
—En la actualidad, hay maneras de sacar esculturas con ese detalle, incluso para idiotas que ni siquiera tienen una formación en arte — entrecerró los ojos.
—¿En serio? ¿Cómo? — preguntó su compañero, parecía algo confundido.
—Solo compran cosas por internet, ‘Isma’ — Jean les mostró en su celular, algo que ya había buscado con anterioridad — hay un kit que trae alginato para hacer moldes y crear esculturas, lo venden en internet.
—¿A cualquiera? — Adam observó las imágenes.
—A cualquiera — suspiró su amigo — ¿no has visto que se hizo muy popular últimamente, para todos los que querían sacar esculturas de manos de parejas, hijos y demás?
—No me gustan las cosas ‘modernas’ que sacan en internet — Ismael hizo un gesto molesto — sacan cada estupidez, que pienso que la humanidad pierde IQ con cada año que pasa.
—Las nuevas generaciones no saben qué inventar — complementó Adam.
—Hablan como unos ancianos… — se burló Jean, quien era un par de años menor que ambos.
—¿Cómo sea… crees que con eso sea posible llegar a tal nivel de detalle?
—¡Por supuesto! — dijo con obviedad — solo necesito hacer otras pruebas a la escultura y encontrar rastros de alginato.
—Hazlo — el mayor dio unos golpecitos a la mesa de trabajo — tengo que ver a los padres y explicarles.
—Adam, aunque hagas eso, quizá es mejor que hables con un experto…
—No — respondió el otro con rapidez.
—Tienes que hablar de nuevo con él… — presionó.
Adam entornó los ojos, suspiró y gruñó por lo bajo — ¿sabes por qué evito lo más que puedo las reuniones familiares? — preguntó con un tono de cansancio — porque no quiero verlo, lo sabes bien y aun así, me tengo que aguantar y acudir a ellas cada quince días, por la memoria de mi madre — pasó la mano por su cabello castaño — pero pedirle ayuda, en este caso, significaría que tendré que verlo más veces este mes…
Con esas palabras, Ismael supo de quién se trataba.
—Ya, supéralo — sentenció Jean — además, lo necesitas, es el único que te puede ayudar, igual que la última vez.
Adam gruñó, parecía frustrado, pero terminó accediendo — está bien, pero nos acompañaras — señaló al otro con el índice.
—¿Yo? ¿Por qué? Ismael irá contigo, él es tu compañero y un investigador, ¡yo un forense!
—Tú tienes la teoría del ‘glutanato’…
—Alginato — corrigió su amigo.
—Lo que sea, así que tú se la vas a explicar, ¿entendido?
* * *
El automóvil se estacionó en una casa, a las afueras de la ciudad y los tres hombres bajaron de inmediato. El mayor presionó el timbre y esperaron unos segundos, hasta que una voz se escuchó por la bocina del intercomunicador.
—“…¿Sí?…”
Adam se acercó para hablar.
—Hiram, soy yo — hizo un ademán hacia la cámara de vigilancia que había a un lado de la puerta — vengo con Ismael y Jean — sus compañeros también hicieron un movimiento con la mano, a modo de saludo — necesitamos hablar.
Un sonido se escuchó y la puerta se abrió.
Los tres entraron, caminando por los jardines, con unas carpetas en las manos; Jean ya había ido ahí con anterioridad, mientras que Ismael no conocía el interior de la casa, y se sorprendía de lo impresionante que se miraba. Era una propiedad amplia y tenía un gran jardín, mismo que estaba adornado con algunas esculturas de pequeños animales, de objetos y bustos pequeños, sobre pedestales; la casa era majestuosa, tenía dos plantas y parecía de una persona con una clase social sumamente elevada. Conocía al dueño, hermano de su jefe y compañero, porque lo había visto en un evento de la policía un año antes, aunque platicó muy poco con él, pues se disculpó de inmediato porque debía retirarse temprano.
Recorrieron el camino empedrado y llegaron a la puerta; esta fue abierta por Hiram, el hermano de Adam.
—Que gusto verte, hermano — sonrió el de lentes, viendo al mayor hacia arriba, ya que debido a su situación, tenía años que no podía ser de otra manera.
—Igual — dijo Adam, pero parecía no querer verlo.
—Hola, Jean, Ismael — saludó el anfitrión — ¿cómo están? Bienvenidos…
Ismael sonrió — hola — saludó y le ofreció la mano, dándose cuenta de lo de gruesas y fuertes que eran, debido a su trabajo.
Jean se acercó y le extendió la mano — hola, Hiram, lamentamos venir sin avisar, pero no tuvimos…
—No tuvieron tiempo, es algo rápido y mi hermano no quiso decirme nada o quizá solo estaban de paso, algo que dudo — levantó una ceja — no te preocupes, me sé todas las excusas, sé que Adam no quiere verme normalmente — se alzó de hombros — pasen, ¿les ofrezco café, té, agua, un refresco?
Hablaba mientras movía la silla de ruedas en la que andaba, para bajar por una rampa y llegar a la estancia.
—No, gracias — de inmediato, Jean negó.
—Yo estoy bien así — señaló Ismael.
No querían darle molestias a Hiram, especialmente porque sabían que podrá causarle muchos problemas, aunque la casa estaba acondicionada para su máxima movilidad en la silla, desde hacía muchos años.
—¿Estás ocupado? — preguntó su hermano, mirando alrededor.
—Hoy no, tengo un día de descanso, porque mi modelo no vino, ya que dijo que tenía un compromiso y se tomó el día libre, — se acercó a la sala y se acomodó al lado de un sillón, pasando las manos sobre sus piernas inmóviles — aunque se comprometió de volver al atardecer, pero precisamente por eso, mis estudiantes tampoco vinieron hoy, ya que no tendrían modelo — explicó con amabilidad — entonces, ¿en qué puedo servirles?
Los recién llegados se acercaron a la sala.
—Quisiera que vieras esto — dijo Adam, entregándole el folder que llevaba en mano.
Hiram sujetó la carpeta — ¿tú, mostrándome algo, en un tono tan serio?, es extraño… casi tanto como hace años — señaló abriéndola y revisando las fotos que contenía.
Los ojos grises observaron con detenimiento las imágenes, parecían escudriñar con interés la escultura que mostraban; pasó a la siguiente hoja, donde estaban fotos de detalles de las manos, el rostro y ciertas partes del cuerpo.
—Esto es…
—Es un niño… creímos que había sido el que desapareció este mes en el centro comercial — explicó Ismael — pero no es…
—Encontraron esa escultura en el bosque — su hermano habló con frialdad y entrelazó las manos cerca de su rostro — justo como hace años.
—Eso es imposible — dijo el de lentes, levantando el rostro de inmediato — ¿es él…? Es decir…
—No — Jean negó — solo es la escultura, pero no hay cuerpo dentro.
—Entiendo — Hiram asintió — pues es una escultura muy detallada — acomodó sus gafas y levantó una ceja — en la actualidad, hay muy pocas personas en este mundo que pueden hacer una escultura como está a base de martillo y cincel, más dudo que haya sido una pieza de granito, ¿cierto?
—Es cemento — respondió su hermano de inmediato — cemento blanco.
—Creo que pudieron usar un molde — Jean le entregó la carpeta que él llevaba
—¿Conoces la moda de las manos de yeso? — preguntó Ismael.
Hiram entrecerró sus ojos y lo miró con molestia, consiguiendo que se estremeciera por esa mirada desdeñosa.
—La conozco — no pudo ocultar el mostrar su molestia a ver la información que le mostraban — es algo que reduce el arte de un escultor, de trabajar un gran material y demostrar la habilidad del artista, a solo un bote lleno de algo plástico que se rellena con un componente líquido — contestó con algo de desprecio, no solo en su voz, sino en sus facciones — con eso, cualquier niño puede crear una escultura realista de una parte del cuerpo humano, aunque no tenga conocimientos de arte, mucho menos de anatomía.
—Ah… bueno, creo que pudieron hacer eso — dijo Jean, volviendo a su lugar — ordené unos análisis, estamos buscando alginato.
Hiram cerró de golpe la carpeta — se equivocan — levantó el rostro — el alginato, es un material más que nada usado por odontólogos, pero es para moldes y esculturas de yeso — se quitó las gafas y las limpió con un pañuelo — si es para cemento seguramente usaron otra cosa, quizá goma de uretano, es la que podrían haber usado para realizar ese trabajo.
—¿Goma de Uretano? — Ismael estaba asombrado.
Hiram volvió a ponerse las gafas — puede ser cualquier goma de silicona, pero ese material tiene una resistencia mayor y es de uso industrial, aunque hay muchas usadas por falsos escultores, que realizan figurillas para jardín en concreto o molduras para casas — se alzó de hombros — el yeso no es algo que puedes dejar a la intemperie, pero el cemento sí.
Adam, Ismael y Jean se vieron entre sí, sabían que debían investigar más cosas.
—Ahora tendré que buscar más materiales — señaló Jean.
—Sí y es mejor que los…
El sonido del celular de Adam se escuchó y contestó de inmediato — ¿sí? — el silencio fue acompañado de un gesto de sorpresa, que de inmediato pasó a uno preocupado — bien, vamos para allá — colgó y se dirigió a Jean — encontraron algo, así que hay que volver a la oficina — les hizo una seña con la cabeza — bueno, muchas gracias por tu ayuda, hermano — Adam se levantó — si te necesitamos, volveremos a buscarte.
—Está bien — asintió el de lentes — aunque no es agradable saber que solo me buscas cuando necesitas algo de mí.
—No empecemos con eso de nuevo, ¿de acuerdo?
Hiram desvió la mirada — solo digo que, podrías venir a cenar, supongo que tienes tiempo, ya que no has venido a visitarme mucho, por tu trabajo.
—Lo pensaré... vamos, Jean — sujetó a su amigo del brazo y lo guió de inmediato a la salida — ‘Isma’ — presionó a su compañero para que salieran rápido.
—Nos vemos, Hiram.
—Hasta luego — dijo el otro.
Cuando los tres estaban saliendo por la puerta del límite de la propiedad, se escuchó la voz por el intercomunicador.
—“…Adam, olvidaste los folders…”
El aludido pasó la mano por su cabello — adelántense al auto, voy por ellos — le entregó la llave a su compañero.
—De acuerdo — Ismael asintió.
—Adam…
—¿Qué? — preguntó con molestia.
—No seas duro con él — pidió Jean — su vida es difícil, no la hagas aún mas complicada…
—No quiero complicársela, al contrario — dijo entre dientes — pero sabes que su accidente, fue mi culpa.
Adam regresó al interior y la puerta se cerró, mientras Ismael y Jean se acercaban al automóvil.
—¿Su culpa? — preguntó Ismael con curiosidad.
—Ah, ¿no te lo ha dicho?
—No — negó — quizá no quiere que me entere… — se alzó de hombros — no debí preguntar.
—Eres un investigador, igual que Adam, se la pasan preguntando y curioseando — Jean sonrió tristemente — cuando Adam tenía dieciocho y Hiram quince — contó — ambos tuvieron un accidente en una motocicleta que Adam manejaba — suspiró — desde entonces, Hiram no puede caminar.
—¿Cuánto tiene en esa silla de ruedas?
—Casi quince años — respondió el otro.
—¿Y no tiene cura?
—Intentaron con una operación, pero no funcionó — Jean se alzó de hombros — luego, los padres de Adam murieron en un accidente automovilístico y Adam no pudo quedarse con Hiram, porque debía estar en la academia, pero sus abuelos le pagaron la educación, para que terminara su instrucción en las artes y se convirtió en escultor.
—¿Es bueno?
—Uno de los mejores — respondió casi con orgullo — todas las esculturas del jardín son suyas — contó — solo que, debido a que no puede moverse mucho, sus esculturas no son muy grandes.
—Debe ser muy duro para él —Ismael miro hacia el jardín a través de la reja — es decir, tener un impedimento para no poder hacer todo lo que deseas
—Es frustrante — suspiró Jean — pero se las ingenia,
* * *
Adam, Ismael y Jean llegaron a la estación, dónde les tenían noticias. Había una denuncia de un niño desaparecido un mes antes, en otro estado del centro del país, pero esta la había hecho la madre, aunque al día siguiente, el padre la retiró; al hablar con él, dijo que el niño no había desaparecido, sino que se había ido con unos familiares, pero la madre insistía a los policías que lo buscaran, más cuando regresaron con ella para más información, la mujer tenía golpes visibles y ya no quiso ver a ningún agente.
—Es posible que el marido la haya golpeado — Ismael revisó los documentos
—Sí, pero si ella no lo denuncia, quedará impune — Adam suspiró — aun así, lo que nos interesa es el niño, ¿tienen sus datos?
—Con las investigaciones, enviaron nuevamente a preguntar — respondió su compañero — para mañana nos tendrán toda la información.
—De cuerdo… entonces, en cuanto recibas eso, veremos qué hacer con ese asunto, por ahora, debemos seguir investigando con lo que ya tenemos.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
En una habitación oscura, un pequeño se encontraba completamente mareado, sus sentidos habían sido alterados, no solo por una bebida que el hombre que le besaba el cuerpo con devoción, le había obligado a beber, sino por los chocolates con vino que le había ofrecido para que no tuviera tanto miedo; su captor traía una máscara de un súper héroe, aunque su boca y barbilla se encontraban expuestas.
—Tranquilo — susurró el mayor, acariciando la piel del torso — ya lo has hecho antes, pero no te preocupes, seré gentil…
Con esas palabras, le abrió las piernas y se colocó entre ellas; liberó su miembro y empezó a penetrar ese delicado agujero que había sido mancillado con salvajismo los últimos días. El menor se quejó débilmente y las lágrimas escaparon de sus ojos.
—Oh… no derrames tus lágrimas — señaló el otro, pasando la lengua por la mejilla — no aun… si te portas bien — dijo con amabilidad — te prometo que dejarás de sufrir pronto…
Empezó a moverse con fuerza, penetrando sin consideración, disfrutando como el interior del menor se contraía, apresándolo con intensidad, pero parecía disfrutarlo, pues sus pequeñas piernas se movían con cansancio y empezó a gemir.
—Eso pequeño, así — musitó el mayor y le besó la boca, consiguiendo que el niño correspondiera torpemente — sí… te gusta… en el fondo, eres un putito… un hermoso putito…
Los débiles gemidos aumentaron de intensidad, mientras las manos traviesas del hombre, acariciaban el cuerpo con lascivia, disfrutando de los estremecimientos que producía en el menor. Estaba decidido a que esa noche, el niño participara en el acto y lo estaba consiguiendo.
—Muéstrame esa carita — dijo con una gran sonrisa — esa es la cara que quiero recordar toda la vida…
* * *
Adam llegó a primera hora, a su trabajo; llevaba un café en mano y apenas entró, le dieron unos documentos, que iba revisando, caminando a su oficina.
—No tienes buena cara — Ismael se acercó a él.
—No dormí bien — confesó — pensé toda la noche en los dos casos — habían quedado en que eran dos niños diferentes, hasta demostrar lo contrario — y mi cerebro no descansó, pues no encuentro móvil para nada.
—Pues esto te puede ayudar, ayer, un agente volvió a preguntar sobre el niño del otro estado y consiguió fotos, así como el nombre, se trata de Jesús Martínez — le entregó unas fotos y documentos de identidad escaneados — como el marido no estaba, la madre accedió a hablar, dijo que su esposo había vendido a su hijo, pero no podía denunciarlo o correría peligro, porque el hombre tiene muchos contactos.
—¿Y los agentes no pueden hacer su trabajo? — Adam frunció el ceño, bebiendo un sorbo de su café.
—Sabes que en algunas poblaciones indígenas y de escasos recursos, especialmente en el centro del país, hay personas que se aprovechan de poder e influencia para estar sobre la policía misma — Ismael suspiró — seguramente no pueden hacer más.
—Revisé las huellas digitales — Jean llegó corriendo — buenos días — saludó con una sonrisa — y sí, la escultura es de ese niño.
—Buenos días… lo que significa que, en realidad, son dos niños desaparecidos — Adam respiró profundamente — no podemos hacernos cargo de ambos — dijo para su amigo — le daremos el caso del chico de la escultura a Vega, y nosotros nos encargaremos del niño Carranza.
—¿Por qué? — preguntó Ismael, sujetando los papeles.
—Porque no hay nada que los relacione — negó — no podemos abarcar todo…
—Y porque si se trata de esculturas, no quieres hablar con Hiram de nuevo, ¿cierto? — preguntó Jean con frialdad.
—Eso es asunto mío…
—Pero… — Ismael intentó decir algo, solo que otro agente lo detuvo y se quedó hablando con él, mientras Adam y Jean iban a la oficina del mayor.
—Entiendo que es tu asunto — dijo el menor — pero sabes que podrías quedarte con ambos casos sin problema — sonrió.
—Sabes mejor que nadie, que es mejor no hacerlo — alegó.
Ismael entró de inmediato — Adam, hay otra escultura — anunció — hay que ir, porque de nuevo dijeron que es el niño Carranza.
—Voy por mis cosas… — Jean salió corriendo, pues los acompañaría, como siempre.
—¿Dónde la encontraron?
—En las montañas, hubo un aviso y fue encontrado por una patrulla — respondió el otro de inmediato.
—Vamos entonces…
* * *
Una vez más, llegaron a la escena del crimen, misma que estaba acordonada y varios policías evitaban que entraran los policías; una escultura estaba ahí.
Jean llegó haciendo su trabajo, revisando alrededor, poniéndose al tanto con los peritos y revisando las diferentes huellas y pistas. Adam e Ismael se acercaron a la escultura, esa, a diferencia de la del día anterior, estaba tumbada en el piso.
—A simple vista, no parece un trabajo de la misma persona — anunció Jean con rapidez, estando a lado de sus compañeros.
—¿Por qué? Ismael lo miró confundido.
—La escultura de ayer, estaba de pie, perfectamente nivelada, pero esta — hizo un mohín — está en el piso, además… — se acuclilló — hay rebabas de cemento — frunció el ceño — nuestro artista no se dio el tiempo de limpiar su escultura — se burló.
—Jean…
—Lo siento — dijo de inmediato, ante la manera en que Adam dijo su nombre — pero hay otra cosa…
—¿Qué? — indagó Ismael, que observaba la pieza con sumo interés.
—Observa — señaló las manos — el cuerpo de niño está desnudo, pero tiene esas cosas en los brazos y piernas, como brazaletes…
Lo señaló con un delicado instrumento y se dio cuenta que el cemento se desprendía un poco.
—Además, no parece de la misma calidad que el anterior, se está… desmoronando.
—Eso o no secó bien — dijo Adam con interés y se acercó al rostro — mira, tiene cuarteaduras…
Jean se movió y talló un poco esa parte, logrando desprender otro poco de cemento, pero su gesto de susto fue compartido por sus dos compañeros; bajo una delgada capa de cemento, había algo de piel.
* * *
El caso de inmediato fue difundido, pues no pudieron evitar que los periódicos amarillistas filtraran fotos. La familia Carranza estaba en la estación, a la espera de los resultados, a pesar de que les habían dicho que sería tardado.
Todo el día estuvieron ahí, mientras Adam e Ismael, estaban en el laboratorio, junto con Jean, quien se encontraba con otros colegas forenses especializados, revisando a la criatura.
Le hicieron rayos x a la escultura, constatando que bajo la capa de cemento, estaba un cuerpo humano, así que aprovecharon que no estaba bien tratado el cemento y empezaron a quitarlo; no habían encontrado huellas de nadie más, ni indicios para buscar un sospechoso, por lo que prefirieron centrarse en sacar el cuerpo del menor. Fue un trabajo delicado, pues en ocasiones, partes de piel se desprendían junto con el material que usaron para cubrirlo, pero finalmente lo hicieron.
Después de eso, revisaron el cuerpo del niño, encontrando marcas, laceraciones y un sinfín de heridas; de igual manera, pudieron constatar que había sido violado en incontables ocasiones.
Oscurecía cuando por fin, Jean salió del laboratorio.
—¿Qué pasó? — preguntó Ismael.
—Es el niño Carranza — anunció y pasó la mano por su cabello.
—¡¿Estás seguro?! — preguntó Adam con asombro.
—Sí — asintió — acabamos de cotejar las huellas, el ADN, todo coincide.
—No puede ser — Adam pasó la mano por su frente.
—Los casos están conectados ahora — Ismael respiró profundamente.
—Todo indica que sí — asintió el forense — pero eso es extraño…
—¿Qué? — preguntó Ismael.
—Si es un imitador, ¿por qué entregaría el cuerpo? — se cruzó de brazos — todos saben que el ‘asesino basilisco’ solo dejaba esculturas realistas, pero jamás, estas tuvieron un cuerpo dentro.
—Excepto la última — Ismael los miro de reojo — la escultura con la que lo atraparon.
—Entonces, ¿el imitador quiso ir más allá, haciendo lo que el original hacía, pero mejor? — Jean frunció el ceño.
Adam observó por el cristal, donde los otros forenses aun trabajaban con el cuerpo — intenta superar al anterior…
—Pues no lo hizo bien, especialmente por el trabajo — Jean hizo un mohín — cuando encontramos al ‘asesino basilisco’, la estatua que tenía, era perfecta, sin cuarteaduras, de una calidad sublime.
—Parece que lo admiras — Ismael lo miró con asombro.
—Como forense, no puedo evitar darle crédito a una persona que realiza un trabajo que para mí, es difícil resolver — respondió con seriedad — a este no tuve que hacerle rayos x para saber que era el niño — señaló el laboratorio — es completamente diferente a la escultura de concreto completa.
—Quizá un error al no saber tratar el cuerpo…
—¿De verdad lo crees, Adam? — su compañero no estaba convencido.
—Quiero creer eso y no pensar que son dos imitadores — suspiró — hay que pensar que es un imitador que admira al ‘asesino basilisco’ y solo quiere demostrar que es mejor, pero debe haber alguna razón para haber hecho mal este trabajo.
—El orgullo y la vanidad pueden estar jugando un papel importante en este tipo — Ismael asintió — quizá para que su nombre empezara a salir en las noticias, hizo esto de manera apresurada — conjeturó — pero debemos establecer su perfil, para poder seguirle la pista.
—Sí, hay que usar más equipo — Adam asintió — llama a Guevara, dile que necesitamos ayuda en esto — ordeno — yo voy a darle la noticia a los padres.
—Yo debo volver — Jean hizo una seña — aún hay cosas que revisar, ver si hay otras cosas que puedan darnos pistas… quizá vaya muy tarde a casa hoy.
—Yo también me quedaré — dijo Adam — cuando salgas te llevo.
—Gracias…
Adam salió e Ismael observó a Jean.
—¿Ustedes son…? — preguntó con curiosidad, pues ya había visto algunas actitudes raras en ambos.
—Eso no deberías preguntarlo — su compañero lo miró de soslayo — sabes que no debemos relacionarnos en el trabajo — sonrió — pero si quieres saciar tu curiosidad, digamos que… nos quitamos mutuamente el estrés, de cuando en cuando — confesó antes de volver al laboratorio.
Ismael sonrió nervioso — eso fue… demasiada información.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
La habitación tenía una iluminación tenue, el menor estaba sentado frente a una pequeña mesa, en la cual había un plato con algo de comida; tenía una cuchara plástica y un vaso al lado, pero no había probado bocado.
La puerta se abrió y un hombre con máscara entró — ¿no vas a comer? — preguntó con voz amable pero no recibió respuesta — ¿estás triste porque estás solo? — pasó la mano por los hombros del niño.
El menor asintió.
—No te preocupes, todo está bien — se inclinó y le besó la mejilla — termina de cenar para poder jugar — su mano se buscó la manera de tocar el torso del menor — prometo que te gustará
—¿Dónde está el otro? — preguntó el niño con debilidad.
El sujeto se acuclilló a su lado y le sonrió — ¿lo escuchaste?
Asintió.
—Él ya se fue — anunció.
El niño volteó a verlo con sorpresa.
La mano libre del mayor se movió al rostro del niño — tú también quieres irte de aquí, ¿verdad?
—Sí… quiero ir con mi mamá — sollozó.
—No, no llores — lo abrazó — si te portas bien y cumples con todo lo que te diga, yo te sacaré de aquí también.
—¿De verdad?
Levantó la mano izquierda — palabra de ‘Boy Scout’.
El niño se limpió los ojos y asintió — está bien, lo haré…
—Así me gusta — el hombre se acercó y lamió los labios del niño — ahora, ven — se puso de pie — voy a usar tu boquita…
* * *
Adam llegó tarde esa mañana a su trabajo, pero cuando lo hizo, Ismael se acercó a él.
—Buenas, ¿qué te paso?
—Buenas — respondió como autómata — no me pasa nada, solo que sigo pensando en la situación y tuve una llamada en la mañana que me puso de mal humor.
—Y yo con malas noticias — dijo su compañero con pena.
—¿Qué pasa?
—Los padres del niño Carranza, exigieron que les devuelvan el cuerpo de inmediato.
—¡Pero estamos investigando! — señaló el mayor — aún no sabemos cómo murió o qué ocurrió, necesitamos un poco más de tiempo para eso.
—Sí, pero el jefe dijo que solo tenemos este día para hacer lo que debemos.
—Si lo hacemos, la investigación puede que no tenga resultados — gruñó — iré a hablar con él…
—Adam, ‘Isma’— Jean salió de su oficina y les hizo una seña para que fueran con él.
—¿Ahora qué? — preguntó el mayor a estar ahí.
—Me llegaron resultados de los estudios que se le hicieron a Luca Carranza — puso varias hojas frente a ellos, en una mesa — observen — en el cuello están unas marcas de estrangulamiento — dijo con seriedad — es obvio que el que hizo esto, limpió bien el cuerpo y seguramente bañó al niño antes de cubrirlo de cemento, porque no hay huellas — siguió con la explicación — pero con las marcas, podemos darnos cuenta que debe ser un hombre grande, algo corpulento y con una gran fuerza.
—Genial, eso nos deja con millones de sospechosos — Ismael levantó una ceja.
Jean lo miró de soslayo — pero encontramos algo que parece que no limpiaron bien — dijo con orgullo — fue una tarea delicada, porque hicimos muchos estudios, pero uno de mis colegas, mientras realizaba la investigación sobre las violaciones, encontró en el recto del menor un vello púbico.
La imagen de la muestra apareció, ya que la misma estaba guardada.
—¿Cómo…? — Ismael observó a Jean.
—Somos buenos en nuestro trabajo — sonrió con orgullo.
—Sí, pero estás seguro que es del asesino.
—‘Isma’, el niño era pequeño, no tenía vello púbico — dijo con obviedad — y mi colega está seguro de este hallazgo, cada uno tenemos nuestras áreas de especialidad y siempre atendemos al detalle — le guiñó un ojo — el vello púbico negro es nuestra mejor pista.
—Genial, solo descartamos a personas castañas, rubias, pelirrojas — prosiguió Ismael, se notaba frustrado.
—¡¿Siempre tienes que ver el lado negativo?! — reclamó el forense.
Adam estaba observando atentamente la información — ¿es suficiente para un análisis de ADN? — peguntó con seriedad.
—¡Por supuesto! — asintió su amigo — de hecho anoche mismo, ‘Pau’ lo mandó a hacer, así que en cuanto llegue lo cotejaremos con los registros que tenemos y si no encontramos nada, al menos tenemos una pista del asesino.
—Bien, es un avance — sonrió — ahora, debo ir a hablar con el jefe, darle las buenas nuevas y esperar que retrase la petición de la familia Carranza.
—¿Qué petición? — preguntó Jean confundido.
—Quieren que entreguemos al niño, hoy mismo — respondió Ismael, pues Adam ya había salido de ahí.
* * *
Adam salió casi una hora después de la oficina principal, tenía mirada de hastío y rostro cansado.
—Nos dieron dos días más — anunció para Ismael y Jean, que estaban esperándolo en su oficina — espero sea suficiente.
—Apresuraré las pruebas — asintió su amigo.
—Pero si estamos aquí no es por eso.
—¿Entonces? — miró a Ismael de soslayo.
—Apareció otra escultura…
—¿Dónde?
—En los límites de la ciudad, cerca de la casa de Hiram — respondió Jean.
* * *
La policía tenía la zona controlada y los peritos estaban haciendo su trabajo, cuando Adam, Ismael y Jean llegaron; los medios rodeaban la zona, pues nuevamente el nombre de ‘asesino basilisco’, había empezado a ser noticia y querían la primicia.
—¿Qué encontraron? — preguntó de inmediato Adam, al policía encargado.
—Una escultura de un niño — dijo con seriedad — la encontraron unas personas que estaban dando un paseo con su perro y nos llamaron de inmediato.
—¿Les dijeron algo más?
—No, solo eso, que la encontraron y hasta ahí, no la tocaron — respondió — imaginaron que era por el ‘asesino basilisco’ y prefirieron mantenerse al margen, aunque le tomaron video y lo subieron a sus redes sociales.
—Al menos las noticias amarillistas tienen informantes — Ismael frunció el ceño.
—De acuerdo, vamos Ismael.
Mientras ellos se acercaban a la estatua, Jean se puso al corriente con los peritos, observando alrededor, buscando más pistas y detalles que hubiesen dejado pasar, para luego ir a la escultura.
—Otro niño — suspiró Ismael, al ver la escultura.
—Unos diez años quizá — señaló Jean y se acercó a revisar con detenimiento — aunque este no parece estarse descarapelando, se nota que tiene días la escultura — dijo con seriedad — solo espero que sea una escultura y no lo que encontramos ayer — gruñó — en cuanto se hagan los rayos X lo confirmaré.
—¿Algo alrededor que sea interesante? —Adam observó los árboles altos.
—No — respondió el forense — todo limpio, solo las huellas de los que encontraron la estatua — hizo un mohín y se movió a otro lado, rodeando la escultura para seguirla revisando.
Adam se alejó un poco y miró hacia el camino, más allá de donde estaban los medios amontonados.
—¿Qué pasa? — preguntó Ismael, acercándose a él.
—Cuando era pequeño y mis padres nos traían a mi hermano y a mí a visitar a nuestros abuelos, caminábamos por este lugar — suspiró y miró hacia el otro lado del camino, donde los policías hacían lo posible por evitar las miradas curiosas de otras personas — desde hace muchos años que no venía.
—Supongo que te trae malos recuerdos — su compañero se alzó de hombros.
—Al contrario — sonrió con tristeza — mis recuerdos son los mejores — aseguró — pero también me recuerdan el accidente de mi hermano…
—¿Fue aquí?
—No… pero, ¿crees que en silla de ruedas puede venir a lugares así? No, no puede, pero yo sí puedo moverme con libertad…
—Deberías liberarte de la culpa — Ismael negó — la culpa no es buena y te puede acarrear muchos problemas.
—¡Adam! ¡‘Isma’! — el grito de Jean los alertó — ¡vengan!
Ambos corrieron hasta él.
—¡Encontré algo! — dijo el forense con emoción.
—¿Qué? — preguntaron ambos de inmediato.
—Observen… — señaló una parte de la escultura — parece que a nuestro artista le pasó algo, quizá se le cayó, porque está golpeada de aquí, ¿lo ven?
—Sí, se ve raspada — asintió Ismael.
—Y eso no es todo, aquí hay algo más — señaló otra parte — esto es una mancha de sangre, seguramente se le cayó, haciéndolo tropezar y cayó él encima, así que se raspó una parte de su cuerpo — dijo con seriedad — se nota que intentó limpiarla y la talló con algo más, pero seguramente no tenía algo lo suficientemente fuerte para quitar toda la sangre, por eso está un poco oscura de esta parte, ¿lo ven?
—¿Otro error? — Adam frunció el ceño — no sé, puede ser una trampa, si realmente eso le pasó, pudo haberse llevado la estatua y limpiarla, en vez de dejarla aquí.
—Quizá no le dio tiempo — Jean se alzó de hombros — pero podría ser una pista — sonrió.
—Parece que el imitador no es tan meticuloso — Ismael negó.
—Pero eso es bueno para nosotros — el forense sonrió — solo debo hacer el análisis de esta parte, si es sangre, podría compararlo con lo que encontramos en el cuerpo del niño Carranza.
—De acuerdo, hay que movilizar todo, llevarnos las pruebas y que sigan las investigaciones en la central — ordenó — yo… iré a ver a mi hermano, nos vemos allá.
* * *
Adam volvió poco después de mediodía a su empleo; Jean e Ismael le tenían noticias, así que lo pusieron al tanto.
—Era otra estatua completa — dijo Ismael de inmediato.
—Eso es bueno — sonrió el mayor.
—Pero el niño de la escultura, no es ni Luca Carranza, ni Jesús Martínez.
—¡¿Qué?! — los ojos grises de Adam se posaron en su compañero.
—Es otro — Jean se cruzó de brazos.
—Ya mandé a investigar, no hay niños desaparecidos y eso es extraño — Ismael se notaba inquieto — puede ser de cualquier lugar, algún niño sin familia, un niño de la calle, no sé…
—De acuerdo, si está dado de alta en el seguro social, es posible encontrarlo por sus archivos, así que, siendo una investigación oficial, no deben de negarte la información — pasó la mano por su mentón — de igual manera, en algunas dependencias de gobierno tienen información de niños sin hogar, pide que lo busquen y veremos si encuentran algo.
Ismael se movió a su lugar y agarró el teléfono para comunicarse y ordenar lo que su jefe le había dicho.
—Tres víctimas, en tres días, esto no me está gustando — levantó una ceja.
—El problema es que, las esculturas necesitan algo de tiempo para secarse completamente… sabes lo que eso significa.
—Si no encontramos los cuerpos, no podemos dar por hecho que están muertos — Adam miró al techo, mientras esperaba a que Ismael terminara de hablar para ir a su oficina.
Cuando su compañero terminó de hablar por teléfono, los tres fueron a la oficina de Adam.
—¿Qué me dices de lo que encontraste en la nueva escultura? – preguntó el castaño, sentándose en su lugar
—Se cotejaron los datos de las manchas en la escultura y sí, era sangre, incluso, restos de piel — añadió el forense — debió haber sido un gran golpe.
—¿Que tan grande?
—Quizá tan grande como para haber dejado una marca muy visible, si es que podemos revisar el cuerpo de todos en la ciudad — suspiró Ismael.
—Por el lugar donde está la mancha, creo que pudo haber sido un brazo — especificó el menor.
—¿Solo eso? — Adam lo miró sorprendido.
—Sí — Jean sonaba seguro — verás, por el golpe que tiene la estatua, mis compañeros y yo, hicimos una simulación, pensamos que pudo haber llevado la estatua hasta el lugar…
—Es muy pesada, ¿no? — interrumpió Adam, mirando a Ismael.
—Sí, la cargamos entre tres.
—Pero, igual que la vez pasada, había marcas en los árboles — dijo Jean — es notorio que usó algunas poleas para moverlas hasta sus lugares, excepto la segunda, que parece que la cargó, pero no hemos dado con otras huellas — divagó.
—Jean — Adam tronó los dedos frente a su amigo.
—Lo siento — sonrió — entonces, aunque es muy pesada para él, usó unas poleas, la cargó con cuerdas y al estar a punto de dejarla en su lugar, se le resbaló y le fue imposible evitar que chocara contra el piso — prosiguió con su explicación, moviéndose para ponerle un poco de ayuda visual — a lo que la estatua terminó cayendo y él sobre ella, pero metió la mano o el brazo — hizo dos movimientos — para evitar golpearse de más, aunque con ello se raspó la piel y deben ser heridas profundas, así que no pudo ser la mano, porque si no encontramos huellas, significa que usa guantes, en conclusión, debe haberse lastimado el brazo.
—Bien, pero aunque encontremos ADN, si no está en la base de datos, será imposible dar con la persona —Ismael pasó la mano por su cabello, haciendo los mechones negros hacia atrás — necesitamos algo más.
—Hacemos lo mejor que podemos — se excusó el forense.
—¿Encontraste algo más en el lugar dónde encontraron la escultura? — Adam buscó con la mirada a Jean.
—No, todo limpio, realmente aparte de lo que la escultura nos cuenta, sabe trabajar, porque ni siquiera en los árboles hay huellas o alguna otra cosa…
—Hay que seguir buscando, pero necesitamos un descanso — Adam pasó la mano por su cabello y trató de calmarse — ¿qué harán esta noche? — preguntó de inmediato.
—Nada — Ismael negó.
—Ver una serie de televisión, quizá, necesito despejar mi mente — Jean se alzó de hombros.
—Bien, entonces, iremos a cenar, ¿de acuerdo? No pueden objetar.
—¿Nos estás invitando a cenar, ¿a ambos? — Jean levantó una ceja.
—¿A dónde? — Ismael también estaba asombrado — es decir, ¿por qué tan de repente?
—En la casa de mi hermano — dijo con cansancio — quiere que cene hoy con él, a las ocho, y no me pude negar, porque me echó en cara la ayuda que me brindó antes, así que iremos los tres.
Los otros dos se vieron entre sí, no se imaginaban que la visita de su jefe a su hermano, terminaría así.
* * *
A las ocho en punto, los tres llegaron a la mansión nuevamente, pero en esa ocasión, el que les abrió la puerta, era Xavier, el modelo de Hiram.
—Buenas noches — sonrió.
Adam no pudo ocultar el desagrado en su gesto, pero sus compañeros se asombraron de ver a ese joven alto y escultural, que mostraba su cuerpo a través de una ropa extremadamente entallada; se notaba que hacia ejercicio y cada musculo había sido perfectamente trabajado para dar esa apariencia de Adonis. Su rostro era varonil, aunque sus gestos se miraban aún más bellos al ser enmarcados por un cabello negro como la noche, que caía en pequeños bucles; su piel era morena, de un color canela tan perfecto que parecía haberse bronceado ese mismo día.
—Ah… soy Jean Estrada — sonrió el joven forense extendiendo la mano, mirando sin poder apartar la vista, del rostro varonil del otro.
—Xavier Beltrán — dijo con amabilidad — un placer.
—Ismael Quiroz — se presentó el otro, quien también se sentía impactado por lo que miraba frente a él.
—Adelante, por favor, mi maestro está esperándolos — hizo un ademán, después de soltar la mano de Ismael.
Los recién llegados se movieron por la estancia, yendo a la sala y de ahí, al comedor. Hiram estaba en la mesa, al lado derecho de la silla principal y sonrió a verlos aparecer.
—¡Bienvenidos!, me alegra que vinieran — dijo con emoción.
Jean e Ismael fueron a saludarle, pero Adam mantuvo la distancia.
—Sus lugares están listos — dijo el de lentes — Adam…
Le señaló la silla principal y el otro suspiró — de acuerdo — dijo entre dientes y se sentó ahí.
—Maestro… — Xavier se acercó a Hiram y le puso las manos en los hombros con mucha familiaridad, algo que Adam no vio con buenos ojos — ¿desea que sirva ya?
—Por favor — sonrió.
Cuando el moreno se alejó, Jean se atrevió a hablar.
—No sabía que habías cambiado de modelo, pensé que Pablo aun te acompañaba — señaló con interés.
—Hace casi un año que Pablo me dejó — Hiram se alzó de hombros — mi hermano lo sabía, pero tal parece que no te lo comentó.
—Normalmente no hablo de esas cosas en el trabajo — señaló el mayor, mirándolo con frialdad.
Las miradas grises de los hermanos chocaron y el ambiente pareció ponerse tenso; Ismael los observaba, más no entendía la razón.
Xavier volvió, rompiendo el momento incomodo, sirviendo la cena; cuando terminó, se sentó al lado de Hiram, atento a lo que él pudiese necesitar.
La cena inició, pero el silencio era abrumador, hasta que Hiram habló.
—¿Cómo les ha ido con la investigación? — preguntó interesado — supe de los nuevos hallazgos por los medios, porque Adam no me lo dijo en la mañana que vino a verme — parecía un reclamo — ¿les sirvió lo que les dije?
—No debemos hablar de eso — señaló su hermano con frialdad.
—Pero si no hablamos de eso, no tendremos nada de qué hablar — sonrió el de lentes.
—Sí, nos sirvió — interrumpió Jean — la verdad anexamos información de lo que podemos buscar y en eso se está centrando el laboratorio, aunado a las nuevas pistas.
—Me alegro…
—¿Tienen una investigación? — preguntó Xavier, quien ya sabía que el hermano de Hiram era policía
—Sí, es un caso muy delicado — señaló Adam.
—Aunque lamentablemente, las víctimas son diferentes — Ismael habló con debilidad — pero el niño del único cuerpo que encontramos, es el que buscábamos al principio.
—Eso es un avance — Hiram sonrió.
—Aunque aún queda encontrar quién es el de hoy.
—¿Encontraron uno hoy? — Xavier se notaba interesado.
—Oh, es cierto, no te lo había dicho — el de lentes respondió — ellos se estaban encargando del caso del niño que se perdió en el centro comercial.
Un cubierto chocó con fuerza en el plato y todos levantaron la vista; Xavier sonrió.
—Disculpen, se me resbaló — se disculpó — entonces, ¿es el caso del niño que desapareció hace más de una semana?
—Sí — Hiram asintió.
—Hiram, no debes hablar de mis cosas con otros — pidió Adam con recelo.
—Disculpa hermano, pero Xavier es el único con el que puedo hablar, aparte de mis alumnos y debido a que le tengo confianza, no puedo evitar tratar algunos temas importantes con él.
—Adam, no tienes que enojarte tanto — Jean trató de calmarlo.
—Además, ya es noticia — secundó Ismael — todos los noticieros están sacando conjeturas, la mayoría erradas, pero no podemos ocultar por mucho esto del imitador.
—Ismael — Adam lo miró con seriedad y usó un tono para reconvenirlo.
El aludido puso cara de susto, parecía haber hablado de más.
—¿Imitador? ¿De quién? — Xavier se notaba curioso.
—De lo que hablan en las noticias estos días — señaló Hiram — del ‘asesino basilisco’.
—¿Piensan que es un imitador? — sonrió el moreno.
—No lo pensamos, lo es — Adam le dedicó una mirada seria — el ‘asesino basilisco’ murió hace dos años — dijo con total seguridad.
—Comprendo… entonces están tras la pista de un imitador — llevó un poco de comida a su boca — ojalá lo encuentren pronto.
—Sí y esperamos que con lo que encontramos hoy, sea más rápido de lo esperado — gruñó Ismael.
—¿Pasó algo con lo de hoy?
—Nada — Adam negó de inmediato para su hermano — nada que podamos discutir en una cena.
—Soy casi un consultor — Hiram sonrió — pero parece que no me tienen confianza.
Los tres se miraron de soslayo y Jean sonrió — es solo que, encontramos pistas que nos pueden guiar al asesino.
—¿De verdad? — el de lentes miró a su hermano con emoción — eso sería un gran avance, si lo consigues, te darán un ascenso — puso la mano izquierda sobre la derecha de su hermano.
—Sabes que no busco un ascenso.
—Pero…
—¡Ya basta! Dejemos de hablar de esto — ordenó Adam y retiró la mano de manera rápida
Hiram bajó el rostro y también alejó la mano con la que había tocado la de su hermano — sí, lo siento…
El silencio reino y solo se escuchaban los cubiertos chocar contra los platos mientras la cena avanzaba. Ismael se dio cuenta que Hiram mantenía la mirada en el plato y las manos en sus cubiertos, pero no comía. Jean le dedicó una mirada a su compañero y luego suspiró.
—La cena está deliciosa — sonrió el forense — supongo que la hiciste tú, Xavier.
—No, yo no cocino — negó — la hizo mi maestro.
—¡¿Tú la hiciste?! — el asombro se reflejó en la voz de Ismael.
—Sí.
—Pero… en tu condición… es decir…
Hiram respiró profundamente — aunque no parezca, puedo hacer muchas cosas, incluso cocinar — anunció.
—Lo siento — Ismael bajó la mirada de inmediato.
—No, está bien — el de lentes le restó importancia — ¿quieren postre?
—Yo sí, gracias — Jean asintió.
—También — aceptó Ismael.
—Yo no — Adam evitaba ver a su hermano.
Hiram movió la mano, sujetando el brazo izquierdo de Xavier — ‘Xavi’, puedes…
No pudo terminar la frase, pues el otro se quejó.
—¿Qué tienes? — preguntó el de lentes.
—Nada… solo… me quemé cuando estaba calentando la cena — se excusó, alejando el brazo y cubriéndolo con la mano derecha.
—¡‘Xavi’! — Hiram se asustó — debiste decírmelo, sabes que tu cuerpo es muy especial, déjame ver…
—No es nada, solo es una quemadura leve…
Aunque el moreno intentó alejar la mano, Hiram lo sujetó y levantó la manga de la camiseta que portaba, tenía una gran mancha roja y algunas erupciones dónde le faltaba piel. Adam, Jean e Ismael lo miraron con curiosidad
—‘Xavi’… — los ojos grises de Hiram lo miraron con preocupación — esto…
—No es nada — repitió y retiró una vez más la mano — debí ponerme una venda, pero creí que ventilar las heridas era lo mejor.
Las miradas de Adam, Jean e Ismael se cruzaron, parecían haberse sincronizado.
—Y, Xavier — Jean le sonrió amable — ¿solo eres modelo de Hiram?
—Empecé como estudiante — sonrió de lado — pero no soy tan bueno como el maestro Hiram, aunque mi físico sirve para ser modelo.
—Me gustaría tanto poder hacer una escultura de su cuerpo completo en grande — dijo el de lentes y suspiró — por ahora, solo he hecho una de su torso, una de su rostro y una pequeña de cuerpo completo, dónde no he podido plasmar su belleza — dijo con un poco de decepción.
—¿Siempre te quedas a cenar? — preguntó Ismael.
—La mayoría de las veces, le hago compañía al maestro hasta que se va a acostar, para ayudarle a subir las escaleras — especificó.
—Si, al menos así no me siento tan solo — suspiró el castaño.
—Maestro, ¿quiere que sirva el postre? — preguntó Xavier con interés.
—Sí, por favor… pero te ayudo, no quiero que te lastimes…
—No, está bien, puedo solo…
—Insisto — señaló el de lentes y se movió, alejándose de la mesa, yendo a la cocina.
Xavier se puso de pie — con permiso — anunció y siguió a Hiram.
Cuando estuvieron a solas, Ismael se giró a Adam y habló en susurros — ¿te diste cuenta? ¿Crees que…?
—No hablemos de eso — negó — no aquí — especificó.
—¿Nos retiramos temprano? — Jean talló las manos entre ellas, con algo de nerviosismo.
Adam se incorporó un poco, se inclinó y agarró la cuchara que había estado usando Xavier, con la servilleta de tela que había usado en la cena, envolviéndola con rapidez — sin postre — ordenó el castaño, guardando el objeto en un bolsillo interior de su saco, mientras sacaba su celular, para hacer una llamada
Hiram y Xavier, volvían con unos vasitos llenos de un dulce de leche, cuando los otros se estaban levantando.
—¿Qué pasa? — preguntó el de lentes.
—Tenemos que irnos — Adam habló con frialdad — cosas del trabajo — señaló el celular que traía cerca del rostro — lo siento — se disculpó y volvió a hablar con su interlocutor.
—Pero… el postre…
—Será para después — Ismael le dedicó una sonrisa a su anfitrión.
—Guárdalo y mañana venimos por él, a mediodía — dijo Jean con ansiedad — así te echamos otra vuelta, ¿qué te parece?
Hiram asintió — está bien…
Los tres se despidieron de inmediato y salieron de la casa.
—Es urgente — dijo Adam entre dientes, mientras caminaba por el sendero a la salida — voy para allá, así que espero todo lo que puedas decirme de Xavier Beltrán, el modelo de mi hermano, del que te conté hace meses.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
Un niño pequeño estaba abrazado de sí mismo, en una habitación pequeña y oscura; la puerta se abrió y un hombre entró, con una máscara de súper héroe.
—Hola — dijo el mayor, acariciando los mechones castaños del niño.
—¿Dónde estoy? — preguntó el menor, sollozando.
—Tranquilo, no te va a pasar nada malo — la mano del sujeto acarició la mejilla delicada — oh, eres tan hermoso — dijo con añoranza — ven… acompáñame.
—¿A dónde?
—Vamos a jugar — se puso de pie — tú y yo, nos divertiremos, antes de que me vaya a descansar…
* * *
Adam, Ismael y Jean estaban en la comisaría, esperando los resultados de las pruebas de ADN, aunque faltaba poco más de una hora para amanecer.
—No puede ser él, ¿o sí? — preguntó Ismael con interés, para su compañero.
—Espero que no — suspiró el castaño — especialmente porque es el amante de planta de mi hermano.
—¡¿Amante?! — gritó el otro con asombro.
—¿De verdad creíste que solo le hace compañía y le sirve la comida? — levantó una ceja — por eso odio ir a su casa — reprochó — sus modelos son sus amantes, aunque solo lo usan para tener referencias e irse con otros artistas o conseguir otros empleos donde explotan mejor su físico — gruñó.
Jean entró corriendo a la oficina — ¡coincide! — dijo con ansiedad.
—¡Maldita sea! — Adam apretó los puños, pero rápidamente se alejó unos pasos, sacando su celular.
Después de tres timbres, se escuchó del otro lado una voz suave.
—“…¿Sí?...” — un bostezo pareció interrumpir la frase de su interlocutor.
—¿Estás solo?
—“…Y ¿tú?...”
—Estoy en mi trabajo, por eso quiero saber si estás solo — respondió el mayor.
—“…Sí, estoy solo, ¿por qué?...”
—¿Dónde está tu modelo? ¿No se quedó a dormir contigo hoy?
—“…No siempre tengo su compañía en las noches…”
—¿Eso es un sí o un no, Hiram? — presionó.
—“…No, no se quedó a dormir conmigo hoy, supongo que tiene cosas qué hacer…”
—¿Te dijo algo?
—“…No, aunque seguramente dará una caminata al amanecer, como últimamente…”
—Hiram… — guardó silencio.
—“…¿Qué?...”
—Cuando llegue tu modelo, mándame un mensaje, por favor…
—“…Si lo pides por favor, lo haré…”
—Cuídate — colgó y se giró hacia Ismael — pide que busquen esta placa — sacó un bolígrafo y la apuntó en un pequeño papel — en cuanto la tengan, que me marquen — ordenó — después, nos iremos a la casa de ese idiota, junto con otros.
—¡Bien!
Ismael salió corriendo.
—Adam — Jean sujetó la mano del castaño.
—Todo estará bien — le guiñó un ojo — ahora, solo…
—No te preocupes — el pelinegro le puso un dedo en los labios y asintió.
Parecían no necesitar hablar para entenderse, pues se comprendían mejor de lo que muchos imaginaban.
* * *
Ismael iba en el mismo automóvil de Adam y varias patrullas los seguían. El castaño sabía la dirección del ‘modelo’ de su hermano, así que se dirigían para allá.
—Aún no puedo creerlo — Ismael estaba sorprendido, mientras leía el archivo que le había dado Adam.
—Cuando supe que trabajaría con Hiram, lo mandé investigar — dijo molesto — aunque no tiene antecedentes, sus hobbies dejan mucho que desear — gruñó — no es un buen tipo, aunque se muestre como un chico amable, es obvio que es ‘un lobo disfrazado de cordero’.
—Pero… ¿matar?
—Él mismo lo dijo, quería ser un escultor pero no tiene la habilidad — suspiró — aunado a ello, el interés en el caso del ‘asesino del basilisco’ de hace años, es obvio que intenta ser como el hombre a quien admira.
—Si sabías esto, ¿por qué no lo dijiste?
—‘Isma’, ¿sabes cuantas personas enfermas admiraban a ese sujeto? — le dedicó una mirada fugaz — tu no estuviste cuando murió, pero hubo manifestantes y programas en radio e internet, donde elogiaban su trabajo, como si fuese un gran artista — suspiró — lo miré como uno más de esos imbéciles.
—Sí, supe que hubo muchos adolescentes que empezaron a matar animales y meterlos en cemento, mas no imaginaba que este sujeto fuera parte de ese grupo — el pelinegro apretó los puños — los retos en internet para hacer eso abundaron en su momento y mostraban a las pobres victimas con orgullo, por eso detesto esas estúpidas tendencias.
—Yo no le dije nada a mi hermano, pero es debido a ese monstruo que sus alumnos aumentaron, pues muchos esperaban hacer cosas como esas, más ¿cómo le quitas la ilusión a alguien que realmente ama la escultura?
—Entiendo.
—Solo espero que esto termine pronto…
Llegaron a la colonia y las patrullas acordonaron el área; todo parecía desierto.
—Que unos revisen si está la camioneta — señaló Adam — otros, síganme — hizo una seña — vamos Ismael, es mejor apresurarnos.
Se acercaron a la casa con las armas en mano, subieron los tres escalones para el acceso y entraron a la fuerza. Revisaron las habitaciones de la planta de arriba, más esa colonia era de las que habían sido populares unos años antes, por tener sótano, así que Adam e Ismael fueron para allá.
La primera parte tenía varios sacos de cemento blanco y algunos restos de cemento duro en el piso y sobre algunos periódicos; en la siguiente sección, había una habitación cerrada. La abrieron con una patada y en el interior había una camilla, restos de ropa en el piso, llena de sangre y en una pared, algunas fotos de un niño, mostrando como había sido violado.
—¡Maldita sea! — Ismael apretó los puños.
El sonido del radio que ambos portaban se escuchó, habían encontrado la camioneta, se dirigía a la salida de la ciudad, cercana a la casa de Hiram.
—Vamos — Adam se movió con rapidez — debemos apresurarnos.
* * *
Xavier traía un conjunto deportivo oscuro, se puso unos guantes oscuros y unas botas con recubierta de plástico en la planta, para evitar dejar la marca de la huella de su zapato; lanzó una cuerda a uno de los árboles cercanos y ató un extremo a una estatua que llevaba en su camioneta. Jaló el otro extremo y lo afianzó a un cinto que portaba, parecido a los que usan los alpinistas, para poder mover la pesada efigie; con algo de esfuerzo, la guió hasta donde la ocupaba, la colocó con sumo cuidado en el piso y sonrió.
—Aún me hace falta mucho que aprender — dijo con media sonrisa acariciando el rostro de la figura.
Estaba liberando la atadura de su cinto, cuando escuchó el sonido de sirenas y la luz de las mismas se vio cerca.
—¡No puede ser! — dijo con nervios.
Como los nervios se adueñaron de él, se le dificultó deshacer el nudo, así que lo cortó con una navaja que llevaba, justo a tiempo para poder huir de ahí, pues Adam, Ismael y otros agentes se acercaron lo suficiente para verlo. Al correr, sacó de entre su ropa un arma de fuego que llevaba consigo
—¡Detente ahí, Xavier! — gritó Adam.
Un disparo fue la respuesta que consiguió y todos se pusieron a cubierto.
—Hay que seguirlo — dijo el castaño.
Ismael asintió — yo te cubro.
Los disparos siguieron, mientras la persecución se llevaba a cabo; Xavier recorría el bosque sin cuidado, así que se llegó a golpear con algunos árboles y otros rasgaron un poco su ropa, mientras hacía el camino.
Adam e Ismael se detuvieron un momento tras unos árboles, evitando los disparos.
—¡Maldita sea! — dijo el castaño con nervios.
—¿Qué pasa? — preguntó su compañero.
—Esa dirección da justo en la casa de mi hermano — gruñó — hay que evitar que llegue, ¡a como dé lugar!
Ismael buscó su radio, para tratar de comunicarse y que las patrullas fueran a la casa de Hiram, mientras ellos seguían al prófugo, pero lo había dejado en el auto, cuando bajó de inmediato, siguiendo a Adam y se habían separado de los demás policías.
—No podemos pedir más refuerzos — señaló.
—Solo somos tú y yo, así que, hay que seguir — Adam se adelantó más.
Xavier siguió corriendo, tratando de no gastar todas las balas, pues no sabía lo que podía suceder y quería alcanzar su boleto de libertad, antes de que lo atraparan. Casi al finalizar la zona boscosa, se tropezó y cayó de mala manera, golpeando su brazo y pierna, por lo que empezó a cojear.
—¡Tengo que llegar! — dijo con ansiedad.
Minutos después, la figura llegó a los límites de la propiedad y no necesitó ir por la puerta, pues conocía los muros, así que solo los escaló con suma facilidad, llegando a lo alto y de un salto, ingresó a la casa, moviéndose con sigilo por el jardín.
Ismael y Adam le dieron alcance, llegando a los muros.
—Ten — Adam le lanzó las llaves de la casa a su compañero
—¿Qué es eso? — preguntó el otro.
—Copia de las llaves de la casa, no las uso mucho — contesto — ve por enfrente, yo lo sigo por aquí.
—¡¿Estás loco?! ¿Qué tal si te pasa algo?
—Créeme, conozco mejor este jardín que él, confía en mí.
Ismael dudó, pero terminó acatando la orden — bien — asintió — te veo dentro.
Adam guardó la pistola en el porta armas y subió el muro, llegando al otro lado con rapidez; sacó su arma y se movió con precaución, observando con atención. Conocía cada escultura, cada efigie, cada árbol colocado de manera casi perfecta en ese lugar, no por nada, su hermano y él habían jugado por años ahí, cuando eran pequeños y aun así, después, cuando Hiram hacía una escultura, él siempre le ayudaba a colocarla en el lugar que el menor elegía, por ello, no había nada que él no supiera cómo debería ser.
Llegó a la puerta trasera de la construcción y la encontró abierta. La empujó con sigilo y entró; puso todos sus sentidos en alerta, pero todo estaba en completo silencio, aunque alcanzó a escuchar pasos en la escalera.
Se movió con rapidez, llegando al principio de la escalera; en ese momento la puerta principal se abrió y él se giró, apuntando con el arma; Ismael llegaba, solo.
—No tardaste nada — sonrió el mayor.
—Corrí todo el camino, solo espero que lleguen refuerzos pronto…
—Seguramente los agentes sabrán a dónde dirigirse — Adam habló confiado — vamos, está arriba, seguro con mi hermano.
Subieron las escaleras, uno al lado de otro y llegaron a la planta alta — es la última puerta — susurró el mayor para su amigo.
Cuando se acercaron, observaron luz en la parte de abajo de la puerta.
—Maestro, tiene que ayudarme…
—¿Yo? — se escuchó la voz de Hiram.
—¡Por supuesto! — dijo el otro — es el único que puede hacerlo.
Adam pateo la puerta y él, junto con Ismael, entraron a la habitación; Hiram estaba sentado en la cama, mientras Xavier estaba hincado a su lado, sujetándolo de la mano.
—¿Qué pasa? — pregunto el escultor, acomodando las gafas en su rostro.
—Sabes bien lo que pasa — dijo su hermano — tu ‘modelo’ está en graves problemas.
—¿Por qué? — preguntó el menor con frialdad.
—Porque mató a un niño y lo cubrió con cemento — respondió Ismael de inmediato — además de ser el responsable de la aparición de estatuas de niños, que seguramente también están muertos — gruñó.
El de lentes miró a Ismael, suspiró y luego le dedicó una mirada a Xavier, acarició su mentón y le sonrió, antes de volver a levantar el rostro.
—¿Esta es tu manera de alejar a mi amante de mí? — preguntó Hiram para su hermano.
—Si así lo quieres ver — respondió el mayor — pero bien sabes el por qué estoy haciendo esto — le dedicó una mirada molesta — cometió un error y los errores se pagan.
—¿Qué? — Ismael lo miró sorprendido.
—Seguro que quieres hablar de eso, por lo que veo, tu compañero no sabe nuestro secreto — Hiram ladeó el rostro — quizá deberíamos dejarlo para después…
—¿De qué hablan? — preguntó el otro.
—No te metas ‘Isma’ — Adam lo miró de soslayo — este es un asunto familiar, es mejor que te mantengas al margen y todo saldrá bien — dijo confiado.
—No entiendo — negó.
—Yo soy el ‘asesino basilisco’ — confesó Hiram sin remordimiento — incluso el anterior, también lo era — sonrió — pero el hombre al que “atraparon” era mi aprendiz — miró con amabilidad a Xavier, quien mantenía la cabeza baja, permitiendo que el otro le acariciara el cabello — quien, al igual que Xavi, cometió un error en la prueba que le puse para su graduación y mi hermano tuvo que ir por él… o al menos eso fue lo que me dijo — reprochó — porque a mi manera de ver, solo quiere alejar a todos los amantes que he tenido, igual que lo hiciste con Pablo, ¿no es así?
—Pablo era un ladrón y un vividor — señaló su hermano — intentó chantajearme y tuvo que desaparecer.
—¿Jefe? — Ismael se asustó con esa confesión.
Hiram respiró profundamente — y… ¿qué piensas hacer con ‘Xavi’?
—Raptó a un niño, del cual, sus padres demandaron una búsqueda incansable, además de devolver el cuerpo con claras señas de abuso y muestras de su ADN — señaló — ¿qué crees que pienso hacer?
Hiram hizo un mohín, ya sabía que su ‘modelo’ había cometido muchos errores y difícilmente podría sacarlo bien librado de la situación en la que se había metido.
—Si de verdad es tan fiel a ti como me dices — prosiguió Adam — entonces se entregará sin delatarte, ira a la cárcel y todo estará bien — aseguró — de lo contrario, sabes que necesito un culpable, igual que la vez anterior.
El de lentes pasó la mano por su cabello y finalmente, levantó el rostro de Xavier por el mentón — ‘Xavi’ — dijo con voz dulce — escuchaste, ¿verdad? — preguntó con amabilidad — dime, ¿estás dispuesto a sacrificarte por mí?
Los ojos castaños del moreno, vieron con infinito amor al otro y sonrió, aunque un par de lágrimas escaparon de sus ojos — por supuesto, ‘maestro’.
—Buen chico — le dio unas palmaditas en la cabeza — ahora, ven — se inclinó y lo besó en los labios con poco recato — anda… — dijo al separarse — mi hermano te tratará adecuadamente…
Xavier asintió, besó las manos de Hiram con devoción y finalmente se puso de pie, pero al dar unos pasos, alejándose de la cama, tres disparos se escucharon. El cuerpo del moreno cayó contra el piso, desangrándose, mientras Ismael miraba aterrado como su jefe había matado al sujeto, sin titubear.
—Eres un mentiroso, Adam — Hiram entornó los ojos.
—No iba a arriesgarme, lo sabes — sentenció el castaño, colocándole el seguro al arma y entrando a la habitación, acercándose al cuerpo — a la otra, espero que elijas mejor a tus aprendices.
—Este técnicamente lo elegiste por mí — sonrió el de lentes — por lo tanto, en parte también es tu culpa.
—¡¿Qué demonios es esto?!
El grito alertó a los hermanos, quienes voltearon a la puerta; Ismael les apuntaba con el arma.
—‘Isma’ ya todo acabó — anunció Adam — encontramos al culpable — señaló el cuerpo — es un admirador del ‘asesino basilisco’ que se metió a estudiar con mi hermano para intentar imitar a su ídolo, que ya murió — explicó con frialdad — quiso tomar a mi hermano como rehén, así que tuve que matarlo.
—Eso no es cierto — dijo Ismael con ira contenida.
—Eso pasó — sentenció Adam — y es lo que quedará en las actas, ¿de acuerdo?
—¡No! — gritó — no pienso prestarme a semejante crimen — sacó su identificación y unas esposas — Adam Suárez — dijo entre dientes — está detenido por la muerte de Xavier Beltrán, además por la complicidad con su hermano Hiram Suárez, quien confesó ser el ‘asesino basilisco’.
—¿Es tu última palabra? — preguntó el mayor, mirándolo con desprecio.
—¡Lo es!
Un disparo se escuchó; Ismael cayó hincado al piso, pasando la mano por su pecho, observando como la sangre brotaba.
—Realmente, esperábamos más de ti — la voz de Jean se escuchó, acababa de salir del baño de la habitación, con el arma de Xavier en mano — creo que te sobreestimamos — reprochó.
—Tú… — la sangre brotó de los labios de Ismael — tú también eres…
—¿Cómplice? — preguntó Jean, caminando hasta el cuerpo de Xavier — sí, ¿por qué crees que nunca encuentran pistas? — sonrió con orgullo — pero no te preocupes, al recrear la escena te dejaré como un héroe — levantó su mano izquierda — palabra de ‘boy scout’.
Antes de que Ismael dijera algo más, Jean le disparó otra vez al cuello y el hombre se desplomó.
—Tanto que esperaba de él — dijo Adam con desilusión.
Jean se inclinó y colocó el arma en la mano de Xavier, después se quitó los guantes que traía y los guardó en su pantalón — las sirenas se escuchan cerca — anunció.
—Bien, sabes lo que hay que hacer y decir, ¿no es así? — preguntó el mayor para el de lentes.
—Sí — asintió Hiram.
El menor se quitó las gafas y se las entregó a su hermano, quien se inclinó y lo besó en los labios.
—Voy a ponerme celoso — Jean se cruzó de brazos.
—No tienes por qué — respondió Hiram relamiendo los labios y estiró la mano, para que el otro se acercara y se inclinara, besándolo también — te compensaré después — dijo en un susurro y se alejó.
En un momento, el rostro de Hiram se contorsionó en una mueca de terror, las lágrimas empezaron a caer con fuerza y empezó a hiperventilar; parecía estar en una crisis nerviosa por lo que acababa de presenciar, a lo que Adam se sentó en la orilla de la cama, abrazándolo, tratando de calmarlo. Jean salió de la habitación y subió momentos después con los agentes de la policía que acaban de llegar, explicándoles que llegó a la casa, porque sabía que el asesino era el ‘modelo’ de Hiram y presenció cuando Adam tuvo que matar a Xavier, porque le había disparado a Ismael.
Nadie dudó de su palabra y él fue quien se encargó de la escena del crimen.
* * *
Dos días después, se hizo una ceremonia para despedir a Ismael, considerándolo héroe, por haber ayudado a encontrar al imitador del ‘asesino basilisco’, a pesar de haber muerto en acción. No encontraron los cuerpos de los otros niños, a pesar de que se buscaron más pistas, pero con lo encontrado en la casa de Xavier, dieron por hecho de que estaban muertos, aunque no pudieron saber quiénes eran los niños sin identificar.
Adam aceptó un nuevo compañero, aunque se mantenía algo distante, algo que todos entendieron como una muestra de tristeza por la pérdida de Ismael. Jean era el único que le ayudaba a superar esos momentos en el trabajo y debido a lo ocurrido, Adam visitaba más a menudo a su hermano, quien había cancelado sus clases, mientras se recuperaba de la impresión.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
En una enorme habitación, completamente iluminada, Hiram estaba cincelando con mucho cuidado, el cabello de una estatua. En un rincón, estaban unos moldes de coma de silicona, que estaban esperando a que se deshiciera de ellos, ya que solo los usaba para jugar a ser un ‘asesino’ y que sus ‘pupilos’ entregaran sus mensajes.
Había sido un juego para él cuando empezó, consiguiendo que su hermano terminara jugando con él y arrastrando a Jean, de esa manera, ellos alcanzaron un alto nivel en la policía, por lo que estaban en deuda. A pesar de ello, Hiram no hacía estatuas extras, porque el cuerpo de los niños a veces salía muy dañado y debía restaurarlos cuando los cubría con cemento blanco, mezclado con otros materiales, para dejarlos en su galería.
El gustaba de cubrir el cuerpo desnudo de los menores y detallarlos con mazo y cincel, para que quedaran perfectos.
—Eres tan hermoso — dijo acariciando la mejilla de la estatua con la que trabajaba en ese momento — tu cabello tiene que verse como cuando estabas en vida — sonrió — cómo quisiera volver a disfrutar tu cuerpo — susurró y se acercó al rostro, besando los labios de piedra.
—Parece que fue el que más te gustó en esta ocasión — la voz de su hermano lo sacó de su momento especial.
—Este — dijo abrazando la estatua — fue el niño más pequeño que me has conseguido, Adam — se mordió el labio — tú también lo disfrutaste y dijiste que era grandioso, ¿no es así?
—Sí, lo hice — admitió el otro — pero creo que puedo conseguirte mejores — dijo con orgullo.
—¿De verdad?
—Sí, me puse en contacto con unas personas en el extranjero, que hacen ciertos negocios indebidos, especialmente con menores — se cruzó de brazos — niños sin nombre, sin familia… sin nada, ni nadie que los busque y lo mejor, en este país jamás indagarían nada.
—Suena muy bien — Hiram acarició la mejilla de su estatua — especialmente porque, después de vivir tan cerca la situación con el ‘asesino basilisco’, anuncié que haría estatuas de niños, para recordar a los inocentes que han muerto… así que, las podré exhibir — giró el rostro y observó alrededor — no como esta galería que solo nos tiene a nosotros como espectadores, aunque claro, las que haga, tendrán ropa.
—¿Piensas entregar trabajos en cemento? Ese no es tu estilo.
—Oh, no lo es, pero bueno, pasar una experiencia tan fuerte con el ‘asesino basilisco’ puede cambiar la perspectiva de cualquiera, ¿no lo crees?
—Así que tendré que cubrirte el trasero también por fuera — Jean llegó — eso te costará mucho — le guiñó el ojo.
—Cóbrame lo que quieras — Hiram sonrió.
—Bien, vamos, tenemos que ver a los negociantes — Adam le hizo una seña a su hermano — además, creo que uno tiene cierta fascinación por el arte, igual que tu…
—De acuerdo — Hiram dejó los utensilios que estaba usando y caminó hasta sus compañeros — ¿debo ir en silla de ruedas o voy de incógnito? —preguntó divertido.
—Silla de ruedas — sentenció su hermano — no debemos levantar sospechas, recuérdalo.
—Voy a quedar todo entumido — el de lentes hizo un mohín.
—No te preocupes, yo te masajeo en la noche — Jean le lamió la mejilla — sabes que me gusta hacerlo…
Los tres caminaron a las escaleras de ese gran recinto, para subir a la casa; las luces se apagaron momentos después y solo quedaron unas linternas encendidas, alumbrando las más de cincuenta estatuas de los niños que habían perecido en sus manos.
* * *
El pobre chiquillo no había podido ver quien le había causado tanto daño, pues este siempre portaba una máscara; un súper héroe que cambiaba día con día, desde que había sido alejado de su familia, cuando creyó que su personaje favorito lo devolvería con su mamá y al contrario, lo llevó a un lugar oculto y oscuro, del cual, no sabía cuándo podría salir.
Los golpes, las heridas, las penetraciones, todo se repitió una y otra vez; tanto, que por momentos el menor perdía el conocimiento, pero era despertado solo para obligarlo a gritar, a pesar de que ya casi no tenía fuerza, pues no había probado alimento, más que el semen que fue obligado a tragar durante todo ese tiempo, así como el agua para que no se deshidratara y pudiera aguantar más.
Sus mejillas ardieron cuando el sujeto que lo tomaba le dio varios golpes, solo para que llorara más de ser posible, justo en el momento en que estaba llenándolo de su semen.
El niño intentó gritar, pero se había quedado sin voz en el momento que el chorro caliente le quemaba las entrañas laceradas. Finalmente, el mayor se recostó sobre el pequeño cuerpo y trató de calmar su agitación.
—Pronto… — gruñó el hombre contra su cuello — todo acabará…
* * *
Las noticias tenían la primicia, pues una situación sumamente extraña se estaba presentando en los terrenos montañosos, cercanos a la ciudad. La policía, así como varias dependencias, recibieron una llamada anonima, de que habían encontrado al pequeño que había desaparecido una semana atrás, el cual, había sido raptado en un centro comercial, al haber acudido a uno de los eventos semanales, con motivo del mes del niño.
Los padres se apresuraron a llegar, pero no les permitieron el paso. Los policías tenían acordonada el área y había mucha gente; los reporteros no podían llegar, al contrario, no se les permitía acercarse, debido a lo delicado de la situación. Finalmente, uno de los investigadores en jefe se alejó de la escena, después de ordenar llevarse las pruebas para verificarlas, antes de dar cualquier declaración.
—¡¿Es mi pequeño Luca?! — preguntó la madre con desespero.
—Yo… no puedo decirlo — dijo el hombre — tiene que esperar…
—¡¿A qué?! — el padre también estaba desesperado — ¡¿Qué tenemos que esperar, Suarez?! — dijo el apellido del hombre con ira, pues sentía que no estaba haciendo su trabajo.
—A que el forense revise, si es un cuerpo de verdad o no…
* * *
Adam Suárez llegó a la oficina a medio día; aunque no quería, tuvo que dar declaraciones, explicando las fotos que se habían filtrado, de lo que parecía un cuerpo cubierto con cemento. Todos los agentes de ministerio, policías, especialistas y demás personal, esperaban impacientes a que el forense, encargado de las pruebas, diera una respuesta.
—Adam — la voz de Ismael, su compañero, lo sacó de sus pensamientos.
—¿Sí?
—Jean tiene los resultados…
—Vamos — de inmediato se puso de pie y el otro lo siguió.
Ambos subieron al siguiente piso, donde se encontraba la oficina del forense en jefe.
—Jean, dame algo — dijo Adam cuando estuvo frente a su amigo, compañero y subordinado.
—No es un cuerpo real — anunció el otro — se le hicieron pruebas, es una escultura perfecta en cemento, como si lo hubiesen vaciado en un molde, pero no hay nada dentro, es solo piedra — le entregó unos documentos, sobre los análisis que le habían hecho al “cuerpo” encontrado.
—Significa que el niño puede estar en otro lado — Ismael parecía más tranquilo por ello.
—Al menos no le diré a los padres que su hijo fue convertido en una escultura — sentenció Adam, sujetando los papeles y revisándolos.
—Yo no les diría algo así tampoco.
—¿Por qué? — frunció el ceño — ellos necesitan una esperanza.
—No es por eso, sino que, fíjate bien, ese niño no es el niño que desapareció la semana pasada.
—¿Qué quieres decir? — Ismael parecía sorprendido.
Adam y él observaron con detenimiento las fotografías de la escultura, comparándolas con las fotografías de la víctima desaparecida.
—Que esta es una escultura genérica o quizá es mejor que pregunten si hay otros niños desaparecidos, porque este no es el que la familia Carranza está buscando — anunció Jean — pero como no hay ni una marca, ni código, ni número de serie, seguramente no es una escultura comercial, además, por el detalle en la misma, no podemos dejar de suponer que se usó a un niño real para ella.
—No puede ser — Ismael apretó los puños — no puede ser que haya desaparecido otro sin que nos hayamos enterado.
—Puede ser de otro estado — Jean se alzó de hombros.
—La desaparición de un menor, es difundida con rapidez — señaló el mayor — lo sabes bien, si un niño es alejado de sus padres y no se encuentra, en poco tiempo se detona la alerta ‘AMBER’ y todas las dependencias son informadas de los rasgos del infante.
—Eso sucede, cuando las personas se interesan en los niños — Jean suspiró — sabes que hay muchos casos de niños extraviados y desaparecidos que ni siquiera son denunciados.
—Pediré que investiguen, ¿tienes más datos o algo?
—Sí — asintió el forense — como dije, el nivel de detalle es increíble y pudimos sacar huellas de las manos de la escultura — tecleó unas cosas en su computadora — se las enviaré de inmediato.
—Pediré que las revisen y cotejen — Ismael se apresuró sacar su celular, marcando a sus compañeros, pero se mantuvo en la habitación.
—También que se comuniquen con otras dependencias — pidió Adam mientras su compañero llamaba por teléfono.
—Bien, debemos…
—¿No te parece muy extraño? — interrumpió Jean.
—¿Qué cosa? — indagó Adam de inmediato.
—Este caso… un niño desaparecido, la escultura — señaló — esto ocurrió hace tiempo, ¿lo recuerdas?
—¿Te refieres a los casos del asesino ‘basilisco’? — preguntó Ismael, quien había terminado de hablar por teléfono.
—Ese idiota murió hace dos años — indicó su jefe — cuando intentó huir de nosotros y no pudimos evitar el tiroteo — respiró profundamente — ¿recuerdas que un policía murió y otros quedaron heridos?
Ismael se quedó en silencio, pues él aun no era transferido a esa ciudad y aunque supo del caso, no trabajó directamente en él. El ‘asesino basilisco’ se le denominó a un hombre que se encontró culpable de los casos de secuestro y asesinato de diez niños, aunque solo encontraron el cadáver de una víctima.
—Sí — Jean asintió — pero recuerda que no pudimos encontrar a todas sus víctimas, solo las esculturas que realizaba de ellas a modo de trofeos, que dejaba como pistas para la policía, para burlarse de nosotros — sentenció — solo que este podría ser un imitador…
—¿Un imitador? — Adam pasó a la siguiente hoja.
—Uno o muy bueno o muy moderno — Jean se cruzó de brazos — como dije, parece algo hecho con un molde, así que pudo usar algo para hacerlo.
—¿Pero… con este detalle? — Ismael tampoco lo podía creer.
—En la actualidad, hay maneras de sacar esculturas con ese detalle, incluso para idiotas que ni siquiera tienen una formación en arte — entrecerró los ojos.
—¿En serio? ¿Cómo? — preguntó su compañero, parecía algo confundido.
—Solo compran cosas por internet, ‘Isma’ — Jean les mostró en su celular, algo que ya había buscado con anterioridad — hay un kit que trae alginato para hacer moldes y crear esculturas, lo venden en internet.
—¿A cualquiera? — Adam observó las imágenes.
—A cualquiera — suspiró su amigo — ¿no has visto que se hizo muy popular últimamente, para todos los que querían sacar esculturas de manos de parejas, hijos y demás?
—No me gustan las cosas ‘modernas’ que sacan en internet — Ismael hizo un gesto molesto — sacan cada estupidez, que pienso que la humanidad pierde IQ con cada año que pasa.
—Las nuevas generaciones no saben qué inventar — complementó Adam.
—Hablan como unos ancianos… — se burló Jean, quien era un par de años menor que ambos.
—¿Cómo sea… crees que con eso sea posible llegar a tal nivel de detalle?
—¡Por supuesto! — dijo con obviedad — solo necesito hacer otras pruebas a la escultura y encontrar rastros de alginato.
—Hazlo — el mayor dio unos golpecitos a la mesa de trabajo — tengo que ver a los padres y explicarles.
—Adam, aunque hagas eso, quizá es mejor que hables con un experto…
—No — respondió el otro con rapidez.
—Tienes que hablar de nuevo con él… — presionó.
Adam entornó los ojos, suspiró y gruñó por lo bajo — ¿sabes por qué evito lo más que puedo las reuniones familiares? — preguntó con un tono de cansancio — porque no quiero verlo, lo sabes bien y aun así, me tengo que aguantar y acudir a ellas cada quince días, por la memoria de mi madre — pasó la mano por su cabello castaño — pero pedirle ayuda, en este caso, significaría que tendré que verlo más veces este mes…
Con esas palabras, Ismael supo de quién se trataba.
—Ya, supéralo — sentenció Jean — además, lo necesitas, es el único que te puede ayudar, igual que la última vez.
Adam gruñó, parecía frustrado, pero terminó accediendo — está bien, pero nos acompañaras — señaló al otro con el índice.
—¿Yo? ¿Por qué? Ismael irá contigo, él es tu compañero y un investigador, ¡yo un forense!
—Tú tienes la teoría del ‘glutanato’…
—Alginato — corrigió su amigo.
—Lo que sea, así que tú se la vas a explicar, ¿entendido?
* * *
El automóvil se estacionó en una casa, a las afueras de la ciudad y los tres hombres bajaron de inmediato. El mayor presionó el timbre y esperaron unos segundos, hasta que una voz se escuchó por la bocina del intercomunicador.
—“…¿Sí?…”
Adam se acercó para hablar.
—Hiram, soy yo — hizo un ademán hacia la cámara de vigilancia que había a un lado de la puerta — vengo con Ismael y Jean — sus compañeros también hicieron un movimiento con la mano, a modo de saludo — necesitamos hablar.
Un sonido se escuchó y la puerta se abrió.
Los tres entraron, caminando por los jardines, con unas carpetas en las manos; Jean ya había ido ahí con anterioridad, mientras que Ismael no conocía el interior de la casa, y se sorprendía de lo impresionante que se miraba. Era una propiedad amplia y tenía un gran jardín, mismo que estaba adornado con algunas esculturas de pequeños animales, de objetos y bustos pequeños, sobre pedestales; la casa era majestuosa, tenía dos plantas y parecía de una persona con una clase social sumamente elevada. Conocía al dueño, hermano de su jefe y compañero, porque lo había visto en un evento de la policía un año antes, aunque platicó muy poco con él, pues se disculpó de inmediato porque debía retirarse temprano.
Recorrieron el camino empedrado y llegaron a la puerta; esta fue abierta por Hiram, el hermano de Adam.
—Que gusto verte, hermano — sonrió el de lentes, viendo al mayor hacia arriba, ya que debido a su situación, tenía años que no podía ser de otra manera.
—Igual — dijo Adam, pero parecía no querer verlo.
—Hola, Jean, Ismael — saludó el anfitrión — ¿cómo están? Bienvenidos…
Ismael sonrió — hola — saludó y le ofreció la mano, dándose cuenta de lo de gruesas y fuertes que eran, debido a su trabajo.
Jean se acercó y le extendió la mano — hola, Hiram, lamentamos venir sin avisar, pero no tuvimos…
—No tuvieron tiempo, es algo rápido y mi hermano no quiso decirme nada o quizá solo estaban de paso, algo que dudo — levantó una ceja — no te preocupes, me sé todas las excusas, sé que Adam no quiere verme normalmente — se alzó de hombros — pasen, ¿les ofrezco café, té, agua, un refresco?
Hablaba mientras movía la silla de ruedas en la que andaba, para bajar por una rampa y llegar a la estancia.
—No, gracias — de inmediato, Jean negó.
—Yo estoy bien así — señaló Ismael.
No querían darle molestias a Hiram, especialmente porque sabían que podrá causarle muchos problemas, aunque la casa estaba acondicionada para su máxima movilidad en la silla, desde hacía muchos años.
—¿Estás ocupado? — preguntó su hermano, mirando alrededor.
—Hoy no, tengo un día de descanso, porque mi modelo no vino, ya que dijo que tenía un compromiso y se tomó el día libre, — se acercó a la sala y se acomodó al lado de un sillón, pasando las manos sobre sus piernas inmóviles — aunque se comprometió de volver al atardecer, pero precisamente por eso, mis estudiantes tampoco vinieron hoy, ya que no tendrían modelo — explicó con amabilidad — entonces, ¿en qué puedo servirles?
Los recién llegados se acercaron a la sala.
—Quisiera que vieras esto — dijo Adam, entregándole el folder que llevaba en mano.
Hiram sujetó la carpeta — ¿tú, mostrándome algo, en un tono tan serio?, es extraño… casi tanto como hace años — señaló abriéndola y revisando las fotos que contenía.
Los ojos grises observaron con detenimiento las imágenes, parecían escudriñar con interés la escultura que mostraban; pasó a la siguiente hoja, donde estaban fotos de detalles de las manos, el rostro y ciertas partes del cuerpo.
—Esto es…
—Es un niño… creímos que había sido el que desapareció este mes en el centro comercial — explicó Ismael — pero no es…
—Encontraron esa escultura en el bosque — su hermano habló con frialdad y entrelazó las manos cerca de su rostro — justo como hace años.
—Eso es imposible — dijo el de lentes, levantando el rostro de inmediato — ¿es él…? Es decir…
—No — Jean negó — solo es la escultura, pero no hay cuerpo dentro.
—Entiendo — Hiram asintió — pues es una escultura muy detallada — acomodó sus gafas y levantó una ceja — en la actualidad, hay muy pocas personas en este mundo que pueden hacer una escultura como está a base de martillo y cincel, más dudo que haya sido una pieza de granito, ¿cierto?
—Es cemento — respondió su hermano de inmediato — cemento blanco.
—Creo que pudieron usar un molde — Jean le entregó la carpeta que él llevaba
—¿Conoces la moda de las manos de yeso? — preguntó Ismael.
Hiram entrecerró sus ojos y lo miró con molestia, consiguiendo que se estremeciera por esa mirada desdeñosa.
—La conozco — no pudo ocultar el mostrar su molestia a ver la información que le mostraban — es algo que reduce el arte de un escultor, de trabajar un gran material y demostrar la habilidad del artista, a solo un bote lleno de algo plástico que se rellena con un componente líquido — contestó con algo de desprecio, no solo en su voz, sino en sus facciones — con eso, cualquier niño puede crear una escultura realista de una parte del cuerpo humano, aunque no tenga conocimientos de arte, mucho menos de anatomía.
—Ah… bueno, creo que pudieron hacer eso — dijo Jean, volviendo a su lugar — ordené unos análisis, estamos buscando alginato.
Hiram cerró de golpe la carpeta — se equivocan — levantó el rostro — el alginato, es un material más que nada usado por odontólogos, pero es para moldes y esculturas de yeso — se quitó las gafas y las limpió con un pañuelo — si es para cemento seguramente usaron otra cosa, quizá goma de uretano, es la que podrían haber usado para realizar ese trabajo.
—¿Goma de Uretano? — Ismael estaba asombrado.
Hiram volvió a ponerse las gafas — puede ser cualquier goma de silicona, pero ese material tiene una resistencia mayor y es de uso industrial, aunque hay muchas usadas por falsos escultores, que realizan figurillas para jardín en concreto o molduras para casas — se alzó de hombros — el yeso no es algo que puedes dejar a la intemperie, pero el cemento sí.
Adam, Ismael y Jean se vieron entre sí, sabían que debían investigar más cosas.
—Ahora tendré que buscar más materiales — señaló Jean.
—Sí y es mejor que los…
El sonido del celular de Adam se escuchó y contestó de inmediato — ¿sí? — el silencio fue acompañado de un gesto de sorpresa, que de inmediato pasó a uno preocupado — bien, vamos para allá — colgó y se dirigió a Jean — encontraron algo, así que hay que volver a la oficina — les hizo una seña con la cabeza — bueno, muchas gracias por tu ayuda, hermano — Adam se levantó — si te necesitamos, volveremos a buscarte.
—Está bien — asintió el de lentes — aunque no es agradable saber que solo me buscas cuando necesitas algo de mí.
—No empecemos con eso de nuevo, ¿de acuerdo?
Hiram desvió la mirada — solo digo que, podrías venir a cenar, supongo que tienes tiempo, ya que no has venido a visitarme mucho, por tu trabajo.
—Lo pensaré... vamos, Jean — sujetó a su amigo del brazo y lo guió de inmediato a la salida — ‘Isma’ — presionó a su compañero para que salieran rápido.
—Nos vemos, Hiram.
—Hasta luego — dijo el otro.
Cuando los tres estaban saliendo por la puerta del límite de la propiedad, se escuchó la voz por el intercomunicador.
—“…Adam, olvidaste los folders…”
El aludido pasó la mano por su cabello — adelántense al auto, voy por ellos — le entregó la llave a su compañero.
—De acuerdo — Ismael asintió.
—Adam…
—¿Qué? — preguntó con molestia.
—No seas duro con él — pidió Jean — su vida es difícil, no la hagas aún mas complicada…
—No quiero complicársela, al contrario — dijo entre dientes — pero sabes que su accidente, fue mi culpa.
Adam regresó al interior y la puerta se cerró, mientras Ismael y Jean se acercaban al automóvil.
—¿Su culpa? — preguntó Ismael con curiosidad.
—Ah, ¿no te lo ha dicho?
—No — negó — quizá no quiere que me entere… — se alzó de hombros — no debí preguntar.
—Eres un investigador, igual que Adam, se la pasan preguntando y curioseando — Jean sonrió tristemente — cuando Adam tenía dieciocho y Hiram quince — contó — ambos tuvieron un accidente en una motocicleta que Adam manejaba — suspiró — desde entonces, Hiram no puede caminar.
—¿Cuánto tiene en esa silla de ruedas?
—Casi quince años — respondió el otro.
—¿Y no tiene cura?
—Intentaron con una operación, pero no funcionó — Jean se alzó de hombros — luego, los padres de Adam murieron en un accidente automovilístico y Adam no pudo quedarse con Hiram, porque debía estar en la academia, pero sus abuelos le pagaron la educación, para que terminara su instrucción en las artes y se convirtió en escultor.
—¿Es bueno?
—Uno de los mejores — respondió casi con orgullo — todas las esculturas del jardín son suyas — contó — solo que, debido a que no puede moverse mucho, sus esculturas no son muy grandes.
—Debe ser muy duro para él —Ismael miro hacia el jardín a través de la reja — es decir, tener un impedimento para no poder hacer todo lo que deseas
—Es frustrante — suspiró Jean — pero se las ingenia,
* * *
Adam, Ismael y Jean llegaron a la estación, dónde les tenían noticias. Había una denuncia de un niño desaparecido un mes antes, en otro estado del centro del país, pero esta la había hecho la madre, aunque al día siguiente, el padre la retiró; al hablar con él, dijo que el niño no había desaparecido, sino que se había ido con unos familiares, pero la madre insistía a los policías que lo buscaran, más cuando regresaron con ella para más información, la mujer tenía golpes visibles y ya no quiso ver a ningún agente.
—Es posible que el marido la haya golpeado — Ismael revisó los documentos
—Sí, pero si ella no lo denuncia, quedará impune — Adam suspiró — aun así, lo que nos interesa es el niño, ¿tienen sus datos?
—Con las investigaciones, enviaron nuevamente a preguntar — respondió su compañero — para mañana nos tendrán toda la información.
—De cuerdo… entonces, en cuanto recibas eso, veremos qué hacer con ese asunto, por ahora, debemos seguir investigando con lo que ya tenemos.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
En una habitación oscura, un pequeño se encontraba completamente mareado, sus sentidos habían sido alterados, no solo por una bebida que el hombre que le besaba el cuerpo con devoción, le había obligado a beber, sino por los chocolates con vino que le había ofrecido para que no tuviera tanto miedo; su captor traía una máscara de un súper héroe, aunque su boca y barbilla se encontraban expuestas.
—Tranquilo — susurró el mayor, acariciando la piel del torso — ya lo has hecho antes, pero no te preocupes, seré gentil…
Con esas palabras, le abrió las piernas y se colocó entre ellas; liberó su miembro y empezó a penetrar ese delicado agujero que había sido mancillado con salvajismo los últimos días. El menor se quejó débilmente y las lágrimas escaparon de sus ojos.
—Oh… no derrames tus lágrimas — señaló el otro, pasando la lengua por la mejilla — no aun… si te portas bien — dijo con amabilidad — te prometo que dejarás de sufrir pronto…
Empezó a moverse con fuerza, penetrando sin consideración, disfrutando como el interior del menor se contraía, apresándolo con intensidad, pero parecía disfrutarlo, pues sus pequeñas piernas se movían con cansancio y empezó a gemir.
—Eso pequeño, así — musitó el mayor y le besó la boca, consiguiendo que el niño correspondiera torpemente — sí… te gusta… en el fondo, eres un putito… un hermoso putito…
Los débiles gemidos aumentaron de intensidad, mientras las manos traviesas del hombre, acariciaban el cuerpo con lascivia, disfrutando de los estremecimientos que producía en el menor. Estaba decidido a que esa noche, el niño participara en el acto y lo estaba consiguiendo.
—Muéstrame esa carita — dijo con una gran sonrisa — esa es la cara que quiero recordar toda la vida…
* * *
Adam llegó a primera hora, a su trabajo; llevaba un café en mano y apenas entró, le dieron unos documentos, que iba revisando, caminando a su oficina.
—No tienes buena cara — Ismael se acercó a él.
—No dormí bien — confesó — pensé toda la noche en los dos casos — habían quedado en que eran dos niños diferentes, hasta demostrar lo contrario — y mi cerebro no descansó, pues no encuentro móvil para nada.
—Pues esto te puede ayudar, ayer, un agente volvió a preguntar sobre el niño del otro estado y consiguió fotos, así como el nombre, se trata de Jesús Martínez — le entregó unas fotos y documentos de identidad escaneados — como el marido no estaba, la madre accedió a hablar, dijo que su esposo había vendido a su hijo, pero no podía denunciarlo o correría peligro, porque el hombre tiene muchos contactos.
—¿Y los agentes no pueden hacer su trabajo? — Adam frunció el ceño, bebiendo un sorbo de su café.
—Sabes que en algunas poblaciones indígenas y de escasos recursos, especialmente en el centro del país, hay personas que se aprovechan de poder e influencia para estar sobre la policía misma — Ismael suspiró — seguramente no pueden hacer más.
—Revisé las huellas digitales — Jean llegó corriendo — buenos días — saludó con una sonrisa — y sí, la escultura es de ese niño.
—Buenos días… lo que significa que, en realidad, son dos niños desaparecidos — Adam respiró profundamente — no podemos hacernos cargo de ambos — dijo para su amigo — le daremos el caso del chico de la escultura a Vega, y nosotros nos encargaremos del niño Carranza.
—¿Por qué? — preguntó Ismael, sujetando los papeles.
—Porque no hay nada que los relacione — negó — no podemos abarcar todo…
—Y porque si se trata de esculturas, no quieres hablar con Hiram de nuevo, ¿cierto? — preguntó Jean con frialdad.
—Eso es asunto mío…
—Pero… — Ismael intentó decir algo, solo que otro agente lo detuvo y se quedó hablando con él, mientras Adam y Jean iban a la oficina del mayor.
—Entiendo que es tu asunto — dijo el menor — pero sabes que podrías quedarte con ambos casos sin problema — sonrió.
—Sabes mejor que nadie, que es mejor no hacerlo — alegó.
Ismael entró de inmediato — Adam, hay otra escultura — anunció — hay que ir, porque de nuevo dijeron que es el niño Carranza.
—Voy por mis cosas… — Jean salió corriendo, pues los acompañaría, como siempre.
—¿Dónde la encontraron?
—En las montañas, hubo un aviso y fue encontrado por una patrulla — respondió el otro de inmediato.
—Vamos entonces…
* * *
Una vez más, llegaron a la escena del crimen, misma que estaba acordonada y varios policías evitaban que entraran los policías; una escultura estaba ahí.
Jean llegó haciendo su trabajo, revisando alrededor, poniéndose al tanto con los peritos y revisando las diferentes huellas y pistas. Adam e Ismael se acercaron a la escultura, esa, a diferencia de la del día anterior, estaba tumbada en el piso.
—A simple vista, no parece un trabajo de la misma persona — anunció Jean con rapidez, estando a lado de sus compañeros.
—¿Por qué? Ismael lo miró confundido.
—La escultura de ayer, estaba de pie, perfectamente nivelada, pero esta — hizo un mohín — está en el piso, además… — se acuclilló — hay rebabas de cemento — frunció el ceño — nuestro artista no se dio el tiempo de limpiar su escultura — se burló.
—Jean…
—Lo siento — dijo de inmediato, ante la manera en que Adam dijo su nombre — pero hay otra cosa…
—¿Qué? — indagó Ismael, que observaba la pieza con sumo interés.
—Observa — señaló las manos — el cuerpo de niño está desnudo, pero tiene esas cosas en los brazos y piernas, como brazaletes…
Lo señaló con un delicado instrumento y se dio cuenta que el cemento se desprendía un poco.
—Además, no parece de la misma calidad que el anterior, se está… desmoronando.
—Eso o no secó bien — dijo Adam con interés y se acercó al rostro — mira, tiene cuarteaduras…
Jean se movió y talló un poco esa parte, logrando desprender otro poco de cemento, pero su gesto de susto fue compartido por sus dos compañeros; bajo una delgada capa de cemento, había algo de piel.
* * *
El caso de inmediato fue difundido, pues no pudieron evitar que los periódicos amarillistas filtraran fotos. La familia Carranza estaba en la estación, a la espera de los resultados, a pesar de que les habían dicho que sería tardado.
Todo el día estuvieron ahí, mientras Adam e Ismael, estaban en el laboratorio, junto con Jean, quien se encontraba con otros colegas forenses especializados, revisando a la criatura.
Le hicieron rayos x a la escultura, constatando que bajo la capa de cemento, estaba un cuerpo humano, así que aprovecharon que no estaba bien tratado el cemento y empezaron a quitarlo; no habían encontrado huellas de nadie más, ni indicios para buscar un sospechoso, por lo que prefirieron centrarse en sacar el cuerpo del menor. Fue un trabajo delicado, pues en ocasiones, partes de piel se desprendían junto con el material que usaron para cubrirlo, pero finalmente lo hicieron.
Después de eso, revisaron el cuerpo del niño, encontrando marcas, laceraciones y un sinfín de heridas; de igual manera, pudieron constatar que había sido violado en incontables ocasiones.
Oscurecía cuando por fin, Jean salió del laboratorio.
—¿Qué pasó? — preguntó Ismael.
—Es el niño Carranza — anunció y pasó la mano por su cabello.
—¡¿Estás seguro?! — preguntó Adam con asombro.
—Sí — asintió — acabamos de cotejar las huellas, el ADN, todo coincide.
—No puede ser — Adam pasó la mano por su frente.
—Los casos están conectados ahora — Ismael respiró profundamente.
—Todo indica que sí — asintió el forense — pero eso es extraño…
—¿Qué? — preguntó Ismael.
—Si es un imitador, ¿por qué entregaría el cuerpo? — se cruzó de brazos — todos saben que el ‘asesino basilisco’ solo dejaba esculturas realistas, pero jamás, estas tuvieron un cuerpo dentro.
—Excepto la última — Ismael los miro de reojo — la escultura con la que lo atraparon.
—Entonces, ¿el imitador quiso ir más allá, haciendo lo que el original hacía, pero mejor? — Jean frunció el ceño.
Adam observó por el cristal, donde los otros forenses aun trabajaban con el cuerpo — intenta superar al anterior…
—Pues no lo hizo bien, especialmente por el trabajo — Jean hizo un mohín — cuando encontramos al ‘asesino basilisco’, la estatua que tenía, era perfecta, sin cuarteaduras, de una calidad sublime.
—Parece que lo admiras — Ismael lo miró con asombro.
—Como forense, no puedo evitar darle crédito a una persona que realiza un trabajo que para mí, es difícil resolver — respondió con seriedad — a este no tuve que hacerle rayos x para saber que era el niño — señaló el laboratorio — es completamente diferente a la escultura de concreto completa.
—Quizá un error al no saber tratar el cuerpo…
—¿De verdad lo crees, Adam? — su compañero no estaba convencido.
—Quiero creer eso y no pensar que son dos imitadores — suspiró — hay que pensar que es un imitador que admira al ‘asesino basilisco’ y solo quiere demostrar que es mejor, pero debe haber alguna razón para haber hecho mal este trabajo.
—El orgullo y la vanidad pueden estar jugando un papel importante en este tipo — Ismael asintió — quizá para que su nombre empezara a salir en las noticias, hizo esto de manera apresurada — conjeturó — pero debemos establecer su perfil, para poder seguirle la pista.
—Sí, hay que usar más equipo — Adam asintió — llama a Guevara, dile que necesitamos ayuda en esto — ordeno — yo voy a darle la noticia a los padres.
—Yo debo volver — Jean hizo una seña — aún hay cosas que revisar, ver si hay otras cosas que puedan darnos pistas… quizá vaya muy tarde a casa hoy.
—Yo también me quedaré — dijo Adam — cuando salgas te llevo.
—Gracias…
Adam salió e Ismael observó a Jean.
—¿Ustedes son…? — preguntó con curiosidad, pues ya había visto algunas actitudes raras en ambos.
—Eso no deberías preguntarlo — su compañero lo miró de soslayo — sabes que no debemos relacionarnos en el trabajo — sonrió — pero si quieres saciar tu curiosidad, digamos que… nos quitamos mutuamente el estrés, de cuando en cuando — confesó antes de volver al laboratorio.
Ismael sonrió nervioso — eso fue… demasiada información.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
La habitación tenía una iluminación tenue, el menor estaba sentado frente a una pequeña mesa, en la cual había un plato con algo de comida; tenía una cuchara plástica y un vaso al lado, pero no había probado bocado.
La puerta se abrió y un hombre con máscara entró — ¿no vas a comer? — preguntó con voz amable pero no recibió respuesta — ¿estás triste porque estás solo? — pasó la mano por los hombros del niño.
El menor asintió.
—No te preocupes, todo está bien — se inclinó y le besó la mejilla — termina de cenar para poder jugar — su mano se buscó la manera de tocar el torso del menor — prometo que te gustará
—¿Dónde está el otro? — preguntó el niño con debilidad.
El sujeto se acuclilló a su lado y le sonrió — ¿lo escuchaste?
Asintió.
—Él ya se fue — anunció.
El niño volteó a verlo con sorpresa.
La mano libre del mayor se movió al rostro del niño — tú también quieres irte de aquí, ¿verdad?
—Sí… quiero ir con mi mamá — sollozó.
—No, no llores — lo abrazó — si te portas bien y cumples con todo lo que te diga, yo te sacaré de aquí también.
—¿De verdad?
Levantó la mano izquierda — palabra de ‘Boy Scout’.
El niño se limpió los ojos y asintió — está bien, lo haré…
—Así me gusta — el hombre se acercó y lamió los labios del niño — ahora, ven — se puso de pie — voy a usar tu boquita…
* * *
Adam llegó tarde esa mañana a su trabajo, pero cuando lo hizo, Ismael se acercó a él.
—Buenas, ¿qué te paso?
—Buenas — respondió como autómata — no me pasa nada, solo que sigo pensando en la situación y tuve una llamada en la mañana que me puso de mal humor.
—Y yo con malas noticias — dijo su compañero con pena.
—¿Qué pasa?
—Los padres del niño Carranza, exigieron que les devuelvan el cuerpo de inmediato.
—¡Pero estamos investigando! — señaló el mayor — aún no sabemos cómo murió o qué ocurrió, necesitamos un poco más de tiempo para eso.
—Sí, pero el jefe dijo que solo tenemos este día para hacer lo que debemos.
—Si lo hacemos, la investigación puede que no tenga resultados — gruñó — iré a hablar con él…
—Adam, ‘Isma’— Jean salió de su oficina y les hizo una seña para que fueran con él.
—¿Ahora qué? — preguntó el mayor a estar ahí.
—Me llegaron resultados de los estudios que se le hicieron a Luca Carranza — puso varias hojas frente a ellos, en una mesa — observen — en el cuello están unas marcas de estrangulamiento — dijo con seriedad — es obvio que el que hizo esto, limpió bien el cuerpo y seguramente bañó al niño antes de cubrirlo de cemento, porque no hay huellas — siguió con la explicación — pero con las marcas, podemos darnos cuenta que debe ser un hombre grande, algo corpulento y con una gran fuerza.
—Genial, eso nos deja con millones de sospechosos — Ismael levantó una ceja.
Jean lo miró de soslayo — pero encontramos algo que parece que no limpiaron bien — dijo con orgullo — fue una tarea delicada, porque hicimos muchos estudios, pero uno de mis colegas, mientras realizaba la investigación sobre las violaciones, encontró en el recto del menor un vello púbico.
La imagen de la muestra apareció, ya que la misma estaba guardada.
—¿Cómo…? — Ismael observó a Jean.
—Somos buenos en nuestro trabajo — sonrió con orgullo.
—Sí, pero estás seguro que es del asesino.
—‘Isma’, el niño era pequeño, no tenía vello púbico — dijo con obviedad — y mi colega está seguro de este hallazgo, cada uno tenemos nuestras áreas de especialidad y siempre atendemos al detalle — le guiñó un ojo — el vello púbico negro es nuestra mejor pista.
—Genial, solo descartamos a personas castañas, rubias, pelirrojas — prosiguió Ismael, se notaba frustrado.
—¡¿Siempre tienes que ver el lado negativo?! — reclamó el forense.
Adam estaba observando atentamente la información — ¿es suficiente para un análisis de ADN? — peguntó con seriedad.
—¡Por supuesto! — asintió su amigo — de hecho anoche mismo, ‘Pau’ lo mandó a hacer, así que en cuanto llegue lo cotejaremos con los registros que tenemos y si no encontramos nada, al menos tenemos una pista del asesino.
—Bien, es un avance — sonrió — ahora, debo ir a hablar con el jefe, darle las buenas nuevas y esperar que retrase la petición de la familia Carranza.
—¿Qué petición? — preguntó Jean confundido.
—Quieren que entreguemos al niño, hoy mismo — respondió Ismael, pues Adam ya había salido de ahí.
* * *
Adam salió casi una hora después de la oficina principal, tenía mirada de hastío y rostro cansado.
—Nos dieron dos días más — anunció para Ismael y Jean, que estaban esperándolo en su oficina — espero sea suficiente.
—Apresuraré las pruebas — asintió su amigo.
—Pero si estamos aquí no es por eso.
—¿Entonces? — miró a Ismael de soslayo.
—Apareció otra escultura…
—¿Dónde?
—En los límites de la ciudad, cerca de la casa de Hiram — respondió Jean.
* * *
La policía tenía la zona controlada y los peritos estaban haciendo su trabajo, cuando Adam, Ismael y Jean llegaron; los medios rodeaban la zona, pues nuevamente el nombre de ‘asesino basilisco’, había empezado a ser noticia y querían la primicia.
—¿Qué encontraron? — preguntó de inmediato Adam, al policía encargado.
—Una escultura de un niño — dijo con seriedad — la encontraron unas personas que estaban dando un paseo con su perro y nos llamaron de inmediato.
—¿Les dijeron algo más?
—No, solo eso, que la encontraron y hasta ahí, no la tocaron — respondió — imaginaron que era por el ‘asesino basilisco’ y prefirieron mantenerse al margen, aunque le tomaron video y lo subieron a sus redes sociales.
—Al menos las noticias amarillistas tienen informantes — Ismael frunció el ceño.
—De acuerdo, vamos Ismael.
Mientras ellos se acercaban a la estatua, Jean se puso al corriente con los peritos, observando alrededor, buscando más pistas y detalles que hubiesen dejado pasar, para luego ir a la escultura.
—Otro niño — suspiró Ismael, al ver la escultura.
—Unos diez años quizá — señaló Jean y se acercó a revisar con detenimiento — aunque este no parece estarse descarapelando, se nota que tiene días la escultura — dijo con seriedad — solo espero que sea una escultura y no lo que encontramos ayer — gruñó — en cuanto se hagan los rayos X lo confirmaré.
—¿Algo alrededor que sea interesante? —Adam observó los árboles altos.
—No — respondió el forense — todo limpio, solo las huellas de los que encontraron la estatua — hizo un mohín y se movió a otro lado, rodeando la escultura para seguirla revisando.
Adam se alejó un poco y miró hacia el camino, más allá de donde estaban los medios amontonados.
—¿Qué pasa? — preguntó Ismael, acercándose a él.
—Cuando era pequeño y mis padres nos traían a mi hermano y a mí a visitar a nuestros abuelos, caminábamos por este lugar — suspiró y miró hacia el otro lado del camino, donde los policías hacían lo posible por evitar las miradas curiosas de otras personas — desde hace muchos años que no venía.
—Supongo que te trae malos recuerdos — su compañero se alzó de hombros.
—Al contrario — sonrió con tristeza — mis recuerdos son los mejores — aseguró — pero también me recuerdan el accidente de mi hermano…
—¿Fue aquí?
—No… pero, ¿crees que en silla de ruedas puede venir a lugares así? No, no puede, pero yo sí puedo moverme con libertad…
—Deberías liberarte de la culpa — Ismael negó — la culpa no es buena y te puede acarrear muchos problemas.
—¡Adam! ¡‘Isma’! — el grito de Jean los alertó — ¡vengan!
Ambos corrieron hasta él.
—¡Encontré algo! — dijo el forense con emoción.
—¿Qué? — preguntaron ambos de inmediato.
—Observen… — señaló una parte de la escultura — parece que a nuestro artista le pasó algo, quizá se le cayó, porque está golpeada de aquí, ¿lo ven?
—Sí, se ve raspada — asintió Ismael.
—Y eso no es todo, aquí hay algo más — señaló otra parte — esto es una mancha de sangre, seguramente se le cayó, haciéndolo tropezar y cayó él encima, así que se raspó una parte de su cuerpo — dijo con seriedad — se nota que intentó limpiarla y la talló con algo más, pero seguramente no tenía algo lo suficientemente fuerte para quitar toda la sangre, por eso está un poco oscura de esta parte, ¿lo ven?
—¿Otro error? — Adam frunció el ceño — no sé, puede ser una trampa, si realmente eso le pasó, pudo haberse llevado la estatua y limpiarla, en vez de dejarla aquí.
—Quizá no le dio tiempo — Jean se alzó de hombros — pero podría ser una pista — sonrió.
—Parece que el imitador no es tan meticuloso — Ismael negó.
—Pero eso es bueno para nosotros — el forense sonrió — solo debo hacer el análisis de esta parte, si es sangre, podría compararlo con lo que encontramos en el cuerpo del niño Carranza.
—De acuerdo, hay que movilizar todo, llevarnos las pruebas y que sigan las investigaciones en la central — ordenó — yo… iré a ver a mi hermano, nos vemos allá.
* * *
Adam volvió poco después de mediodía a su empleo; Jean e Ismael le tenían noticias, así que lo pusieron al tanto.
—Era otra estatua completa — dijo Ismael de inmediato.
—Eso es bueno — sonrió el mayor.
—Pero el niño de la escultura, no es ni Luca Carranza, ni Jesús Martínez.
—¡¿Qué?! — los ojos grises de Adam se posaron en su compañero.
—Es otro — Jean se cruzó de brazos.
—Ya mandé a investigar, no hay niños desaparecidos y eso es extraño — Ismael se notaba inquieto — puede ser de cualquier lugar, algún niño sin familia, un niño de la calle, no sé…
—De acuerdo, si está dado de alta en el seguro social, es posible encontrarlo por sus archivos, así que, siendo una investigación oficial, no deben de negarte la información — pasó la mano por su mentón — de igual manera, en algunas dependencias de gobierno tienen información de niños sin hogar, pide que lo busquen y veremos si encuentran algo.
Ismael se movió a su lugar y agarró el teléfono para comunicarse y ordenar lo que su jefe le había dicho.
—Tres víctimas, en tres días, esto no me está gustando — levantó una ceja.
—El problema es que, las esculturas necesitan algo de tiempo para secarse completamente… sabes lo que eso significa.
—Si no encontramos los cuerpos, no podemos dar por hecho que están muertos — Adam miró al techo, mientras esperaba a que Ismael terminara de hablar para ir a su oficina.
Cuando su compañero terminó de hablar por teléfono, los tres fueron a la oficina de Adam.
—¿Qué me dices de lo que encontraste en la nueva escultura? – preguntó el castaño, sentándose en su lugar
—Se cotejaron los datos de las manchas en la escultura y sí, era sangre, incluso, restos de piel — añadió el forense — debió haber sido un gran golpe.
—¿Que tan grande?
—Quizá tan grande como para haber dejado una marca muy visible, si es que podemos revisar el cuerpo de todos en la ciudad — suspiró Ismael.
—Por el lugar donde está la mancha, creo que pudo haber sido un brazo — especificó el menor.
—¿Solo eso? — Adam lo miró sorprendido.
—Sí — Jean sonaba seguro — verás, por el golpe que tiene la estatua, mis compañeros y yo, hicimos una simulación, pensamos que pudo haber llevado la estatua hasta el lugar…
—Es muy pesada, ¿no? — interrumpió Adam, mirando a Ismael.
—Sí, la cargamos entre tres.
—Pero, igual que la vez pasada, había marcas en los árboles — dijo Jean — es notorio que usó algunas poleas para moverlas hasta sus lugares, excepto la segunda, que parece que la cargó, pero no hemos dado con otras huellas — divagó.
—Jean — Adam tronó los dedos frente a su amigo.
—Lo siento — sonrió — entonces, aunque es muy pesada para él, usó unas poleas, la cargó con cuerdas y al estar a punto de dejarla en su lugar, se le resbaló y le fue imposible evitar que chocara contra el piso — prosiguió con su explicación, moviéndose para ponerle un poco de ayuda visual — a lo que la estatua terminó cayendo y él sobre ella, pero metió la mano o el brazo — hizo dos movimientos — para evitar golpearse de más, aunque con ello se raspó la piel y deben ser heridas profundas, así que no pudo ser la mano, porque si no encontramos huellas, significa que usa guantes, en conclusión, debe haberse lastimado el brazo.
—Bien, pero aunque encontremos ADN, si no está en la base de datos, será imposible dar con la persona —Ismael pasó la mano por su cabello, haciendo los mechones negros hacia atrás — necesitamos algo más.
—Hacemos lo mejor que podemos — se excusó el forense.
—¿Encontraste algo más en el lugar dónde encontraron la escultura? — Adam buscó con la mirada a Jean.
—No, todo limpio, realmente aparte de lo que la escultura nos cuenta, sabe trabajar, porque ni siquiera en los árboles hay huellas o alguna otra cosa…
—Hay que seguir buscando, pero necesitamos un descanso — Adam pasó la mano por su cabello y trató de calmarse — ¿qué harán esta noche? — preguntó de inmediato.
—Nada — Ismael negó.
—Ver una serie de televisión, quizá, necesito despejar mi mente — Jean se alzó de hombros.
—Bien, entonces, iremos a cenar, ¿de acuerdo? No pueden objetar.
—¿Nos estás invitando a cenar, ¿a ambos? — Jean levantó una ceja.
—¿A dónde? — Ismael también estaba asombrado — es decir, ¿por qué tan de repente?
—En la casa de mi hermano — dijo con cansancio — quiere que cene hoy con él, a las ocho, y no me pude negar, porque me echó en cara la ayuda que me brindó antes, así que iremos los tres.
Los otros dos se vieron entre sí, no se imaginaban que la visita de su jefe a su hermano, terminaría así.
* * *
A las ocho en punto, los tres llegaron a la mansión nuevamente, pero en esa ocasión, el que les abrió la puerta, era Xavier, el modelo de Hiram.
—Buenas noches — sonrió.
Adam no pudo ocultar el desagrado en su gesto, pero sus compañeros se asombraron de ver a ese joven alto y escultural, que mostraba su cuerpo a través de una ropa extremadamente entallada; se notaba que hacia ejercicio y cada musculo había sido perfectamente trabajado para dar esa apariencia de Adonis. Su rostro era varonil, aunque sus gestos se miraban aún más bellos al ser enmarcados por un cabello negro como la noche, que caía en pequeños bucles; su piel era morena, de un color canela tan perfecto que parecía haberse bronceado ese mismo día.
—Ah… soy Jean Estrada — sonrió el joven forense extendiendo la mano, mirando sin poder apartar la vista, del rostro varonil del otro.
—Xavier Beltrán — dijo con amabilidad — un placer.
—Ismael Quiroz — se presentó el otro, quien también se sentía impactado por lo que miraba frente a él.
—Adelante, por favor, mi maestro está esperándolos — hizo un ademán, después de soltar la mano de Ismael.
Los recién llegados se movieron por la estancia, yendo a la sala y de ahí, al comedor. Hiram estaba en la mesa, al lado derecho de la silla principal y sonrió a verlos aparecer.
—¡Bienvenidos!, me alegra que vinieran — dijo con emoción.
Jean e Ismael fueron a saludarle, pero Adam mantuvo la distancia.
—Sus lugares están listos — dijo el de lentes — Adam…
Le señaló la silla principal y el otro suspiró — de acuerdo — dijo entre dientes y se sentó ahí.
—Maestro… — Xavier se acercó a Hiram y le puso las manos en los hombros con mucha familiaridad, algo que Adam no vio con buenos ojos — ¿desea que sirva ya?
—Por favor — sonrió.
Cuando el moreno se alejó, Jean se atrevió a hablar.
—No sabía que habías cambiado de modelo, pensé que Pablo aun te acompañaba — señaló con interés.
—Hace casi un año que Pablo me dejó — Hiram se alzó de hombros — mi hermano lo sabía, pero tal parece que no te lo comentó.
—Normalmente no hablo de esas cosas en el trabajo — señaló el mayor, mirándolo con frialdad.
Las miradas grises de los hermanos chocaron y el ambiente pareció ponerse tenso; Ismael los observaba, más no entendía la razón.
Xavier volvió, rompiendo el momento incomodo, sirviendo la cena; cuando terminó, se sentó al lado de Hiram, atento a lo que él pudiese necesitar.
La cena inició, pero el silencio era abrumador, hasta que Hiram habló.
—¿Cómo les ha ido con la investigación? — preguntó interesado — supe de los nuevos hallazgos por los medios, porque Adam no me lo dijo en la mañana que vino a verme — parecía un reclamo — ¿les sirvió lo que les dije?
—No debemos hablar de eso — señaló su hermano con frialdad.
—Pero si no hablamos de eso, no tendremos nada de qué hablar — sonrió el de lentes.
—Sí, nos sirvió — interrumpió Jean — la verdad anexamos información de lo que podemos buscar y en eso se está centrando el laboratorio, aunado a las nuevas pistas.
—Me alegro…
—¿Tienen una investigación? — preguntó Xavier, quien ya sabía que el hermano de Hiram era policía
—Sí, es un caso muy delicado — señaló Adam.
—Aunque lamentablemente, las víctimas son diferentes — Ismael habló con debilidad — pero el niño del único cuerpo que encontramos, es el que buscábamos al principio.
—Eso es un avance — Hiram sonrió.
—Aunque aún queda encontrar quién es el de hoy.
—¿Encontraron uno hoy? — Xavier se notaba interesado.
—Oh, es cierto, no te lo había dicho — el de lentes respondió — ellos se estaban encargando del caso del niño que se perdió en el centro comercial.
Un cubierto chocó con fuerza en el plato y todos levantaron la vista; Xavier sonrió.
—Disculpen, se me resbaló — se disculpó — entonces, ¿es el caso del niño que desapareció hace más de una semana?
—Sí — Hiram asintió.
—Hiram, no debes hablar de mis cosas con otros — pidió Adam con recelo.
—Disculpa hermano, pero Xavier es el único con el que puedo hablar, aparte de mis alumnos y debido a que le tengo confianza, no puedo evitar tratar algunos temas importantes con él.
—Adam, no tienes que enojarte tanto — Jean trató de calmarlo.
—Además, ya es noticia — secundó Ismael — todos los noticieros están sacando conjeturas, la mayoría erradas, pero no podemos ocultar por mucho esto del imitador.
—Ismael — Adam lo miró con seriedad y usó un tono para reconvenirlo.
El aludido puso cara de susto, parecía haber hablado de más.
—¿Imitador? ¿De quién? — Xavier se notaba curioso.
—De lo que hablan en las noticias estos días — señaló Hiram — del ‘asesino basilisco’.
—¿Piensan que es un imitador? — sonrió el moreno.
—No lo pensamos, lo es — Adam le dedicó una mirada seria — el ‘asesino basilisco’ murió hace dos años — dijo con total seguridad.
—Comprendo… entonces están tras la pista de un imitador — llevó un poco de comida a su boca — ojalá lo encuentren pronto.
—Sí y esperamos que con lo que encontramos hoy, sea más rápido de lo esperado — gruñó Ismael.
—¿Pasó algo con lo de hoy?
—Nada — Adam negó de inmediato para su hermano — nada que podamos discutir en una cena.
—Soy casi un consultor — Hiram sonrió — pero parece que no me tienen confianza.
Los tres se miraron de soslayo y Jean sonrió — es solo que, encontramos pistas que nos pueden guiar al asesino.
—¿De verdad? — el de lentes miró a su hermano con emoción — eso sería un gran avance, si lo consigues, te darán un ascenso — puso la mano izquierda sobre la derecha de su hermano.
—Sabes que no busco un ascenso.
—Pero…
—¡Ya basta! Dejemos de hablar de esto — ordenó Adam y retiró la mano de manera rápida
Hiram bajó el rostro y también alejó la mano con la que había tocado la de su hermano — sí, lo siento…
El silencio reino y solo se escuchaban los cubiertos chocar contra los platos mientras la cena avanzaba. Ismael se dio cuenta que Hiram mantenía la mirada en el plato y las manos en sus cubiertos, pero no comía. Jean le dedicó una mirada a su compañero y luego suspiró.
—La cena está deliciosa — sonrió el forense — supongo que la hiciste tú, Xavier.
—No, yo no cocino — negó — la hizo mi maestro.
—¡¿Tú la hiciste?! — el asombro se reflejó en la voz de Ismael.
—Sí.
—Pero… en tu condición… es decir…
Hiram respiró profundamente — aunque no parezca, puedo hacer muchas cosas, incluso cocinar — anunció.
—Lo siento — Ismael bajó la mirada de inmediato.
—No, está bien — el de lentes le restó importancia — ¿quieren postre?
—Yo sí, gracias — Jean asintió.
—También — aceptó Ismael.
—Yo no — Adam evitaba ver a su hermano.
Hiram movió la mano, sujetando el brazo izquierdo de Xavier — ‘Xavi’, puedes…
No pudo terminar la frase, pues el otro se quejó.
—¿Qué tienes? — preguntó el de lentes.
—Nada… solo… me quemé cuando estaba calentando la cena — se excusó, alejando el brazo y cubriéndolo con la mano derecha.
—¡‘Xavi’! — Hiram se asustó — debiste decírmelo, sabes que tu cuerpo es muy especial, déjame ver…
—No es nada, solo es una quemadura leve…
Aunque el moreno intentó alejar la mano, Hiram lo sujetó y levantó la manga de la camiseta que portaba, tenía una gran mancha roja y algunas erupciones dónde le faltaba piel. Adam, Jean e Ismael lo miraron con curiosidad
—‘Xavi’… — los ojos grises de Hiram lo miraron con preocupación — esto…
—No es nada — repitió y retiró una vez más la mano — debí ponerme una venda, pero creí que ventilar las heridas era lo mejor.
Las miradas de Adam, Jean e Ismael se cruzaron, parecían haberse sincronizado.
—Y, Xavier — Jean le sonrió amable — ¿solo eres modelo de Hiram?
—Empecé como estudiante — sonrió de lado — pero no soy tan bueno como el maestro Hiram, aunque mi físico sirve para ser modelo.
—Me gustaría tanto poder hacer una escultura de su cuerpo completo en grande — dijo el de lentes y suspiró — por ahora, solo he hecho una de su torso, una de su rostro y una pequeña de cuerpo completo, dónde no he podido plasmar su belleza — dijo con un poco de decepción.
—¿Siempre te quedas a cenar? — preguntó Ismael.
—La mayoría de las veces, le hago compañía al maestro hasta que se va a acostar, para ayudarle a subir las escaleras — especificó.
—Si, al menos así no me siento tan solo — suspiró el castaño.
—Maestro, ¿quiere que sirva el postre? — preguntó Xavier con interés.
—Sí, por favor… pero te ayudo, no quiero que te lastimes…
—No, está bien, puedo solo…
—Insisto — señaló el de lentes y se movió, alejándose de la mesa, yendo a la cocina.
Xavier se puso de pie — con permiso — anunció y siguió a Hiram.
Cuando estuvieron a solas, Ismael se giró a Adam y habló en susurros — ¿te diste cuenta? ¿Crees que…?
—No hablemos de eso — negó — no aquí — especificó.
—¿Nos retiramos temprano? — Jean talló las manos entre ellas, con algo de nerviosismo.
Adam se incorporó un poco, se inclinó y agarró la cuchara que había estado usando Xavier, con la servilleta de tela que había usado en la cena, envolviéndola con rapidez — sin postre — ordenó el castaño, guardando el objeto en un bolsillo interior de su saco, mientras sacaba su celular, para hacer una llamada
Hiram y Xavier, volvían con unos vasitos llenos de un dulce de leche, cuando los otros se estaban levantando.
—¿Qué pasa? — preguntó el de lentes.
—Tenemos que irnos — Adam habló con frialdad — cosas del trabajo — señaló el celular que traía cerca del rostro — lo siento — se disculpó y volvió a hablar con su interlocutor.
—Pero… el postre…
—Será para después — Ismael le dedicó una sonrisa a su anfitrión.
—Guárdalo y mañana venimos por él, a mediodía — dijo Jean con ansiedad — así te echamos otra vuelta, ¿qué te parece?
Hiram asintió — está bien…
Los tres se despidieron de inmediato y salieron de la casa.
—Es urgente — dijo Adam entre dientes, mientras caminaba por el sendero a la salida — voy para allá, así que espero todo lo que puedas decirme de Xavier Beltrán, el modelo de mi hermano, del que te conté hace meses.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
Un niño pequeño estaba abrazado de sí mismo, en una habitación pequeña y oscura; la puerta se abrió y un hombre entró, con una máscara de súper héroe.
—Hola — dijo el mayor, acariciando los mechones castaños del niño.
—¿Dónde estoy? — preguntó el menor, sollozando.
—Tranquilo, no te va a pasar nada malo — la mano del sujeto acarició la mejilla delicada — oh, eres tan hermoso — dijo con añoranza — ven… acompáñame.
—¿A dónde?
—Vamos a jugar — se puso de pie — tú y yo, nos divertiremos, antes de que me vaya a descansar…
* * *
Adam, Ismael y Jean estaban en la comisaría, esperando los resultados de las pruebas de ADN, aunque faltaba poco más de una hora para amanecer.
—No puede ser él, ¿o sí? — preguntó Ismael con interés, para su compañero.
—Espero que no — suspiró el castaño — especialmente porque es el amante de planta de mi hermano.
—¡¿Amante?! — gritó el otro con asombro.
—¿De verdad creíste que solo le hace compañía y le sirve la comida? — levantó una ceja — por eso odio ir a su casa — reprochó — sus modelos son sus amantes, aunque solo lo usan para tener referencias e irse con otros artistas o conseguir otros empleos donde explotan mejor su físico — gruñó.
Jean entró corriendo a la oficina — ¡coincide! — dijo con ansiedad.
—¡Maldita sea! — Adam apretó los puños, pero rápidamente se alejó unos pasos, sacando su celular.
Después de tres timbres, se escuchó del otro lado una voz suave.
—“…¿Sí?...” — un bostezo pareció interrumpir la frase de su interlocutor.
—¿Estás solo?
—“…Y ¿tú?...”
—Estoy en mi trabajo, por eso quiero saber si estás solo — respondió el mayor.
—“…Sí, estoy solo, ¿por qué?...”
—¿Dónde está tu modelo? ¿No se quedó a dormir contigo hoy?
—“…No siempre tengo su compañía en las noches…”
—¿Eso es un sí o un no, Hiram? — presionó.
—“…No, no se quedó a dormir conmigo hoy, supongo que tiene cosas qué hacer…”
—¿Te dijo algo?
—“…No, aunque seguramente dará una caminata al amanecer, como últimamente…”
—Hiram… — guardó silencio.
—“…¿Qué?...”
—Cuando llegue tu modelo, mándame un mensaje, por favor…
—“…Si lo pides por favor, lo haré…”
—Cuídate — colgó y se giró hacia Ismael — pide que busquen esta placa — sacó un bolígrafo y la apuntó en un pequeño papel — en cuanto la tengan, que me marquen — ordenó — después, nos iremos a la casa de ese idiota, junto con otros.
—¡Bien!
Ismael salió corriendo.
—Adam — Jean sujetó la mano del castaño.
—Todo estará bien — le guiñó un ojo — ahora, solo…
—No te preocupes — el pelinegro le puso un dedo en los labios y asintió.
Parecían no necesitar hablar para entenderse, pues se comprendían mejor de lo que muchos imaginaban.
* * *
Ismael iba en el mismo automóvil de Adam y varias patrullas los seguían. El castaño sabía la dirección del ‘modelo’ de su hermano, así que se dirigían para allá.
—Aún no puedo creerlo — Ismael estaba sorprendido, mientras leía el archivo que le había dado Adam.
—Cuando supe que trabajaría con Hiram, lo mandé investigar — dijo molesto — aunque no tiene antecedentes, sus hobbies dejan mucho que desear — gruñó — no es un buen tipo, aunque se muestre como un chico amable, es obvio que es ‘un lobo disfrazado de cordero’.
—Pero… ¿matar?
—Él mismo lo dijo, quería ser un escultor pero no tiene la habilidad — suspiró — aunado a ello, el interés en el caso del ‘asesino del basilisco’ de hace años, es obvio que intenta ser como el hombre a quien admira.
—Si sabías esto, ¿por qué no lo dijiste?
—‘Isma’, ¿sabes cuantas personas enfermas admiraban a ese sujeto? — le dedicó una mirada fugaz — tu no estuviste cuando murió, pero hubo manifestantes y programas en radio e internet, donde elogiaban su trabajo, como si fuese un gran artista — suspiró — lo miré como uno más de esos imbéciles.
—Sí, supe que hubo muchos adolescentes que empezaron a matar animales y meterlos en cemento, mas no imaginaba que este sujeto fuera parte de ese grupo — el pelinegro apretó los puños — los retos en internet para hacer eso abundaron en su momento y mostraban a las pobres victimas con orgullo, por eso detesto esas estúpidas tendencias.
—Yo no le dije nada a mi hermano, pero es debido a ese monstruo que sus alumnos aumentaron, pues muchos esperaban hacer cosas como esas, más ¿cómo le quitas la ilusión a alguien que realmente ama la escultura?
—Entiendo.
—Solo espero que esto termine pronto…
Llegaron a la colonia y las patrullas acordonaron el área; todo parecía desierto.
—Que unos revisen si está la camioneta — señaló Adam — otros, síganme — hizo una seña — vamos Ismael, es mejor apresurarnos.
Se acercaron a la casa con las armas en mano, subieron los tres escalones para el acceso y entraron a la fuerza. Revisaron las habitaciones de la planta de arriba, más esa colonia era de las que habían sido populares unos años antes, por tener sótano, así que Adam e Ismael fueron para allá.
La primera parte tenía varios sacos de cemento blanco y algunos restos de cemento duro en el piso y sobre algunos periódicos; en la siguiente sección, había una habitación cerrada. La abrieron con una patada y en el interior había una camilla, restos de ropa en el piso, llena de sangre y en una pared, algunas fotos de un niño, mostrando como había sido violado.
—¡Maldita sea! — Ismael apretó los puños.
El sonido del radio que ambos portaban se escuchó, habían encontrado la camioneta, se dirigía a la salida de la ciudad, cercana a la casa de Hiram.
—Vamos — Adam se movió con rapidez — debemos apresurarnos.
* * *
Xavier traía un conjunto deportivo oscuro, se puso unos guantes oscuros y unas botas con recubierta de plástico en la planta, para evitar dejar la marca de la huella de su zapato; lanzó una cuerda a uno de los árboles cercanos y ató un extremo a una estatua que llevaba en su camioneta. Jaló el otro extremo y lo afianzó a un cinto que portaba, parecido a los que usan los alpinistas, para poder mover la pesada efigie; con algo de esfuerzo, la guió hasta donde la ocupaba, la colocó con sumo cuidado en el piso y sonrió.
—Aún me hace falta mucho que aprender — dijo con media sonrisa acariciando el rostro de la figura.
Estaba liberando la atadura de su cinto, cuando escuchó el sonido de sirenas y la luz de las mismas se vio cerca.
—¡No puede ser! — dijo con nervios.
Como los nervios se adueñaron de él, se le dificultó deshacer el nudo, así que lo cortó con una navaja que llevaba, justo a tiempo para poder huir de ahí, pues Adam, Ismael y otros agentes se acercaron lo suficiente para verlo. Al correr, sacó de entre su ropa un arma de fuego que llevaba consigo
—¡Detente ahí, Xavier! — gritó Adam.
Un disparo fue la respuesta que consiguió y todos se pusieron a cubierto.
—Hay que seguirlo — dijo el castaño.
Ismael asintió — yo te cubro.
Los disparos siguieron, mientras la persecución se llevaba a cabo; Xavier recorría el bosque sin cuidado, así que se llegó a golpear con algunos árboles y otros rasgaron un poco su ropa, mientras hacía el camino.
Adam e Ismael se detuvieron un momento tras unos árboles, evitando los disparos.
—¡Maldita sea! — dijo el castaño con nervios.
—¿Qué pasa? — preguntó su compañero.
—Esa dirección da justo en la casa de mi hermano — gruñó — hay que evitar que llegue, ¡a como dé lugar!
Ismael buscó su radio, para tratar de comunicarse y que las patrullas fueran a la casa de Hiram, mientras ellos seguían al prófugo, pero lo había dejado en el auto, cuando bajó de inmediato, siguiendo a Adam y se habían separado de los demás policías.
—No podemos pedir más refuerzos — señaló.
—Solo somos tú y yo, así que, hay que seguir — Adam se adelantó más.
Xavier siguió corriendo, tratando de no gastar todas las balas, pues no sabía lo que podía suceder y quería alcanzar su boleto de libertad, antes de que lo atraparan. Casi al finalizar la zona boscosa, se tropezó y cayó de mala manera, golpeando su brazo y pierna, por lo que empezó a cojear.
—¡Tengo que llegar! — dijo con ansiedad.
Minutos después, la figura llegó a los límites de la propiedad y no necesitó ir por la puerta, pues conocía los muros, así que solo los escaló con suma facilidad, llegando a lo alto y de un salto, ingresó a la casa, moviéndose con sigilo por el jardín.
Ismael y Adam le dieron alcance, llegando a los muros.
—Ten — Adam le lanzó las llaves de la casa a su compañero
—¿Qué es eso? — preguntó el otro.
—Copia de las llaves de la casa, no las uso mucho — contesto — ve por enfrente, yo lo sigo por aquí.
—¡¿Estás loco?! ¿Qué tal si te pasa algo?
—Créeme, conozco mejor este jardín que él, confía en mí.
Ismael dudó, pero terminó acatando la orden — bien — asintió — te veo dentro.
Adam guardó la pistola en el porta armas y subió el muro, llegando al otro lado con rapidez; sacó su arma y se movió con precaución, observando con atención. Conocía cada escultura, cada efigie, cada árbol colocado de manera casi perfecta en ese lugar, no por nada, su hermano y él habían jugado por años ahí, cuando eran pequeños y aun así, después, cuando Hiram hacía una escultura, él siempre le ayudaba a colocarla en el lugar que el menor elegía, por ello, no había nada que él no supiera cómo debería ser.
Llegó a la puerta trasera de la construcción y la encontró abierta. La empujó con sigilo y entró; puso todos sus sentidos en alerta, pero todo estaba en completo silencio, aunque alcanzó a escuchar pasos en la escalera.
Se movió con rapidez, llegando al principio de la escalera; en ese momento la puerta principal se abrió y él se giró, apuntando con el arma; Ismael llegaba, solo.
—No tardaste nada — sonrió el mayor.
—Corrí todo el camino, solo espero que lleguen refuerzos pronto…
—Seguramente los agentes sabrán a dónde dirigirse — Adam habló confiado — vamos, está arriba, seguro con mi hermano.
Subieron las escaleras, uno al lado de otro y llegaron a la planta alta — es la última puerta — susurró el mayor para su amigo.
Cuando se acercaron, observaron luz en la parte de abajo de la puerta.
—Maestro, tiene que ayudarme…
—¿Yo? — se escuchó la voz de Hiram.
—¡Por supuesto! — dijo el otro — es el único que puede hacerlo.
Adam pateo la puerta y él, junto con Ismael, entraron a la habitación; Hiram estaba sentado en la cama, mientras Xavier estaba hincado a su lado, sujetándolo de la mano.
—¿Qué pasa? — pregunto el escultor, acomodando las gafas en su rostro.
—Sabes bien lo que pasa — dijo su hermano — tu ‘modelo’ está en graves problemas.
—¿Por qué? — preguntó el menor con frialdad.
—Porque mató a un niño y lo cubrió con cemento — respondió Ismael de inmediato — además de ser el responsable de la aparición de estatuas de niños, que seguramente también están muertos — gruñó.
El de lentes miró a Ismael, suspiró y luego le dedicó una mirada a Xavier, acarició su mentón y le sonrió, antes de volver a levantar el rostro.
—¿Esta es tu manera de alejar a mi amante de mí? — preguntó Hiram para su hermano.
—Si así lo quieres ver — respondió el mayor — pero bien sabes el por qué estoy haciendo esto — le dedicó una mirada molesta — cometió un error y los errores se pagan.
—¿Qué? — Ismael lo miró sorprendido.
—Seguro que quieres hablar de eso, por lo que veo, tu compañero no sabe nuestro secreto — Hiram ladeó el rostro — quizá deberíamos dejarlo para después…
—¿De qué hablan? — preguntó el otro.
—No te metas ‘Isma’ — Adam lo miró de soslayo — este es un asunto familiar, es mejor que te mantengas al margen y todo saldrá bien — dijo confiado.
—No entiendo — negó.
—Yo soy el ‘asesino basilisco’ — confesó Hiram sin remordimiento — incluso el anterior, también lo era — sonrió — pero el hombre al que “atraparon” era mi aprendiz — miró con amabilidad a Xavier, quien mantenía la cabeza baja, permitiendo que el otro le acariciara el cabello — quien, al igual que Xavi, cometió un error en la prueba que le puse para su graduación y mi hermano tuvo que ir por él… o al menos eso fue lo que me dijo — reprochó — porque a mi manera de ver, solo quiere alejar a todos los amantes que he tenido, igual que lo hiciste con Pablo, ¿no es así?
—Pablo era un ladrón y un vividor — señaló su hermano — intentó chantajearme y tuvo que desaparecer.
—¿Jefe? — Ismael se asustó con esa confesión.
Hiram respiró profundamente — y… ¿qué piensas hacer con ‘Xavi’?
—Raptó a un niño, del cual, sus padres demandaron una búsqueda incansable, además de devolver el cuerpo con claras señas de abuso y muestras de su ADN — señaló — ¿qué crees que pienso hacer?
Hiram hizo un mohín, ya sabía que su ‘modelo’ había cometido muchos errores y difícilmente podría sacarlo bien librado de la situación en la que se había metido.
—Si de verdad es tan fiel a ti como me dices — prosiguió Adam — entonces se entregará sin delatarte, ira a la cárcel y todo estará bien — aseguró — de lo contrario, sabes que necesito un culpable, igual que la vez anterior.
El de lentes pasó la mano por su cabello y finalmente, levantó el rostro de Xavier por el mentón — ‘Xavi’ — dijo con voz dulce — escuchaste, ¿verdad? — preguntó con amabilidad — dime, ¿estás dispuesto a sacrificarte por mí?
Los ojos castaños del moreno, vieron con infinito amor al otro y sonrió, aunque un par de lágrimas escaparon de sus ojos — por supuesto, ‘maestro’.
—Buen chico — le dio unas palmaditas en la cabeza — ahora, ven — se inclinó y lo besó en los labios con poco recato — anda… — dijo al separarse — mi hermano te tratará adecuadamente…
Xavier asintió, besó las manos de Hiram con devoción y finalmente se puso de pie, pero al dar unos pasos, alejándose de la cama, tres disparos se escucharon. El cuerpo del moreno cayó contra el piso, desangrándose, mientras Ismael miraba aterrado como su jefe había matado al sujeto, sin titubear.
—Eres un mentiroso, Adam — Hiram entornó los ojos.
—No iba a arriesgarme, lo sabes — sentenció el castaño, colocándole el seguro al arma y entrando a la habitación, acercándose al cuerpo — a la otra, espero que elijas mejor a tus aprendices.
—Este técnicamente lo elegiste por mí — sonrió el de lentes — por lo tanto, en parte también es tu culpa.
—¡¿Qué demonios es esto?!
El grito alertó a los hermanos, quienes voltearon a la puerta; Ismael les apuntaba con el arma.
—‘Isma’ ya todo acabó — anunció Adam — encontramos al culpable — señaló el cuerpo — es un admirador del ‘asesino basilisco’ que se metió a estudiar con mi hermano para intentar imitar a su ídolo, que ya murió — explicó con frialdad — quiso tomar a mi hermano como rehén, así que tuve que matarlo.
—Eso no es cierto — dijo Ismael con ira contenida.
—Eso pasó — sentenció Adam — y es lo que quedará en las actas, ¿de acuerdo?
—¡No! — gritó — no pienso prestarme a semejante crimen — sacó su identificación y unas esposas — Adam Suárez — dijo entre dientes — está detenido por la muerte de Xavier Beltrán, además por la complicidad con su hermano Hiram Suárez, quien confesó ser el ‘asesino basilisco’.
—¿Es tu última palabra? — preguntó el mayor, mirándolo con desprecio.
—¡Lo es!
Un disparo se escuchó; Ismael cayó hincado al piso, pasando la mano por su pecho, observando como la sangre brotaba.
—Realmente, esperábamos más de ti — la voz de Jean se escuchó, acababa de salir del baño de la habitación, con el arma de Xavier en mano — creo que te sobreestimamos — reprochó.
—Tú… — la sangre brotó de los labios de Ismael — tú también eres…
—¿Cómplice? — preguntó Jean, caminando hasta el cuerpo de Xavier — sí, ¿por qué crees que nunca encuentran pistas? — sonrió con orgullo — pero no te preocupes, al recrear la escena te dejaré como un héroe — levantó su mano izquierda — palabra de ‘boy scout’.
Antes de que Ismael dijera algo más, Jean le disparó otra vez al cuello y el hombre se desplomó.
—Tanto que esperaba de él — dijo Adam con desilusión.
Jean se inclinó y colocó el arma en la mano de Xavier, después se quitó los guantes que traía y los guardó en su pantalón — las sirenas se escuchan cerca — anunció.
—Bien, sabes lo que hay que hacer y decir, ¿no es así? — preguntó el mayor para el de lentes.
—Sí — asintió Hiram.
El menor se quitó las gafas y se las entregó a su hermano, quien se inclinó y lo besó en los labios.
—Voy a ponerme celoso — Jean se cruzó de brazos.
—No tienes por qué — respondió Hiram relamiendo los labios y estiró la mano, para que el otro se acercara y se inclinara, besándolo también — te compensaré después — dijo en un susurro y se alejó.
En un momento, el rostro de Hiram se contorsionó en una mueca de terror, las lágrimas empezaron a caer con fuerza y empezó a hiperventilar; parecía estar en una crisis nerviosa por lo que acababa de presenciar, a lo que Adam se sentó en la orilla de la cama, abrazándolo, tratando de calmarlo. Jean salió de la habitación y subió momentos después con los agentes de la policía que acaban de llegar, explicándoles que llegó a la casa, porque sabía que el asesino era el ‘modelo’ de Hiram y presenció cuando Adam tuvo que matar a Xavier, porque le había disparado a Ismael.
Nadie dudó de su palabra y él fue quien se encargó de la escena del crimen.
* * *
Dos días después, se hizo una ceremonia para despedir a Ismael, considerándolo héroe, por haber ayudado a encontrar al imitador del ‘asesino basilisco’, a pesar de haber muerto en acción. No encontraron los cuerpos de los otros niños, a pesar de que se buscaron más pistas, pero con lo encontrado en la casa de Xavier, dieron por hecho de que estaban muertos, aunque no pudieron saber quiénes eran los niños sin identificar.
Adam aceptó un nuevo compañero, aunque se mantenía algo distante, algo que todos entendieron como una muestra de tristeza por la pérdida de Ismael. Jean era el único que le ayudaba a superar esos momentos en el trabajo y debido a lo ocurrido, Adam visitaba más a menudo a su hermano, quien había cancelado sus clases, mientras se recuperaba de la impresión.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
En una enorme habitación, completamente iluminada, Hiram estaba cincelando con mucho cuidado, el cabello de una estatua. En un rincón, estaban unos moldes de coma de silicona, que estaban esperando a que se deshiciera de ellos, ya que solo los usaba para jugar a ser un ‘asesino’ y que sus ‘pupilos’ entregaran sus mensajes.
Había sido un juego para él cuando empezó, consiguiendo que su hermano terminara jugando con él y arrastrando a Jean, de esa manera, ellos alcanzaron un alto nivel en la policía, por lo que estaban en deuda. A pesar de ello, Hiram no hacía estatuas extras, porque el cuerpo de los niños a veces salía muy dañado y debía restaurarlos cuando los cubría con cemento blanco, mezclado con otros materiales, para dejarlos en su galería.
El gustaba de cubrir el cuerpo desnudo de los menores y detallarlos con mazo y cincel, para que quedaran perfectos.
—Eres tan hermoso — dijo acariciando la mejilla de la estatua con la que trabajaba en ese momento — tu cabello tiene que verse como cuando estabas en vida — sonrió — cómo quisiera volver a disfrutar tu cuerpo — susurró y se acercó al rostro, besando los labios de piedra.
—Parece que fue el que más te gustó en esta ocasión — la voz de su hermano lo sacó de su momento especial.
—Este — dijo abrazando la estatua — fue el niño más pequeño que me has conseguido, Adam — se mordió el labio — tú también lo disfrutaste y dijiste que era grandioso, ¿no es así?
—Sí, lo hice — admitió el otro — pero creo que puedo conseguirte mejores — dijo con orgullo.
—¿De verdad?
—Sí, me puse en contacto con unas personas en el extranjero, que hacen ciertos negocios indebidos, especialmente con menores — se cruzó de brazos — niños sin nombre, sin familia… sin nada, ni nadie que los busque y lo mejor, en este país jamás indagarían nada.
—Suena muy bien — Hiram acarició la mejilla de su estatua — especialmente porque, después de vivir tan cerca la situación con el ‘asesino basilisco’, anuncié que haría estatuas de niños, para recordar a los inocentes que han muerto… así que, las podré exhibir — giró el rostro y observó alrededor — no como esta galería que solo nos tiene a nosotros como espectadores, aunque claro, las que haga, tendrán ropa.
—¿Piensas entregar trabajos en cemento? Ese no es tu estilo.
—Oh, no lo es, pero bueno, pasar una experiencia tan fuerte con el ‘asesino basilisco’ puede cambiar la perspectiva de cualquiera, ¿no lo crees?
—Así que tendré que cubrirte el trasero también por fuera — Jean llegó — eso te costará mucho — le guiñó el ojo.
—Cóbrame lo que quieras — Hiram sonrió.
—Bien, vamos, tenemos que ver a los negociantes — Adam le hizo una seña a su hermano — además, creo que uno tiene cierta fascinación por el arte, igual que tu…
—De acuerdo — Hiram dejó los utensilios que estaba usando y caminó hasta sus compañeros — ¿debo ir en silla de ruedas o voy de incógnito? —preguntó divertido.
—Silla de ruedas — sentenció su hermano — no debemos levantar sospechas, recuérdalo.
—Voy a quedar todo entumido — el de lentes hizo un mohín.
—No te preocupes, yo te masajeo en la noche — Jean le lamió la mejilla — sabes que me gusta hacerlo…
Los tres caminaron a las escaleras de ese gran recinto, para subir a la casa; las luces se apagaron momentos después y solo quedaron unas linternas encendidas, alumbrando las más de cincuenta estatuas de los niños que habían perecido en sus manos.
* * *
Bien, este es el final, un OS algo predecible, lo sé, no soy buena con el suspenso y cosas por el estilo, pero bueno, hice mi mejor esfuerzo, porque quería escribir algo por el estilo desde hace mucho tiempo; además, como mencioné en Patreon, no me di el suficiente tiempo de describir muchas cosas, porque me entretuve en otras más importantes (al menos a mi percepción).
Esta historia la plantee para este 30 de abril, por ser el día del niño en mi país (o sé si en todos lados, que creo que no), por eso, debía haber sido publicada desde hace dos días en Patreon y ya después, solo limitarme a editar, pero no pude. Además, ayer la publiqué tarde en Patreon, porque se me fue la luz desde temprano, así que, no pude seguir trabajando toda la mañana como había decidido, para acabar antes XD Cosas que no puedo preveer, creo que ya lo había dicho.
De todas maneras, espero que aunque esto sea predecible, hayan disfrutado la lectura, así como yo me divertí escribiéndola, porque claro que me divertí XD ajajajaja aunque no lo crean.
En fin, nos leemos luego *o*
P.D. Debo darle crédito al sr. Osito, porque él me ayudó con el título de la historia, que terminó siendo el apodo del asesino *o* mi esposo es genial! Ya que yo al principio no pude pensar en un buen apodo y terminé nombrándolo de una forma estúpida, pero al elegir título, lo edité y cambié, con ello el resultado fue mucho mejor, ^o^
Esta historia la plantee para este 30 de abril, por ser el día del niño en mi país (o sé si en todos lados, que creo que no), por eso, debía haber sido publicada desde hace dos días en Patreon y ya después, solo limitarme a editar, pero no pude. Además, ayer la publiqué tarde en Patreon, porque se me fue la luz desde temprano, así que, no pude seguir trabajando toda la mañana como había decidido, para acabar antes XD Cosas que no puedo preveer, creo que ya lo había dicho.
De todas maneras, espero que aunque esto sea predecible, hayan disfrutado la lectura, así como yo me divertí escribiéndola, porque claro que me divertí XD ajajajaja aunque no lo crean.
En fin, nos leemos luego *o*
P.D. Debo darle crédito al sr. Osito, porque él me ayudó con el título de la historia, que terminó siendo el apodo del asesino *o* mi esposo es genial! Ya que yo al principio no pude pensar en un buen apodo y terminé nombrándolo de una forma estúpida, pero al elegir título, lo edité y cambié, con ello el resultado fue mucho mejor, ^o^
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